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Caso cerrado: el 'flash crash' de mayo en Wall Street fue culpa de un 'fondo robot' de futuros
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LA SEC RESPONSABILIZA A WADDELL & REED FINANCIAL

Caso cerrado: el 'flash crash' de mayo en Wall Street fue culpa de un 'fondo robot' de futuros

Sigue la búsqueda para encontrar al culpable del flash crash del pasado 6 de mayo que en pocos minutos desató el pánico en la Bolsa de

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Caso cerrado: el 'flash crash' de mayo en Wall Street fue culpa de un 'fondo robot' de futuros

Sigue la búsqueda para encontrar al culpable del flash crash del pasado 6 de mayo que en pocos minutos desató el pánico en la Bolsa de Nueva York y llevó al S&P a caer más del 8% una hora antes del cierre. Primero fueron los errores ortográficos desmentidos por Citi, luego los fallos técnicos, los programas de trading automático con las acciones del grupo Procter & Gamble en el punto de mira, posteriormente se apuntó a Apple, y ahora los reguladores han señalado con el dedo a un fondo de inversión dirigido por Waddell & Reed Financial.

Y es que hace tan sólo unos días, la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) ha concluido, tras cinco meses de investigaciones, que el derrumbe masivo de casi 1.000 puntos que sufrió Wall Street el pasado 6 de mayo fue provocado por una sola orden de venta de 4.100 millones de dólares en contratos de futuros, para desconcierto de operadores y de autoridades reguladoras.

La comisión del Mercado de Futuros junto con la SEC ha logrado reconstruir la secuencia de eventos que llevó al derrumbe de la bolsa en cuestión de minutosm en los que se llevaron a cabo 17 millones de operaciones y en su informe se deja claro que la caída no fue provocada por una manipulación intencionada del mercado, sino por la propia acción de una gestora de fondos de inversión que trató de proteger sus inversiones de forma agresiva y abrupta, en un entorno muy volátil marcado por la crisis griega.

Waddell & Reed Fianancial, culpable

Detrás de esa orden se encuentra la firma de Kansas, Waddell & Reed Fianancial, que ordenó la venta de 75.000 contratos de futuros referenciados al índice Standard & Poor's 500, empleado algoritmos computerizados, tal y como recoge The Wall Street Journal. Una orden así podría extenderse durante varias horas, pero la firma lo llevó a cabo en sólo 20 minutos, dado que el algoritmo fue programado para ejecutar la venta "sin importar la hora o el precio" de los contratos. Esta orden generó una enorme presión en el mercado de futuros, que se acabó trasladando a Wall Street, que se desplomó.

Aquel incidente puso en evidencia la necesidad de tomar medidas que evitara que se repitiera en el futuro. Precisamente, esa misma idea ya había planeado por las cabezas de los mercados y las autoridades, que tras la sacudida bursátil de 1987 creían haberlo hecho todo para evitar otro crash. Sin embargo, el entonces presidente de la SEC, David Ruder, admitió que una caída así podía repetirse cuando confesó ante un comité del Senado estadounidense que no podía "dar garantias" de haber arreglado el sistema.

En esta ocasión, la actual responsable de la SEC, Mary Schapiro, constituyó el pasado mes de mayo un comité con otros reguladores, donde surgió la idea de establecer "cortocircuitos" o parones en la contratación cuando se produce una caída pronunciada. Un nuevo intento por evitar que se repita otro crash relámpago. En este sentido, Schapiro ha reconocido hace unos días que, gracias a lo ocurrido el 6 de mayo, se pudieron tomar medidas que hace que la operación bursátil sea ahora más segura.

 

Sigue la búsqueda para encontrar al culpable del flash crash del pasado 6 de mayo que en pocos minutos desató el pánico en la Bolsa de Nueva York y llevó al S&P a caer más del 8% una hora antes del cierre. Primero fueron los errores ortográficos desmentidos por Citi, luego los fallos técnicos, los programas de trading automático con las acciones del grupo Procter & Gamble en el punto de mira, posteriormente se apuntó a Apple, y ahora los reguladores han señalado con el dedo a un fondo de inversión dirigido por Waddell & Reed Financial.

Wall Street Journal