Los 27 debatirán la próxima semana la creación de un impuesto a los bancos

Durante la reciente crisis financiera, los Gobiernos de los Estados miembros acordaron ayudar a sus bancos inyectando dinero público por valor del 16,5% del PIB de la UE y, aunque la medida era necesaria para garantizar la estabilidad del sistema, supuso una dura carga para los contribuyentes.

De ahí que en la reunión del G-20 celebrada en Pittsburgh en septiembre de 2009 se decidiera evitar que, en el futuro, el dinero público se use para cubrir las pérdidas de la banca. Además de reforzar la supervisión financiera para impedir nuevos excesos y endurecer la reglamentación, la UE pretende contar con recursos suficientes para garantizar una solución "ordenada y rápida" de las quiebras en caso de nuevas crisis.

El Consejo Europeo del pasado 17 de junio llegó a la conclusión de que los Estados miembros deberían crear sistemas de retención fiscal a los bancos y tasas para que se repartan de manera justa los gastos y disuadir a las entidades de asumir riesgos que pongan en peligro el sistema.

Algunos Estados miembros, como Alemania, ya han empezado a aplicar este mecanismo pero Bruselas quiere que haya un enfoque coordinado  nivel europeo para evitar distorsiones de la competencia en los mercados nacionales y una imposición múltiple a bancos que ejercen su actividad en varios países de la UE. La CE admite la dificultad para crear un Fondo europeo y sugiere por ello establecer una red armonizada de fondos nacionales.