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Consecuencias (positivas) de la crisis griega
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EUROPA DEBERÍA APRENDER LA LECCIÓN

Consecuencias (positivas) de la crisis griega

La crisis griega, como todas, no es sólo un riesgo, sino que alberga, también, una oportunidad. Y en este caso, además de para aprender lecciones, puede

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Consecuencias (positivas) de la crisis griega

La crisis griega, como todas, no es sólo un riesgo, sino que alberga, también, una oportunidad. Y en este caso, además de para aprender lecciones, puede servir para que la eurozona madure para poner mayor énfasis en el equilibrio fiscal de sus países miembro y para fortalecer la coordinación de las políticas económicas.

 

Hace un par de semanas, Tim Bond, analista de Barclays Capital, hablaba en un informe del “regalo griego”. En este documento, el experto subrayaba que gracias a los problemas de déficit y deuda que está sufriendo el país mediterráneo, los europeos se han dado cuenta  “de los límites de la paciencia de los inversores respecto a los recalcitrantes gobiernos”.

 

Según Bond, como consecuencia de la crisis, se ha comenzado a mirar con lupa el déficit del resto de los países y se han revisado las políticas económicas más allá de 2011. “Los hechos ocurridos en los tres últimos meses han delineado las fronteras de la política fiscal, mostrando que ninguno de los países con mayores déficits tienen la posibilidad de escapar a los límites fiscales en los próximos años”, dijo.

 

El analista de Barclays no es el único que ve el lado positivo de la “tragedia” griega. Rafael Pampillón, profesor del IE Business School, cree que, “efectivamente, al final los mercados disciplinan a los países y los gobiernos”. Destaca que “la crisis nos ha enseñado que el hecho de tener el euro, no implica que vayamos a tener financiación sin importar nuestra disciplina”, porque la moneda única, “no es la divisa de ningún país, depende de un banco central que no va a rescatar a sus miembros”.  

 

“Aunque sabíamos que había que controlar el déficit, con la crisis nos hemos vuelto más conscientes de este hecho”, subraya. Por otro lado, Pampillón piensa que “esto se ha exagerado demasiado” y dice que no hace falta incrementar la burocracia, los mecanismos para que Grecia salga de la crisis ya existen.

 

Y Federico Steinberg e Ignacio de Molina, investigadores principales del Real Instituto Elcano, escriben en un análisis que, “más allá de las especificidades del caso griego, el episodio podría tener efectos importantes para fortalecer la coordinación real de las políticas económicas nacionales de la UE, en general, y de la eurozona, en particular”.

 

En su texto destacan que la primera crisis grave a la que se ha enfrentado el euro en su corta historia, aunque es una “situación preocupante, no debe exagerarse”, ya que “su alcance es bastante acotado”.

 

Para Steinberg y Molina, el problema griego ha puesto de manifiesto algunos problemas que habrá que afrontar en el futuro y esto es positivo. También Matthew Lynn cree que “aún tratándose de una crisis, el Banco Central Europeo debería, tal vez, verlo como una oportunidad”.

 

Lynn escribió un artículo en Bloomberg  en febrero en el que decía que es el momento de “enderezar las cosas” y añadía que si se hacen bien las cosas tras la crisis griega, “el euro podría posicionarse como la divisa mundial dominante”, pero también advertía, “si se hace mal, en 2030 el único sitio donde se podrán obtener billetes de euro será como souvenirs en eBay”.

 

Tras unos primeros momentos de incertidumbre, se ha visto que los mercados distinguen entre los distintos países que forman parte de la Unión Económica Monetaria, por eso el diferencial entre los bonos griegos y el bund alemán se disparó. El rendimiento de la deuda griega aumentó hasta febrero un 6%.

 

Y aquí reside otra de las oportunidades de la crisis: los bonos helenos son una buena opción para los inversores, según un informe de Western Asset Management publicado en febrero y otro de Moody´s, que considera que la UE no va a dejar caer a uno de sus miembros.

La crisis griega, como todas, no es sólo un riesgo, sino que alberga, también, una oportunidad. Y en este caso, además de para aprender lecciones, puede servir para que la eurozona madure para poner mayor énfasis en el equilibrio fiscal de sus países miembro y para fortalecer la coordinación de las políticas económicas.

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