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Un año después, la quiebra de Lehman aún pesa en la conciencia de su ex presidente
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Un año después, la quiebra de Lehman aún pesa en la conciencia de su ex presidente

Para Richard Fuld, ex presidente ejecutivo de Lehman Brothers, no es fácil dejar atrás el pasado. La quiebra del banco de inversión hace un año convirtió

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Un año después, la quiebra de Lehman aún pesa en la conciencia de su ex presidente

Para Richard Fuld, ex presidente ejecutivo de Lehman Brothers, no es fácil dejar atrás el pasado. La quiebra del banco de inversión hace un año convirtió una crisis en Wall Street en un pánico financiero mundial y Fuld pasó de ser un príncipe de las finanzas a un paria. El ejecutivo, que incluso durante los últimos días del banco de 158 años de antigüedad permaneció optimista, ha vivido con el fantasma del colapso desde entonces, dicen amigos y cercanos.

Fuld, que recibe correspondencia llena de insultos y se enfrenta a investigaciones de los reguladores y decenas de juicios civiles por su responsabilidad en la bancarrota de Lehman, ha dicho públicamente que hizo todo lo que estuvo a su alcance para salvar la entidad y ha responsabilizado al Gobierno estadounidense de dejar que la firma se hundiera mientras rescataba a otros bancos de inversión. En privado, sin embargo, ofreció disculpas por su papel en el colapso del banco de inversión durante un emotivo discurso en abril.

"Pasé demasiado tiempo fuera de la oficina con los clientes y delegué en otras personas la gestión del riesgo", dijo a empleados de una nueva firma cuyo personal está compuesto por ex empleados de Lehman. "Lo siento", aseveró, según uno de los presentes. Fuld, que no ha sido acusado de haber actuado de forma inapropiada, declinó una solicitud de entrevista.

Mientras miles de ex empleados de Lehman intentan seguir adelante con sus vidas y carreras, su antiguo jefe se ha topado con un extraño grado de escepticismo en momentos en que busca reconstruir su presencia en Wall Street. Fuld, que llegó a tener a su cargo 25.000 empleados, formó una firma de asesoría financiera en Nueva York, donde trabaja con tres asistentes.

Matrix Advisors LLC, su nueva empresa, cuenta con un puñado de clientes, ha señalado Fuld. El ejecutivo ha ofrecido asesoramiento gratuito a ex empleados de Lehman, aseguran fuentes cercanas al asunto. Pero algunos clientes potenciales señalan en privado que no contratarían a Fuld en este momento, ya que les preocupa el desenlace de las investigaciones pendientes. "Cuando se está asociado con algo tóxico, tiene que esperar a que todo se calme", recuerda haberle dicho durante una cena reciente Joseph Grano, un ejecutivo jubilado de Wall Street.

El mundo de Fuld se vino abajo el 15 de septiembre de 2008, cuando Lehman dio inicio al mayor proceso de bancarrota de la historia de Estados Unidos. Al día siguiente, llegó a trabajar, como lo había hecho durante 40 años, y vendió más de dos millones de acciones de Lehman, según documentos oficiales. El ejecutivo obtuvo 525.000 dólares por la venta. A comienzos de 2008, esas mismas acciones valían más de 145 millones.

Fuld permaneció como presidente ejecutivo de Lehman 90 días tras la quiebra, en parte para ayudar a la firma de reestructuración Alvarez & Marsal LLC a desmantelar el banco.

Rindiendo cuentas
 
Una de sus primeras tareas fue explicar ante el Congreso estadounidense la quiebra de Lehman. "Simplemente no lo entiendo", dijo en repetidas ocasiones al equipo de abogados y especialistas en relaciones públicas que lo prepararon para la audiencia. Fuld estaba en shock, dicen personas que lo conocen.

Meses antes de la caída de Lehman, Washington había apoyado la compra de Bear Stearns por parte de JP Morgan Chase y apenas días después financió un masivo rescate para American International Group (AIG). Fuld no creía que el Gobierno no hallara una forma de salvar a Lehman. En conversaciones con sus allegados, Fuld culpa al ex secretario del Tesoro, Hank Paulson, de la decisión de no intervenir. Una portavoz de Paulson dijo en un correo electrónico que "sin un comprador para Lehman, el gobierno no tenía autoridad para prevenir su quiebra".

El 6 de octubre, ante un comité de la Cámara de Representantes, Fuld dijo que nunca entenderá, "hasta el día que me entierren", por qué las autoridades no salvaron a Lehman.

Un nuevo intento
 
Pocos días después, empezó a planear su regreso. El 21 de octubre, Matrix Advisors fue registrada en el estado de Nueva York. A finales de 2008, Fuld renunció oficialmente a su puesto en Lehman. El ejecutivo, cuyo patrimonio llegó a exceder los 1.000 millones de dólares y que en 2007 obtuvo una remuneración superior a los 40 millones, renunció en ese momento a un salario anual de 745.000 dólares, beneficios, automóvil y chófer. El ejecutivo no recibió indemnización, dijo a los acreedores Bryan Marsal, copresidente ejecutivo de Alvarez & Marsal.

Fuld y su esposa vendieron en noviembre una colección de cuadros por 13,5 millones de dólares. Hace unos meses puso en venta su apartamento de la Quinta Avenida, en Nueva York, por 32 millones. El mes pasado lo vendió por 25 millones.

Fuld y su familia continúan viviendo en su residencia principal de Connecticut y mantienen un rancho en Sun Valley, Idaho. También conservaron una casa de casi 1.000 metros cuadrados en Florida, que compraron en 2004 por 13,75 millones de dólares.

Fuld y otros ex ejecutivos de Lehman han sido blanco de unas 50 demandas, muchas por fraude de valores, interpuestas por municipios que invirtieron en la firma y que aseguran fueron engañados sobre la solvencia de sus finanzas. Documentos presentados a nombre de los defendidos hacen hincapié en que Fuld y otros ejecutivos dieron a conocer información a medida que la recibían y que estaban respondiendo a condiciones inesperadas del mercado. Un abogado de Fuld no respondió a solicitudes de comentarios.

A comienzos de abril, uno de sus asistentes envió una alerta por correo electrónico anunciando la nueva firma de Fuld. El ejecutivo empezó a contactar con ex colegas y clientes, a quienes ofreció asesoría en temas como gestión de crisis y renta fija. Los restaurantes de Manhattan se convirtieron en el punto de encuentro. Uno de los ex colegas de Lehman que empezaron a reunirse con él fue Kevin White, que había fundado el banco mercantil Spring Hill Capital Partners.

White dijo a su antiguo jefe que "el mundo tiene un letrero de 'se vende' sobre usted y creemos que el precio está equivocado. Decidí ser un comprador". Desde entonces, Fuld ha pasado tiempo asesorando a White, sin cobrarle. White dice que ahora lo considera un amigo.

En abril, White le invitó a las oficinas de su pequeña firma, donde buena parte del personal está compuesto por ex empleados de Lehman. En un emotivo discurso de 90 minutos, el primero desde que dejó Lehman, Fuld asumió toda la responsabilidad. "...las heridas de esto nunca cicatrizarán", dijo, según algunos presentes.

El mes pasado, como ha hecho durante muchos años, Fuld viajó a su rancho de Idaho. Sus días los ocupa con recorridos en bicicleta o jugando al golf en un club privado a 10 kilómetros de su casa, dicen personas al tanto. Pero últimamente, en lugar de aparecer acompañado de clientes poderosos, llega solo y lleva él mismo sus palos.

Para Richard Fuld, ex presidente ejecutivo de Lehman Brothers, no es fácil dejar atrás el pasado. La quiebra del banco de inversión hace un año convirtió una crisis en Wall Street en un pánico financiero mundial y Fuld pasó de ser un príncipe de las finanzas a un paria. El ejecutivo, que incluso durante los últimos días del banco de 158 años de antigüedad permaneció optimista, ha vivido con el fantasma del colapso desde entonces, dicen amigos y cercanos.