CEOE teme represalias del Gobierno tras la ruptura del diálogo social

En lenguaje coloquial se diría que la CEOE tiene la mosca detrás de la oreja. O dicho en términos más directos. Algunos dirigentes empresariales temen que la ruptura de las negociaciones entre el Gobierno, los sindicatos y la patronal acabe por pasarle factura a la CEOE. “Es evidente que cuando decidimos no firmar evaluamos esta posibilidad”, asegura un dirigente de la patronal, “pero aún así lo hicimos, concientes de que el Gobierno tiene en su mano el BOE”.

 

Lo que temen los empresarios no es sólo que el Ejecutivo de Zapatero legisle en contra de los planteamientos de CEOE -algo que por otra parte se da por descontando tras la furibunda reacción de Moncloa- sino que las numerosas mesas sectoriales abiertas (en las que participan los empresarios y las centrales sindicales) acaben por contaminarse de las malas relaciones entre la CEOE y el Gobierno. Y eso sí que supondría un verdadero problema para muchas organizaciones de la patronal que están obligadas a negociar con el Ejecutivo planes de reconversión sectoriales (automóvil o turismo), subvenciones o el diseño de las políticas de internacionalización de las empresas.

Esta capacidad del Gobierno para presionar a los agentes sociales a través del Boletín Oficial del Estado –un hecho que desde luego no es nuevo- podría explicar la posición de algunas patronales, que en privado se mostraron más favorables a firmar un acuerdo con el Gobierno, conscientes de que sus intereses se juegan sobre todo en las mesas sectoriales y no en la gran tribuna de la concertación. En particular en las mesas que tiene abiertas el Ministerio de Industria, y que suponen muchos millones de euros para las empresas.

El calendario, desde luego, no es el mejor para CEOE. El Gobierno tiene hasta el 30 de septiembre para presentar en el Parlamento el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2010, y muchos empresarios tienen la vista en ese texto legal para incluir sus reivindicaciones. Y en un clima como el actual, no es fácil pactar con el Gobierno asuntos que afecten a la fiscalidad de las empresas. La vía de hacerlo a través del PP o CiU está cerrada, ya que el Grupo Socialista no va aceptar enmiendas presentadas por las formaciones que históricamente han recogido mejor las reivindicaciones de la patronal.

Según algunas fuentes, entre los sectores más proclives al pacto se encuentra la construcción, dependiente en gran medida de las licitaciones oficiales. Y hay que recordar que en estos momentos Gobierno y patronal están negociando nuevos modelos de financiación público-privadas para las infraestructuras, lo que explica la posición más proclive al acuerdo por parte de los grandes empresarios del sector. El tratamiento de los expedientes de regulación de empleo o la reforma de la ley concursal son otros de los asuntos que están sobre la mesa, y cuya resolución va a depender en buena medida de las relaciones entre el Gobierno y la CEOE.