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La presión fiscal en España roza por primera vez la media de la UE a 27
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EN 2007 SE SITUÓ EN EL 37,1%, MÁS DE CUATRO PUNTOS POR ENCIMA DEL AÑO 2000

La presión fiscal en España roza por primera vez la media de la UE a 27

España ha dejado de ser un paraíso en términos de presión fiscal. Los datos que dio ayer a conocer Eurostat indican, en concreto, que por primera

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La presión fiscal en España roza por primera vez la media de la UE a 27

España ha dejado de ser un paraíso en términos de presión fiscal. Los datos que dio ayer a conocer Eurostat indican, en concreto, que por primera vez desde que España aparece en las estadísticas comunitarias la presión fiscal -incluidas las cotizaciones sociales- roza ya la media de la Unión Europea a 27. En concreto, se situó en el año 2007 -últimos datos publicados- en el 37,1% del PIB, tan sólo cuatro décimas por debajo de la media de la UE en términos aritméticos, es decir sin ponderar el peso de cada país. Si se tiene en cuenta este factor, la distancia sería de 2,7 puntos.

Los datos de Eurostat reflejan un imparable aumento de la presión fiscal en relación al PIB, hasta el punto de que ha crecido en 4,4 puntos desde el año 1995, lo que supone el cuarto mayor avance de la UE a 27, tan sólo superado por Chipre, Malta y Portugal. En el conjunto de la Unión Europea, Dinamarca y Suecia -con una presión fiscal que supera el 48% del PIB- son, con diferencia, los países en los que los ciudadanos pagan más impuestos. Por el contrario, en Eslovaquia y Rumania es donde la tributación es más baja, ya que no llega al 30% de sus respectivos PIB.

Buena parte de la presión fiscal que existe en España tiene que ver con las altas cotizaciones sociales que pagan trabajadores y empresarios, que se sitúan entre las más altas de Europa. Incluyendo cuotas a la Seguridad Social, España se coloca en el puesto número 13 en cuanto a presión fiscal, pero si se excluyen las cotizaciones quer se pagan para mantener el sistema públcio de protección social, este país baja en la clasificación hasta el número 17. En este caso, la presión fiscal se situaría en el 24,9% del PIB, con un avance de cuatro puntos respecto del año 1995.

Los datos de Eurostat reflejan, igualmente, que en el caso español la presión fiscal descansa fundamentalmente en la imposición directa, los tributos que gravan en función del nivel de renta del contribuyente y no en relación al gasto en consumo . Hasta el punto de que en esta clasificación España ocupa el puesto número 25 de los 27 posibles, tan sólo por detrás de Eslovaquia y la República Checa. Los impuestos indirectos, de hecho, representa el 12% del PIB, claramente por debajo del 14,3% en la Unión Europea a 27.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La causa de este reducido peso de los impuestos indirectos en la recaudación total tiene mucho que ver con los bajos ingresos procedentes  del IVA, toda vez que hay 26 países en los que se recauda por este concepto más que en España en relación al PIB; pero probablemente también con los elevados niveles de fraude existentes en el país, lo que merma el peso del Impuesto sobre el Valor Añadido sobre los ingresos tributarios totales. Sólo en Luxemburgo la recaudación por IVA es más baja que en España en relación al conjunto de la presión tributaria.

Por el contrario, España ocupa el puesto número 11 en cuanto a imposición directa en 2007, lo que tiene que ver con el menor fraude fiscal en comparación con la tributación indirecta, con unos tipos impositivos ligeramente superiores a la media y con la progresividad que incorpora el Impuesto sobre la Renta. Los impuestos directos representan el 13,4% del Producto Interior Bruto, en cualquier caso a años luz del 29,8% que se registra en  Dinamarca pero también a considerable distancia del 6,1% de Eslovaquia, que marcan el máximo y el mínimo en la Unión Europea. Pero si se tiene en cuenta únicamente la presión fiscal derivada del IRPF, el resultado refleja que España baja al puesto número 9, es decir claramente por encima de la media.

A destacar, por último, el peso de las cotizacxiones sociales respecto de la recaudación total, pero comn notables diferencias entre lo que aportan los empleadores y los trabajadores. En el primer caso, España ocupa la posición sexta de la UE, mientras que en el segundo baja hasta el puesto 23 de los 27 posibles.

España ha dejado de ser un paraíso en términos de presión fiscal. Los datos que dio ayer a conocer Eurostat indican, en concreto, que por primera vez desde que España aparece en las estadísticas comunitarias la presión fiscal -incluidas las cotizaciones sociales- roza ya la media de la Unión Europea a 27. En concreto, se situó en el año 2007 -últimos datos publicados- en el 37,1% del PIB, tan sólo cuatro décimas por debajo de la media de la UE en términos aritméticos, es decir sin ponderar el peso de cada país. Si se tiene en cuenta este factor, la distancia sería de 2,7 puntos.