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Garbiñe Muguruza, de Caracas a Londres para ser la reina del tenis mundial
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LA ESPAÑOLA SE HACE CON SU PRIMER WIMBLEDON

Garbiñe Muguruza, de Caracas a Londres para ser la reina del tenis mundial

La española se consolida entre las mejores tenistas del planeta. En Caracas, donde nació, empezó con la raqueta gracias a sus hermanos, que no han podido emularla

Foto: Garbiñe Muguruza, emocionada tras ganar Wimbledon. (EFE)
Garbiñe Muguruza, emocionada tras ganar Wimbledon. (EFE)

“Llegará muy alto y con rapidez”. No se equivocó René Fajardo, primer entrenador de Garbiñe Muguruza. El venezolano habló con El Confidencial cuando la tenista, que decidió defender los colores españoles a partir de 2014, aún no había ganado ningún Grand Slam. Un año más tarde, en 2016, conquistó París para escribir la primera página de su leyenda particular. Doblegó a Serena Williams 5-7 y 4-6 en tierra. Ahora, en hierba, escribió su segunda página: derrotar a la hermana mayor de las Williams para igualar a Conchita Martínez como únicas españolas en ganar Wimbledon. Aunque ya rompió otra sequía el año pasado cuando se hizo con el trofeo de ganadora de Roland Garros: 18 años sin ganar en Francia tras Sánchez Vicario en el 98. Hazaña con la que igualó al brasileño Gustavo Kuerten como ganador más joven en el templo inglés. Se cumplen 5 años desde que comenzó su andadura en el tenis profesional: alto y rápido.

Yo soy Garbiñe”, así se defendía la actual campeona de Wimbledon cuando saltó a la fama en 2014. De nuevo una de la Williams fue su rival, esta vez Serena, a la que derrotó en la segunda ronda por un doble 6-2. “Si me comparan con Arantxa o Conchita, genial, pero yo prefiero que la gente piense que ha llegado una nueva jugadora”. Y posiblemente haya llegado para arrebatarle y quedarse con el trono del tenis mundial que tanto habían dominado las hermanas estadounidenses. La gesta de la española comenzó cuando se desprendió de su antiguo entrenador. Una falliada final de Wimbledon fue el detonante para prescindir del mando de Alejo Mancisidor, su entrenador de toda la vida. Sam Sumyk fue el elegido para capitanear a Muguruza: “Busqué a alguien que hubiese vivido lo que es ser top de verdad”. Y es que el francés, afincado en Estados Unidos, tenía experiencia ganadora: entrenó a Victoria Azarenka, número uno del mundo en su momento.

Sus primeros golpes

Guatire, así se llama la localidad caraqueña de la que proviene Muguruza. Allí acababa de soplar sus cinco velas cuando comenzó a golpear la bola en el Club Mansión Mampote de Guarenas. Fue gracias a sus hermanos mayores, Asier e Igor, a los que su padre, José Antonio Muguruza, un empresario vasco de la industria del metal, había apuntado para que aprendiesen el arte de la raqueta. Pero su estancia en Venezuela, de donde es natural su madre, Scarlet Blanco, tenía los días contados. Desde los cinco años hasta que cumplió la mayoría de edad, entrenó en la academia de Sergio Burguera, en Santa Coloma de Cervelló.

René Fajardo entrenaba en sus comienzos de lunes a sábado durante una hora al día: “Era muy activa y aprendía con mucha rapidez”, destacó su primer entrenador. Ahí se forjó su carácter, quizás por su “parte vasca”, como declaró en su día. Un ejemplo de ello es que no dejaba que su padre entrase a la cancha a darle instrucciones: “Tú no sabes de tenis, mi profesor es el único que me puede dar instrucciones”, le advertía la tenista. Desde entonces, ha sido muy disciplinaria en el deporte: “Le gustaba más la raqueta que la muñecas”, bromeó su exentrenador.

Su físico llamó la atención desde el principio. Piernas atléticas, brazos largos y 1 metro y 82 centímetros de estatura. A los 18 años era la 208 del mundo en el ranking WTA. Comenzó como invitada a un torneo en Miami. Allí, parecía que su actuación era de figurante, pero eliminó a Vera Zconareva, la que era novena del mundo, para conseguir su papel de protagonista. “Su potencial es tremendo”, vaticinó con acierto René Fajardo. Cinco años y ya entre las mejores jugadores el mundo. Lista para ser número 1...

“Llegará muy alto y con rapidez”. No se equivocó René Fajardo, primer entrenador de Garbiñe Muguruza. El venezolano habló con El Confidencial cuando la tenista, que decidió defender los colores españoles a partir de 2014, aún no había ganado ningún Grand Slam. Un año más tarde, en 2016, conquistó París para escribir la primera página de su leyenda particular. Doblegó a Serena Williams 5-7 y 4-6 en tierra. Ahora, en hierba, escribió su segunda página: derrotar a la hermana mayor de las Williams para igualar a Conchita Martínez como únicas españolas en ganar Wimbledon. Aunque ya rompió otra sequía el año pasado cuando se hizo con el trofeo de ganadora de Roland Garros: 18 años sin ganar en Francia tras Sánchez Vicario en el 98. Hazaña con la que igualó al brasileño Gustavo Kuerten como ganador más joven en el templo inglés. Se cumplen 5 años desde que comenzó su andadura en el tenis profesional: alto y rápido.

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