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Nadal se estrella contra el mejor Thiem y es eliminado del Abierto de Roma
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se impuso por 6-4 y 6-3

Nadal se estrella contra el mejor Thiem y es eliminado del Abierto de Roma

El jugador español no pudo con el espectacular nivel de su rival, al que había ganado previamente tanto en Barcelona como en Madrid. Podrá descansar pensando en París

Foto: Rafa Nadal. (Reuters)
Rafa Nadal. (Reuters)

Porque el coloso también puede tener días un poco menos buenos. Y el problema, en este caso, no fue tanto que Rafael Nadal no jugase bien sino que su rival, Dominic Thiem, estuvo a un nivel memorable. El jugado austriaco había perdido dos veces consecutivas contra Nadal en tierra, las dos últimas finales. Y no quería permitirse ni una más. En el Foro Itálico sacó todo su arsenal de juego, que es mucho, y sometió a Nadal que no podrá así conseguir lo nunca visto, ganar todos los torneos de tierra de la primavera.

El austriaco se abalanzó sobre Nadal desde el primer juego. Con el servicio del español, un poco más débil que en partidos anteriores, consiguió ejecutar su mejor juego y dominar la pista. Donde no llegaban sus golpes lo hacían sus piernas porque Dominic Thiem es un jugador pensado para la tierra batida, una mezcla bien cruzada de talento y resistencia. Sin llegar a ser Nadal es, probablemente, quien más se le parece.

En ningún momento se notó del todo cómodo al español. Sus problemas con el servicio le empezaron a pasar factura, tanto que se le vio más contrariado que en otras ocasiones. A eso no ayudó que las pistas italianas no son las mejores del mundo, motivo de quejas por parte de muchos jugadores. Es un problema para todos, pero a Nadal se le vio molesto en algunos lances del partido, preguntándose que pasaba con el bote.

El 'passing' de Thiem

El jugador balear, de todos modos, tuvo un problema mayor que la superficie en forma de bombardero austriaco. Thiem, joven y dinámico, tuvo una tarde gloriosa en la que las piernas volaban ante los intentos de dejada del español y respondía tanto de derecha como de revés con fuerza y colocación. Fueron muchas las bolas que devolvió con un 'passing shot' el tiro más célebre de Nadal que tomó prestado su oponente.

Pocas alarmas pueden salir de aquí, solo el simple recordatorio de que la victoria nunca es automática, siempre hay que jugar. Y, también, la consolidación de Thiem como principal candidato a molestarle en Roland Garros. El torneo parisino es la clave, el final de todo este recorrido. El favorito prohibitivo es Nadal, que para eso lo ha ganado nueve veces y ha demostrado ser el mejor jugador de la historia en tierra. Después de él, un peldaño por debajo, hay que colocar a Thiem.

Además, Nadal podrá usar estos dos días de descanso que hubiese preferido no tener. El kilometraje de estas últimas semanas está siendo muy alto, más aún en un jugador que nunca se ha dedicado a economizar esfuerzos. Dos partidos menos son, de algún modo, una manera de parar y resetear las ideas para el gran objetivo, que no es otro que estar en junio con su décima copa de los mosqueteros.

Allí esperará Thiem, que también tendrá que demostrar que es capaz de mantener este ritmo frenético en partidos a cinco set, esos en los que la fatiga tiene una presencia mayor y traicionera. Porque Roma requiere mucho tenis, pero París también es un campeonato del mundo de resistencia. Y en eso Nadal ha demostrado demasiadas veces que es casi un intocable. Queda poca tierra, pero la que queda es la mejor.

Porque el coloso también puede tener días un poco menos buenos. Y el problema, en este caso, no fue tanto que Rafael Nadal no jugase bien sino que su rival, Dominic Thiem, estuvo a un nivel memorable. El jugado austriaco había perdido dos veces consecutivas contra Nadal en tierra, las dos últimas finales. Y no quería permitirse ni una más. En el Foro Itálico sacó todo su arsenal de juego, que es mucho, y sometió a Nadal que no podrá así conseguir lo nunca visto, ganar todos los torneos de tierra de la primavera.

Rafa Nadal