Es noticia
Una azafata del Godó: "Estábamos heladas y nos regañaban por ponernos una chaqueta"
  1. Deportes
  2. Tenis
"Acepto hacer de objeto, pero hasta un punto"

Una azafata del Godó: "Estábamos heladas y nos regañaban por ponernos una chaqueta"

Raquel Muñoz era una de las ocho azafatas contratadas para el torneo de Barcelona que se quejaron del frío que tuvieron que pasar y del trato que recibieron de su empresa

Foto: Murray, ante una azafata de Schweppes. (EFE)
Murray, ante una azafata de Schweppes. (EFE)

Raquel Muñoz ha sido una de las ocho azafatas de una agencia que contrató la empresa Schweppes para trabajar como paragüera durante la celebración del torneo Conde de Godó (Open Banc Sabadell) que se celebró en Barcelona la pasada semana y que ganó Rafa Nadal.

Raquel tiene 23 años y ha estudiado periodismo. Desde los 20 trabaja como azafata: “No es algo a lo que me piense dedicar. Simplemente me sirve para ganar un dinero mientras estudio. Un dinero que me sirve para costear mis gastos y no tener que depender exclusivamente de mi familia. Pero no estoy dispuesta a ganar dinero de cualquier manera y lo que ha sucedido esta vez ha sido indignante, denigrante y por eso lo denuncio”.

Foto: Esta imagen no se volverá a ver en el Tour Down Under (Dan Peled/EFE/EPA). Opinión

La bajada de temperaturas durante la semana en la que se celebró el Godó provocó retrasos y cancelaciones por culpa de la lluvia, y en las gradas el público iba abrigado, como respuesta a los ocho o 10 grados que había en Barcelona. Raquel y sus siete compañeras fueron contratadas por Schweppes y su uniforme era un vestido amarillo, que simulaba ser una camiseta polo y una falda corta. “No era nada escandaloso, el problema era que hacía frío y que ya lo avisamos el primer día, que no podíamos trabajar vestidas así, y nos contestaron que como nos siguiéramos quejando nos echaban a todas y contrataban a otras ocho, que cambiáramos de actitud”, relata.

Raquel y sus siete compañeras no se callaron, sobre todo después de que dos de ellas se dieran de baja tras enfermar debido al frío que estaban pasando. Les permitieron entonces llevar una chaqueta negra, pero con condiciones: “Solo podíamos ponernos la chaqueta durante el peloteo de los tenistas y durante el partido cuando estuviéramos sentadas y no saliéramos en cámara, porque no se veía entonces el logo de la marca”. Ya sabía para lo que la habían contratado: “Para llevar el paraguas y proteger a los tenistas del sol o la lluvia y pasearnos entre un partido y otro, para ser objetos, sí, complementos decorativos. Es lamentable, pero es así y a mí el dinero me iba bien, pero en los tres años que llevo trabajando como azafata he realizado muchos trabajos y es la primera vez que tengo una experiencia así, tan negativa, en la que no tienen en cuenta ni siquiera tu salud, y no quiero dejarlo pasar por alto. Por eso lo he hecho público, porque cualquier persona, sea hombre o mujer, debe trabajar con unas condiciones mínimas y este ha sido indigno”.

Hubo un partido, ya de noche, con cuatro grados, en el que Raquel y otra azafata no pudieron aguantar más: “Me eché a llorar, estábamos congeladas y no nos sentíamos los pies así que nos pusimos la chaqueta y una toalla en los pies, que ni nos sentíamos los dedos… Y nos llevamos después una buena bronca. ¿Que qué nos dijeron? Que teníamos que dar el 100% de nosotras, que nos habían contratado con un vestuario determinado y ya lo sabíamos, que dejáramos de quejarnos”. Cuando terminó el torneo y después de hablar con sus amigos periodistas, decidió contar su historia en Catalunya Ràdio primero y, como es lógico, enseguida tuvo eco.

Foto: Dos azafatas con el paraguas habitual de las carreras de motociclismo (José Bretón/Cordon Press). Opinión

“En la agencia que me contrató para el Godó ya me han dicho que no me llamarán más y me parece perfecto. Yo tampoco quiero volver a trabajar con ellos. En cambio, me han llamado de otra para ofrecerme trabajo y felicitarme por reivindicar mis derechos. Porque aquí estábamos hablando de dignidad, de salud. Ya digo que no es mi intención dedicarme a ser azafata y sé que me contratan porque tengo un físico determinado, pero hay unos límites que se han sobrepasado. Acepto hacer de objeto, pero hasta un punto. Y también estaría bien que los deportistas, los tenistas en este caso, tomaran partido y se dieran cuenta de lo que sucede a su alrededor. Si lo hago público es para que no vuelva a suceder más”.

Raquel confía en encontrar trabajo de lo suyo, como periodista, pero mientras seguirá trabajando para ganar dinero (como el resto del mundo) de azafata, siempre y cuando se cumplan unos mínimos requisitos.

Raquel Muñoz ha sido una de las ocho azafatas de una agencia que contrató la empresa Schweppes para trabajar como paragüera durante la celebración del torneo Conde de Godó (Open Banc Sabadell) que se celebró en Barcelona la pasada semana y que ganó Rafa Nadal.

Azafatas
El redactor recomienda