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La 'kryptonita' de Garbiñe y la compañía que necesita para luchar por la Fed Cup
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españa, eliminada contra la república checa

La 'kryptonita' de Garbiñe y la compañía que necesita para luchar por la Fed Cup

La hispanovenezolana perdió su primer partido individual en Fed Cup por no poder contrarrestar el saque de su rival. Necesita más ayuda si quiere ganar una competición por equipos

Foto: Garbiñe trata de restar el potencial de Pliskova (EFE)
Garbiñe trata de restar el potencial de Pliskova (EFE)

Garbiñe Muguruza será la clave para el equipo español en los años venideros, pero ganar la Fed Cup, como ella misma dice tener por objetivo, requiere un poco más. La República Checa ha demostrado este fin de semana que el nivel es muy alto, que no solo es necesario tener una jugadora de primerísima línea -como Garbiñe- sino también profundidad de banquillo y posibilidades para variar la idea de juego. Muguruza perdió contra una jugadora con la que se verá muchas veces en un futuro. Son parte de la misma generación, la que está llamada a recoger el testigo de Serena Williams, si es que la estadounidense desaparece alguna vez del circuito, cosa que está por ver.

Foto: Muguruza no tuvo ninguna opción ante Pliskova (Martin Divisek/EFE-EPA)

Tiene la española un problema en este duelo. Así como domina a la mayor parte de las jugadoras de su nivel, con Karolina Pliskova aún no ha encontrado el modo de juego oportuno. Es un problema de ritmo, del infernal ritmo que le pone al juego la checa, una tenista que tiene más potencia que variedad y sale siempre a la pista con la idea de mandar sobre su rival. Tiene un juego algo suicida a veces, evita cualquier peloteo de más de tres golpes. Todo rápido, fuerte, duro.

Empezando por el servicio. Garbiñe Muguruza es, cosas de la edad, un producto por terminar. Tiene casi todas las artes del juego dominadas, pero aún le cuesta oponer resistencia ante las mejores sacadoras del circuito. Le pasó en el Abierto de Australia contra CoCo Vendeweghe, una jugadora que no tiene el mejor repertorio del circuito pero sí consigue darle muchísima potencia a su servicio. A Garbiñe le costó leer por dónde le iba a venir la bomba y de esa inseguridad surgieron los problemas para realizar su juego.

Garbiñe está cómoda cuando manda, es de ese tipo de jugadoras. En ese sentido, poco española. A ella le gusta dar un paso adelante, atacar la bola y mover a su oponente. Su juego le permite colocarse en el centro de la pista y, desde esa posición aventajada, encontrar lo huecos que siempre deja la rival. Su poderosa derecha le permite abrir espacios y desesperar a cualquiera.

Foto: Garbiñe Muguruza (EFE)

Para que eso suceda, sin embargo, es necesario que el primer resto sea bueno. Cuando es ella la que se desequilibra tiene más problemas para alcanzar las posiciones desde las que es realmente mortífera. Es muy complicado cuando su rival, en este caso Pliskova, mete primeros duros. No es una tipología que abunde tanto en el circuito, pero Garbiñe sabe ya que siempre que se cruce contra la checa en una pista tendrá su 'kryptonita' presente. Y necesitará estar con los cinco sentidos a tope para reaccionar a la velocidad que requiere un partido así.

De hecho, una de las evoluciones de esta temporada de Garbiñe tiene que ver con la movilidad, algo clave para el tenis en general y en este aspecto en particular. La caraqueña trabajó fuerte en la pretemporada y ha aparecido en las pistas sensiblemente más delgada. Uno de los motivos lógicos por los que se tomó esta decisión es el físico. En el pasado ha tenido problemas articulares y en los pies, causados probablemente por su gran tamaño. Ahora ha perdido un poco de músculo, algo que no se nota en los golpes, pues siguen siendo igual de buenos, pero le ayuda a ser más rápida en llegar a la bola. No lo suficiente, por lo que se ve, para alcanzar la velocidad de Pliskova cuando está mandando.

Muguruza tiene otro problema añadido con las bombarderas, y es que le ponen mucha presión en su servicio. Al ver que le cuesta hacer frente cuando tiene que restar, intenta arriesgar más con su saque. A pesar de su tamaño y calidad, no es una excepcional sacadora, es solo solvente. Contra Pliskova, quizá por esa presión al ver que era incapaz de dañar a la checa cuando esta servía, se perdió en un mar de primeros servicios fallidos que le obligaban a probar suerte con el segundo, un problema si lo que se quiere es dominar y, por lo tanto, arriesgar.

La pequeña ventaja con la que cuenta Garbiñe es que el circuito no está repleto de jugadoras como Pliskova, más bien al contrario. Así como en el circuito masculino los misiles son la norma, en la WTA hay menos cantidad y, sobre todo, menos regularidad. La checa mantiene una línea siempre estable, por eso es número 3 del mundo y candidata, como Garbiñe, a cualquier torneo en el que esté en el cuadro. Hay otras, como la citada Vandeweghe, que tienen un saque para atemorizar, pero no siempre consiguen la estabilidad para que les entre los primeros. Lo normal, en todo caso, es ver muchas jugadoras a las que les gusta el ritmo alto, pero no tan angustioso.

placeholder Pliskova, al servicio (EFE)
Pliskova, al servicio (EFE)

El resto del equipo

Garbiñe Muguruza es el mascarón de proa del equipo. Su decisión de jugar con España es clave para las opciones que se puedan tener en el futuro. Pero la Fed Cup difícilmente se ganará sin una segunda raqueta potente. Porque no se puede pedir a una tenista, por buena que sea, que esté durante tres rondas a tope, sin perder un solo punto y jugando hasta los dobles. Es demasiado encargo, lo cual es lógico, porque debe primar el equipo, es la única competición importante del tenis en las que la compañía es un factor diferencial.

Foto: La interpretación errónea del himno (Bruce Ormori/EFE-EPA)

Se ha encontrado España la desgracia en esta ocasión de la baja de Carla Suárez, que ha pasado lesionada el principio de temporada. Intentó jugar en Australia, siempre se fuerza para estar en un Grand Slam, pero el caso es que el hombro no funciona. La presencia de la canaria hubiese cambiado bastante la composición de fuerzas en esta eliminatoria. No en vano es una jugadora que ha estado en el top-10 recientemente y que es, en principio, más peligrosa que la segunda checa, Styrcova. No solo es pensar en el duelo entre ambas tenistas, también en la posibilidad de que Suárez cansase a Pliskova en el primer día para que llegase menos fresca a su partido contra Garbiñe.

No estaba, no vale de nada darle vueltas. Ahora toca, en abril, intentar mantener la categoría y ver si el dúo español a tope es capaz de plantar cara a las mejores. Carla cumplirá esta temporada 29 años, aún tiene tenis por delante, aunque nunca ha sido la tenista más regular -le costó mucho asentarse en la élite- y tiene recurrentes problemas físicos que pueden dar al traste con las opciones del equipo. Es, de todos modos, la mejor carta con la que cuenta ahroa mismo el equipo.

En cuanto al futuro, aún está por llegar. Lara Arruabarrena es una jugadora voluntariosa, decidida y con talento, pero le falta potencia para montarse en la élite. Más aún cuando tiene que jugar en superficies duras contra grandes pegadoras. Con 25 años, es improbable que de el salto que necesitaría España. Más jóvenes, pero también con más potencial, llegan dos jugadoras. Sara Sorribes, de 21, ya ha estado presente en esta eliminatoria. Está cerca del top-100 mundial y es una jugadora con un cielo limitado por su tenis, pero siempre se agarra a la pista y compite bien. Es una fuerza mental y no está exenta de tenis, quizá no le da para ser una presencia importante y constante en el circuito, pero siempre que aparezca disputará sus encuentros.

Por último, una incógnita. Cualquiera que ha visto jugar a Paula Badosa, con 20 años, sabe que en ella sí que hay tenis para soñar. Desde que era una adolescente la fueron señalando como una posible estrella, aunque hoy en día eso es aún decir demasiado. En los últimos años no ha tenido la evolución esperada, está rondando el número 300 después de lesiones y baja forma. El CSD peleó en su día porque optase por la nacionalidad española, pues tiene también pasaporte estadounidense, y finalmente el equipo contará con ella si lo desea. El potencial está ahí, pero de momento es más un sueño que una realidad.

Garbiñe Muguruza será la clave para el equipo español en los años venideros, pero ganar la Fed Cup, como ella misma dice tener por objetivo, requiere un poco más. La República Checa ha demostrado este fin de semana que el nivel es muy alto, que no solo es necesario tener una jugadora de primerísima línea -como Garbiñe- sino también profundidad de banquillo y posibilidades para variar la idea de juego. Muguruza perdió contra una jugadora con la que se verá muchas veces en un futuro. Son parte de la misma generación, la que está llamada a recoger el testigo de Serena Williams, si es que la estadounidense desaparece alguna vez del circuito, cosa que está por ver.

Paula Badosa República Checa
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