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Verdasco trata de reinventarse en Qatar, pero aún se parece demasiado al de siempre
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desperdició cinco bolas de partido contra Djokovic

Verdasco trata de reinventarse en Qatar, pero aún se parece demasiado al de siempre

El tenista madrileño se ha ido a vivir al emirato, donde tiene un proyecto a largo plazo. Ha contratado a Emilio Sánchez Vicario y a un fisioterapeuta, está jugando bien, pero mantiene sus lagunas

Foto: Fernando Verdasco (Reuters)
Fernando Verdasco (Reuters)

Fernando Verdasco tiene ya 33 años, pero nada en él parece haber cambiado. Su carrera es de una regularidad pasmosa en el desconcierto. En él está todo lo mejor y lo peor que se puede ver en el tenis, es a la vez calma y tempestad, un caso único dentro del deporte. También uno algo estéril, porque Verdasco ha jugado muchos buenos partidos, pero más veces aún se ha dejado llevar hasta perderse.

Foto: En la imagen, Fernando Verdasco durante su partido ante Novak Djokovic en Doha (Reuters)

El año pasado se fue a vivir a Doha, tentado por el dinero Qatarí. El país apuesta fuerte por el deporte y pensaron que un jugador como el madrileño tiene muchas cosas para enseñarles. Contactó con él Nasser Al-Khelaïfi, dueño del PSG y amigo personal del tenista, que le vendió un proyecto a largo plazo, algo que suena muy poco a Verdasco, siempre encadenado a sus cambios constantes de vida. A pesar de todo, la idea le entusiasmó. Ya ve cerca el final de su carrera deportiva y cree que el siguiente paso puede ser vivir en Qatar y enseñar su deporte a jóvenes. Dinero no va a faltar.

Y allí, en su tierra de adopción reciente, se ha vuelto a ver al mejor/peor Verdasco. Si a mediados del año pasado se le cuenta a alguien que va a estar plantándole cara en un partido a Djokovic le hubiesen tomado por loco, pero fue eso exactamente lo que pasó. Cinco bolas tuvo para llevarse el partido tuvo en el segundo set. También es cierto que desperdició todas y cada una de ellas hasta terminar perdiendo el partido. Lo cual es algo muy propio de un tenista ciertamente inestable en su juego. Pero eso no debe tapar, al menos no del todo, la primera parte del enunciado, porque Verdasco está jugando muy bien, golpeando con rabia la derecha y transformando su revés, en ocasiones errático, en un arma que puede hacer daño. En este torneo ha ganado a Goffin y a Karlovic, que son rivales a tener en cuenta.

A Verdasco siempre se le dio mejor empezar los años que terminarlos. Su mejor temporada, la de 2009, tuvo su momento cumbre en enero, cuando llegó a semifinales del Abierto de Australia. Allí se dejó el partido contra Rafa Nadal en un memorable encuentro a cinco sets que concluyó con una doble falta del madrileño. Eran los días en los que entrenaba con Agassi y se concentraba en Nevada, el momento en el que puso el físico por encima de todo y se tomó más en serio su carrera.

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Tennis - Qatar Open - Men's singles semi-finals - Fernando Verdasco of Spain v Novak Djokovic of Serbia - Doha, Qatar - 6 1 2017 - Verdasco in action. REUTERS Ibraheem Al Omari

Volver a lo conocido

Llegó aquella época, que concluyó meses después, cuando Verdasco comenzó a creer en sí mismo y en su potencial. Cualquiera que le ve jugar sabe que no le faltan golpes, pero la potencia sin control de poco vale. Mucho de todo aquello tuvo que ver con la final de la Davis en Mar del Plata, en aquel encuentro plagado de errores que terminó venciendo a Acasuso para llevarse la ensaladera a España. Es la única vez que la Armada ha ganado la competición jugando como visitante. En aquel momento lúcido estaba presente Emilio Sánchez Vicario, capitán del equipo y uno de los hombres que mejor a comprendido al enigmático madrileño.

Ahora vuelve a su lado. Vicario vive en Estados Unidos, donde cuida su academia, y no le acompañará durante el año, solo estarán juntos en la gira estadounidense. Su presencia se une a la de Nacho Truyol, con quien se mantiene unido desde hace tres años. Juntos, se supone, tienen que darle a Verdasco el último golpe de timón de su carrera. También es importante el físico, la edad no perdona y con el tiempo han ido apareciendo achaques al jugador. Ahora viaja siempre con fisioterapeuta, figura muy común en el mundo del tenis que, inexplicablemente, Verdasco no tenía. Es un espíritu libre.

"El objetivo de este año es estar sano, porque si no es difícil tener un buen ránking", comenta el madrileño. Quiere alargar su carrera lo máximo posible, aunque de algún modo es consciente que lo mejor ya queda a su espalda. La paradoja de Verdasco siempre es la misma: lo que pudo ser y no fue.

Fernando Verdasco tiene ya 33 años, pero nada en él parece haber cambiado. Su carrera es de una regularidad pasmosa en el desconcierto. En él está todo lo mejor y lo peor que se puede ver en el tenis, es a la vez calma y tempestad, un caso único dentro del deporte. También uno algo estéril, porque Verdasco ha jugado muchos buenos partidos, pero más veces aún se ha dejado llevar hasta perderse.

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