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Nadal mantiene el paso fuerte y decidido en el US Open para pasar a octavos de final
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sigue sin perder un set en todo el torneo

Nadal mantiene el paso fuerte y decidido en el US Open para pasar a octavos de final

El tenista español no tuvo ningún problema para deshacerse de Andrey Kuznetsov, un rival a quien supo controlar con un juego de alto ritmo y variando los golpes. La lesión parece olvidada

Foto: Rafa Nadal celebra su victoria (Reuters)
Rafa Nadal celebra su victoria (Reuters)
Foto: Nadal, jugando bajo el techo del US Open (Efe)

Son muy pocos los tenistas que saben jugar con tranquilidad en un Grand Slam. Es, sobre todo, una cuestión de experiencia. Nadal es uno de ellos, de los que cuando entra en la pista central del US Open, la mítica Artur Ashe, no mueve un músculo de la cara. En la tercera ronda se encontraba con Andrey Kuznetsov. El ruso llegaba a la central, en sesión de noche, para ver qué pasaba. Pasó lo que es lógico en estos casos, ganó el mejor.

Necesitó Nadal solo dos horas para superar al ruso, le bastó la seriedad, la capacidad de saberse mejor en todo momento. El español, desde los Juegos, está arrojando las mejores sensaciones posibles. No duda, mira a los ojos del rival y cree en la victoria. Ese grado de confianza lo da el olvido de las lesiones. Nadal no quiere hablar de su muñeca, es probable que no esté perfecta, pero tampoco parece afectarle en la pista. Siendo importante, no es más que uno más de los muchos engranajes que componen a un tenistas. Él resto parece tenerlos a tope.

Foto: Garbiñe Muguruza se lamenta tras su derrota (Reuters)

Sigue retrasándose demasiado en el resto, y no saca tan bien como le gustaría -seis dobles faltas por solo un ace- pero el ritmo es bueno. Excelente de hecho, porque ha conseguido mover a sus tres rivales por la pista, dominar el partido con soltura. Y eso que en el resto se retrasa mucho, casi pegado a la pared, como si tuviese miedo. Es una farsa, el balear nunca tiene miedo, no cuando está en un buen tono.

El mejor Nadal se vio en la primera manga. Kuznetsov no sabía por donde achicar el agua. Cuando no le sobrepasaba en un passing le lanzaba una bola alta que el ruso no podía controlar. La tormenta perfecta, la que recuerda al más mítico Nadal. No tanto pudo decir del segundo set, donde Kuznetsov llegó a romper a Rafa Nadal y a contestarle. Espejismos en el desierto de luces neoyorquino, pues el español se rearmó, ganó el set y terminó apabullándole en el último parcial. Tres sets a cero, máxima facilidad. "He hecho un primer set fantástico, he jugado con pocos errores y más agresivo. En el segundo he sacado mal y eso me ha creado dudas, estaba más pendiente del movimiento del saque que del punto de después", resumía el partido Nadal en el micrófono de Alex Corretja, una vez más comentarista de excepción en el torneo.

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JSX01. Flushing Meadows (United States), 02 09 2016.- Rafael Nadal of Spain hits a return to Andrey Kuznetsov of Russia during their match on the fifth day of the US Open Tennis Championships at the USTA National Tennis Center in Flushing Meadows, New York, USA, 02 September 2016. The US Open runs through September 11. (España, Abierto, Tenis, Rusia, Estados Unidos) EFE EPA JASON SZENES

Próxima parada, Pouille

Foto: Rafa Nadal, durante su primer partido del US Open. (EFE) Opinión
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Ha sufrido muy poco el español para llegar a los octavos de final. Cuenta sus partidos por victorias y sus sets por paseos militares. Es cierto que, en el Grand Slam, estas rondas son de desgastes pero, para los tipos como Nadal, no de muerte. Suponen cansancio, desgaste, pero rara vez derrota. Al menos no cuando la forma respeta al jugador. El mejor tenista de la historia del país tiene la cabeza en su sieto, está calmado y confiado. Y cuando está así es terrible, se le puede preguntar a cualquiera de sus rivales. Porque Rafa no falla, su juego conservador y cerebral le tiene siempre dentro de las líneas.

En la siguiente ronda ya se enfrentará a un jugador de algo más fuste, el francés Lucas Pouille. Es el 25 del mundo y es de esos jugadores pegajosos que nunca jamás se rinden. Cuartos en Wimbledon, semifinales en Roma. Un buen año. Y lo puede decir Roberto Bautista, que se batió el cobre con él en esta ronda y terminó sucumbiendo en el quinto set.

Nadal no está trabajando mucho, porque no lo ha necesitado, y piensa en lo que le viene. Primero Pouille y, en el horizonte, en semifinales, la opción de Djokovic. El serbio, por cierto, que está descansando más aún que Rafa. El anterior partido no lo jugó por lesión de su rival, el último solo le duró seis juegos antes de que se borrase Youzhny.

Foto: Nadal, jugando bajo el techo del US Open (Efe)

Son muy pocos los tenistas que saben jugar con tranquilidad en un Grand Slam. Es, sobre todo, una cuestión de experiencia. Nadal es uno de ellos, de los que cuando entra en la pista central del US Open, la mítica Artur Ashe, no mueve un músculo de la cara. En la tercera ronda se encontraba con Andrey Kuznetsov. El ruso llegaba a la central, en sesión de noche, para ver qué pasaba. Pasó lo que es lógico en estos casos, ganó el mejor.

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