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La escalera de Nadal: para jugar contra el mejor antes hay que ganar al segundo
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La escalera de Nadal: para jugar contra el mejor antes hay que ganar al segundo

Aunque todo el mundo quiere una final entre el español y Djokovic antes tiene que jugar contra Murray, que ha demostrado ser competitivo en tierra y estar en un gran nivel

Foto: Nadal, en su partido de cuartos de final contra Sousa (JuanJo Martín/EFE)
Nadal, en su partido de cuartos de final contra Sousa (JuanJo Martín/EFE)

Todo el mundo habla de Djokovic en la Caja Mágica. Es un nombre presente en todas las conversaciones, casi siempre con un tinte de admiración, no en vano es el gran dominador del tenis en los dos últimos años. Aquí, en España, en la cabeza del aficionado está muy presente la opción de que el domingo se cruce el líder del ranking con Nadal, la prueba definitiva. Una victoria de Rafa supondría un cambio en el paradigma, una reafirmación. Por eso Nadal se pasa largos ratos respondiendo sobre una posible final contra el serbio. Hablando de una hipótesis. Porque no es más que eso, una hipótesis. El tenis no es un ascensor rápido sino una escalera que se va parando en cada fase para probar al jugador.

"Yo solo sigo mi camino, y creo que Djokovic hace lo mismo. Hago todo lo posible por jugar a mi mejor nivel, creo que estoy más cerca", decía al principio del torneo Nadal, poco después de destacar que la pregunta correcta no tiene que ver con el serbio. Porque la cuestión es pertinente, pero no es menos cierto que antes de la final hay demasiados obstáculos que no deben ser depreciados. Lo fue Sousa en cuartos de final, cómo no lo va a ser Murray en las semifinales.

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La idea es ganar en la final, si es al número uno bienvenido sea, pero antes tiene que vencer a Murray, el que hoy en día es el segundo mejor jugador del planeta, uno de los más competitivos y también rival de considerable tamaño. Estas últimas semanas se han visto mucho. Primero en la semifinal de Montecarlo, que ganó Nadal, no sin problemas, exhibiendo su mejor juego. Después, y de un modo más privado, en Palma de Mallorca, donde se ha desplazado el escocés para aprovechar el buen tiempo y la posibilidad de hacer entrenamientos de nivel con la leyenda española.

Se conocen bien, son muchos años juntos en la élite y se han cruzado en todas las circunstancias posibles. Por eso, por su largo historial, Nadal no cree que haberse visto estas últimas semanas cuente nada para la semifinal. "No porque viniese en Mallorca vamos a crear ideas nuevas, Mallorca no me va una ventaja especial", cuenta el español. Las condiciones, además, tienen poco que ver en Madrid con el resto de lugares del mundo. La tan manida altura y, esta temporada, también el techo, que igual hace presencia en la jornada del sábado, cuando se espera lluvia.

Ya el año pasado se vieron las caras en la capital de España, fue en la final, pues en aquella edición caminaban por lados opuestos del cuadro, y terminó la cosa con victoria de Murray. No eran los mejores momentos de Nadal, ni mucho menos. "Es un año completamente distinto, sensaciones distintas, no sé lo que puede pasar. Murray ha jugado muy bien, lleva jugando bien toda la semana. Voy a intentarlo, no puedo pensar en el año pasado, era un año distinto y espero que no se repita, pero todo es posible, soy consciente de que juego contra el segundo mejor jugador del mundo a día de hoy. Aquí es más complicado aquí que en Montecarlo, por la altura, porque la bola vuela más. Es una oportunidad de competir bien contra uno de los mejores jugadores del mundo", explica.

El partido de Montecarlo, aunque no lo quieran poner como referencia, no deja de ser un punto de inflexión en el año de Nadal. Venía de una temporada difícil, en la que le costó sobremanera imponerse a los mejores jugadores del circuito. Ganar allí fue un toque de autoridad, un grito de retorno.

Murray tampoco quiere tener en cuenta ni la final de Madrid del pasado año, ni aquel partido en Montecarlo, ni los entrenamientos de la última semana. Para él el tenis es como el río, que nunca es el mismo. "Tienes que hacer ajustes todas las veces que juegas, ir cambiando, si juegas siempre igual contra la gente ellos saben que esperar", responde el escocés.

Los vídeos de la semana

El número 2 del mundo gusta de ver vídeos de sus rivales antes de jugar, pero no utiliza los antiguos, los de duelos propios, sino los de la semana en la que se está disputando el torneo. "Me han preguntado si veo partidos que hemos jugado antes, pero a veces es más relevante ver los que se han jugado esta semana. Los jugadores cambian mucho, no son iguales", explica Murray.

Nadal es de una opinión ligeramente diferente, él no necesita una sesión audiovisual para redescubrir a un jugador con quien se ha enfrentado 23 veces en el circuito. Muchas horas de pista, sin contar con el añadido de los entrenamientos. "Hoy es fácil, hay muchos vídeos en Internet, pero al mismo tiempo nos conocemos muy bien, es una cuestión de jugar lo mejor que sé y si es así espero tener oportunidades, si no es imposible", cuenta el número 5 del mundo.

El duelo de este sábado tiene un punto más de interés que los acostumbrados en años anteriores, especialmente por la mejoría que ha experimentado Murray en tierra. Ganar Madrid el año pasado hizo ver que no era solo un jugador de pistas duras, aunque evidentemente ahí sea donde da su mejor nivel. "Que no tuviera ningún título en tierra era circunstancial. Era cuestión de tiempo, ya había estado en semifinales de Roland Garros, a Djokovic le tuvo en Roma prácticamente ganado, había jugado conmigo semifinales de Montecarlo.... Que no hubiese ganado era circunstancial. Siempre lo había dicho. No tiene ningún sentido decir que no es un especialista en tierra, él es especialista en todo, un jugador de ese nivel se adapta muy bien a todo", argumenta Nadal, muy acostumbrado a echar flores al rival.

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Murray sí que reconoce un salto entre otros años y estos últimos. "Claro que él está jugando mejor que el año pasado, pero creo que yo también. Tienes que seguir mejorando siempre, hoy hay cosas en mi juego que son mucho mejores de lo que solían ser". Y ese es el principal reto de Nadal, ganar a Murray para poder estar en la final. Si eso llega, que es lo soñado por él y, sin duda, por la bullanguera grada de la Caja Mágica.

Luego, sobre el rival, hay matices. La afición quiere ver el gran duelo, el de Djokovic, pero Nadal al principio de esta semana no estaba muy seguro de que esa fuese una opción óptima: "Si Djokovic llega a la final y yo estoy también serán buenas noticias, pero siendo honesto, preferiría jugar con alguien que no fuese él. Quiero tener las mayores opciones de ganar el torneo y si te encuentras con el mejor del mundo tus opciones son menos. Dicho eso, si tengo que jugar contra él estará bien porque querrá decir que estoy en la final y trataré de jugar lo mejor posible, como hice en Indian Wells y en todos los partidos que he jugado contra él",

Todo el mundo habla de Djokovic en la Caja Mágica. Es un nombre presente en todas las conversaciones, casi siempre con un tinte de admiración, no en vano es el gran dominador del tenis en los dos últimos años. Aquí, en España, en la cabeza del aficionado está muy presente la opción de que el domingo se cruce el líder del ranking con Nadal, la prueba definitiva. Una victoria de Rafa supondría un cambio en el paradigma, una reafirmación. Por eso Nadal se pasa largos ratos respondiendo sobre una posible final contra el serbio. Hablando de una hipótesis. Porque no es más que eso, una hipótesis. El tenis no es un ascensor rápido sino una escalera que se va parando en cada fase para probar al jugador.

Rafa Nadal
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