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Garbiñe y Suárez, las armas para reverdecer los laureles de España en la Fed Cup
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Garbiñe y Suárez, las armas para reverdecer los laureles de España en la Fed Cup

La eliminatoria contra Italia demuestra que, cuando se tienen jugadoras en la élite, la victoria está más cerca. España dominó el tenis femenino en los 90 y ahora busca volver

Foto: Conchita Martínez, Garbiñe Muguruza y Carla Suárez (EFE)
Conchita Martínez, Garbiñe Muguruza y Carla Suárez (EFE)

Hubo un tiempo en el que el tenis español hablaba siempre en femenino. Sí, junto a Arantxa y Conchita coincidieron buenos tenistas, como Sergi Bruguera, pero lo que cada fin de semana sobresalía era el empeño de las dos tenistas, que pasaron una década entre las diez mejores jugadoras del mundo. En esos mismos años la selección española labró una tradición ganadora en la Fed Cup, la competición por equipos más importante, la Copa Davis femenina.

Entre el año 1989 y el 2002 España se coló en diez finales de la competición y consiguió llevarse el título en cinco de ellas. Siempre brillantes, Arantxa y Conchita, Conchita y Arantxa, que jugaban los individuales y también los dobles. Nunca se dejaban el esfuerzo por el camino, para ellas era relevante conformar el mejor equipo del mundo, un cetro que, indudablemente, regentaron durante los años 90.

Después el fuelle bajó y los chicos tomaron el relevo con fuerza. Se sucedieron Corretja, Moyá, Ferrero, Ferrer y, por descontado, Nadal. La Copa Davis empezó a ser terreno conocido para el equipo masculino, un escenario en el que, como pasaba en los 90 con las chicas, siempre aparecían como favoritos de antemano. En el tenis español el talento nunca ha faltado y ha estado muy bien repartido.

[Las tenistas españolas demuestran su compromiso en la Fed Cup]

Mientras eso pasaba el cuadro femenino de los torneos se despoblaba de jugadoras españolas. Había buenas jugadoras, como Anabel Medina, pero les costaba mucho competir con las jugadoras futuristas que empezaron a dominar el tenis. Por un lado las Williams, por otro una hornada casi interminable que llegaba de Europa del este y estaba conformada por jugadoras muy altas, muy fuertes y que pegaban muy duro. Un biotipo muy útil para el tenis... y muy poco español.

España, a pesar de todos los pesares, se mantuvo en buena forma en la Fed Cup. En parte porque siempre ha habido muchas jugadoras, aunque no destacasen tanto; también porque el compromiso entre las féminas nunca ha faltado y se conseguía, en una competición muchas veces despreciada por las mejores raquetas, formar buenos equipos. La mejor muestra de ello es la final de 2008, en la que el equipo español no tuvo nada que hacer contra Rusia.

Volver al Grupo Mundial

En ocasiones se viajaba en el Grupo Mundial, con la sucinta élite del tenis femenino -hay solo 8 equipos, por 16 en el masculino-, en otras en la segunda división. Siempre por encima de las posibilidades, la ilusión escaseaba porque es difícil estar cerca del título si ninguna de tus jugadoras se encuentra entre las mejores. Pero eso ahora ha cambiado, las chicas han vuelto a la élite y dos españolas, Carla Suárez y Garbiñe Muguruza, han demostrado que están para competir contra cualquiera. Y en equipo más aún.

Conchita Martínez, que entró en un momento bajo para el equipo después de una mala época con su excompañera Arantxa Sánchez Vicario, ha dedicado mucho tiempo a la pedagogia. Se ha beneficiado de que Garbiñe haya optado por la nacionalidad española, no sin esfuerzo de las instituciones y los patrocinadores para conseguirlo, y del momento más dulce de la carrera de Carla Suárez. Siempre tuvo mucho talento, es probablemente la tenista que tiene unos golpes más estéticos en todo el circuito, pero las dudas en su caso venían por el lado del físico. Ni es alta ni es fuerte, pero es muy buena y ahora ha encontrado la línea que le hace ganar partidos.

[El reto de Garbiñe Muguruza]

El reto ahora es volver a la élite en la Fed Cup. Los primeros pasos se han dado a la perfección, con dos sólidas victorias ante Schiavone y Vinci. Italia ha vivido en los últimos años un proceso similar al de la España de los 90, una generación de buenas jugadoras con mucho compromiso que les ha permitido ganar la competición en cuatro ocasiones desde 2006. Esa generación, brillante, empieza a dar síntomas de agotamiento. Ya no está Penetta, Errani se ha lesionado y Garbiñe y Carla están aprovechando la coyuntura para imponer su juego.

Queda solo una victoria por lograr. A partir de las 12.00 horas. Empieza Garbiñe contra Vinci y si eso falla está la opción de Suárez contra Schiavone. Incluso queda abierto el punto de dobles, donde las dos jugadoras españolas también forman un gran equipo. El año pasado llegaron a ser finalistas de la copa de maestras. Porque ahora, el tenis femenino español ha vuelto a brillar con fuerza.

Hubo un tiempo en el que el tenis español hablaba siempre en femenino. Sí, junto a Arantxa y Conchita coincidieron buenos tenistas, como Sergi Bruguera, pero lo que cada fin de semana sobresalía era el empeño de las dos tenistas, que pasaron una década entre las diez mejores jugadoras del mundo. En esos mismos años la selección española labró una tradición ganadora en la Fed Cup, la competición por equipos más importante, la Copa Davis femenina.

Arantxa Sánchez Vicario
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