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"Me da igual quién esté al otro lado, Carla. Cree", pero la cabeza de Suárez no respondía
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PERDIÓ LA FINAL DE MIAMI ANTE SERENA WILLIAMS

"Me da igual quién esté al otro lado, Carla. Cree", pero la cabeza de Suárez no respondía

La de Miami fue su primera gran final y 'pagó' la novatada con un incontestable 6-2, 6-0 frente a la número uno del tenis mundial, Serena Williams. La cabeza fue el principal problema de la española

Foto: La grancanaria Carla Suárez, de 26 años.
La grancanaria Carla Suárez, de 26 años.

Unas horas antes del partido, su entrenador, Xavi Budó, escribió el siguiente mensaje en Twitter: “Sólo tú sabes el compromiso absoluto que has tenido para crecer como tenista, trabajando una barbaridad. Hoy es tu día. Disfrútalo y sé TÚ, Carla”. Intuía que a su pupila le podría superar la novedosa situación de una gran final y ante la número uno del mundo. “Te falta un punto de convicción. Debemos optimizar las opciones. Me da igual quien esté al otro lado. Cree. Carla, has ganado mil partidos con el segundo set perdiendo 3-0”. Budó, a poco de su derrota en la final del Premier Mandatory de Miami, volvía a mandar un mensaje a la cabeza de Carla. Después de esta charla, la canaria no atinaba ni a golpear una pelota que se coló entre la raqueta y su cuerpo. Definitivamente, la mente de Carla no estaba en su sitio.

Tras 5años de espera, una española se colaba en la final de un torneo importante (María José Martínez, Roma 2010), y han debido de pasar 15 en el caso de un Premier Mandatory. No fue Garbiñe Muguruza, sino Carla Suárez, nueva Top Ten (tercera española en lograrlo tras Conchita y Arantxa)y la cuarta mejor tenista del mundo de este 2015. “Sólo es el principio”, le dijo Serena Williams a la española en la ceremonia del podio. La estadounidense dejó seca a Carla a partir del 2-2 inicial y logró diez juegos consecutivos para establecer el definitivo 6-2, 6-0en menos de una hora. "Se me ha hecho un mundo, se me ha hecho muy difícil", reconoció la jugadora española de 26 años.

"Tu derecha es de las mejores"

Entre el primer y segundo set, Budó advirtió a Suárez: “Son sólo detalles. Estamos más cerca de lo que crees. Carla, tu derecha es de las mejores del mundo. Todas te respetan desde el fondo”. Su mensaje de confianza lo abordó al tiempo que le dio consejos de técnica y táctica.

Esta semana, Rafa Nadal reconoció que su actual bache de juego se debe a un problema mental, “ansiedad” y “nervios” que aparecen cuando antes los tenía bajo control. La psicología es clave en el tenisy si en la primera charla del partido Budó comentó aspectos del juego, en la segunda fue directamente a por la cabeza de Carla. Desafortunadamente no tuvo éxito.

La tarea para Carla no era sencilla atendiendo a los ingredientes: la rival era la número 1, Serena Williams, quien con el de este sábado suma 66 títulos –8 de ellos son de Miami-. No sólo es su saque poderoso, su derecha, revés o físico, es la experiencia acumulada y ese conocimiento de jugar finales.

Desde este sábado, seguramente Carla Suárez sepa mejor cómo afrontar este tipo de partidos y Budó, en dos tuits tras la final, explicó de la siguiente manera el porqué: “Serena fue la mejor Serena. Chapeau para ella por el nivel y la capacidad de mantener estos niveles de motivación y hambre. Es un ejemplo. Y tremendamente orgulloso de Carla. Ha crecido mucho como tenista y hay que pasar por estas experiencias para cada día ser mejor y más grande”.

Unas horas antes del partido, su entrenador, Xavi Budó, escribió el siguiente mensaje en Twitter: “Sólo tú sabes el compromiso absoluto que has tenido para crecer como tenista, trabajando una barbaridad. Hoy es tu día. Disfrútalo y sé TÚ, Carla”. Intuía que a su pupila le podría superar la novedosa situación de una gran final y ante la número uno del mundo. “Te falta un punto de convicción. Debemos optimizar las opciones. Me da igual quien esté al otro lado. Cree. Carla, has ganado mil partidos con el segundo set perdiendo 3-0”. Budó, a poco de su derrota en la final del Premier Mandatory de Miami, volvía a mandar un mensaje a la cabeza de Carla. Después de esta charla, la canaria no atinaba ni a golpear una pelota que se coló entre la raqueta y su cuerpo. Definitivamente, la mente de Carla no estaba en su sitio.

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