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El rugby cambia las reglas del placaje pensando en la cabeza de sus jugadores
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SE QUIERE EVITAR LAS LESIONES CEREBRALES

El rugby cambia las reglas del placaje pensando en la cabeza de sus jugadores

La profesionalización del rugby deriva en jugadores más potentes y métodos más efectivos para atacar y defender, incluyendo el placaje. Las reglas, por el bien del jugador, han debido evolucionar

Foto: Jonny Hill, del Exeter Chiefs es placado por Tom Palmer del Bordeaux-Begles.
Jonny Hill, del Exeter Chiefs es placado por Tom Palmer del Bordeaux-Begles.

El pasado 3 de enero, World Rugby introdujo más duras sanciones en la regla del placaje con un solo objetivo: prevenir el juego desleal y, con ello, evitar conmociones cerebrales en los jugadores. El máximo organismo del rugby ha tomado esta medida ante el peligroso crecimiento, sobre todo en el ámbito profesional, de unas formas que adultera el concepto del deporte puro, honesto y contundente, pero no dañino.

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Sin embargo y pese a que en esencia el placaje no cambia, ni antes ni ahora se podía hace contacto por encima de la línea de los hombros, la norma ha levantado suspicacias y opiniones a favor y en contra. Básicamente, lo que antes se sancionaba como falta ahora será una tarjeta amarilla y lo que antes era una sanción temporal por llevarse a alguien colgado de la cabeza, ahora será tarjeta roja. Algo bastante lógico, por otra parte, en un juego cada vez más brutal en las estancias profesionales y que en los últimos 20 años ha visto como los espacios se achicaban, las defensas prevalecían y se inventaban cosas como el 'chocke tackle' –algo así como el placaje ahogo- o el efectivo y legal pero no por ello menos espectacular, placaje a dos.

De esta manera la federación internacional quiere evitar por todos los medios que ocurra con las lesiones cerebrales lo que sucedió en Estados Unidos con los jugadores de fútbol americano. La NFL tapó durante años las terribles consecuencias que sufrían sus futbolistas tras sufrir reiteradas conmociones durante sus carreras. El caso llegó a los tribunales y la imagen del deporte quedó por los suelos. Es por ello que en plena expansión del rugby a nivel mundial tras las dos últimas Copas Mundiales en Nueva Zelanda e Inglaterra, el órgano rector introduce estas modificaciones. Política de tolerancia cero con los golpes en la cabeza para mantener la imagen de deporte duro pero no peligroso. Como debe ser.

Roberto Murias, experto fisioterapeuta de la selección española y Educador Médico de World Rugby para la prevención de este tipo de lesiones explica a El Confidencial que “en los últimos años ha incrementado la sensibilidad de la parte médica del rugby. Nos escuchan más ahora que antes. Y es normal –aclara-, con el profesionalismo los jugadores han aumentado 10 kilos su peso medio, hay más velocidad y los contactos son más violentos. Por eso se introducen en el reglamento este tipo de medidas, además de protocolos médicos y formación para jugadores y entrenadores”.

“Habrá menos lesiones de cuello y conmociones”

Una de las críticas a los cambios en el reglamento es que el rugby va a perder algo de esencia al evitar que se pueda disputar la pelota en el contacto, obligando a los jugadores a placar todavía más abajo. Murias, sin embargo, cree que no. “Lo que tendremos serán menos lesiones graves de cuello y conmociones cerebrales pero el rugby no va a cambiar radicalmente. Además, los efectos de estas modificaciones se ven con los años, habrá que esperar para ver cómo se adaptan los jugadores y que resultados se obtienen en términos de prevención de lesiones”, afirma.

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Sobre todo, porque en las conmociones cerebrales, hay mayor incidencia de lesiones en el jugador que placa que en el que es placado. Sin embargo, no se puede evitar vía reglamento que alguien que placa ponga el cuello mal al intentar un tackle y quede golpeado. En ese caso sólo queda prevenir vía formación, con mejores entrenamientos y entrenadores, para que el jugador aprenda el gesto y lo reproduzca correctamente. Sobre esto, los números no mienten. El pasado miércoles la federación inglesa (RFU) publicó su informe anual de lesiones donde queda en evidencia una mayor incidencia de las conmociones cerebrales en el rugby profesional inglés y además, que el 20% de los conmocionados fueron los jugadores placados mientras que el 47% eran placadores. El resto se dio en otras fases del juego.

Pero en estos números también hay algo de mito según Murias. La velocidad, la posición del cuerpo y la dirección en la que se efectúa la acción influyen en las lesiones. “Es cierto que son más comunes las lesiones en el placador que en el placado. Sin embargo, la gravedad de unas y otras no es comparable. Un jugador que sufre una conmoción cuando es placado, en términos de fuerza recibida, de la violencia del golpe, de la preparación para el contacto… siempre es mayor que la que puede sufrir en otras situaciones del juego”.

El 'feroz' Tana Umaga, a favor de la medida

Cuando se promulgó la nueva norma, no tardaron en salir defensores del placaje a la vieja usanza. La mayoría en Inglaterra –justo donde más aumentan las lesiones y donde más reacios son a las modificaciones en 'su' deporte- aduciendo que el rugby cada vez se iba a parecer más al rugby league. Precisamente por perder ese rasgo distintivo de un deporte en el que la posesión de la pelota siempre está en disputa. Un argumento que no se sostiene desde el momento en el que Inglaterra plaga los cuerpos técnicos de sus equipos con entrenadores de defensa venidos del rugby league.

En Nueva Zelanda, sin embargo, la cosa cambia. Fuera de su imagen de jugador aguerrido, el ex All Black y ahora entrenador de los Auckland Blues del Super Rugby, Tana Umaga, salió al paso defendiendo el nuevo reglamento. Umaga es famoso por su fiereza en el campo y por espetarle a un árbitro la frase “aquí no estamos para jugar a las chapas”, tras ser sancionado por un placaje a Dan Carter, por lo que parecería raro que aceptara esta norma y lo que trae consigo. Sin embargo, los kiwis son maestros en el arte de pasar sobre el contacto, algo fundamental en el rugby moderno.

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Y si los jugadores, por ley, se agachan más, las manos del jugador con la pelota quedan libres para pasar lo que, presumiblemente, se traduzca en más poder ofensivo en tiempos de defensas cerradas y terceras líneas monstruosos. De cómo unos y otros aceptan la nueva ley se desprende que la World Rugby haya dado en el clavo con esta modificación: reducir las lesiones graves y conseguir que se anoten más ensayos. Habrá que esperar para ver los resultados.

El pasado 3 de enero, World Rugby introdujo más duras sanciones en la regla del placaje con un solo objetivo: prevenir el juego desleal y, con ello, evitar conmociones cerebrales en los jugadores. El máximo organismo del rugby ha tomado esta medida ante el peligroso crecimiento, sobre todo en el ámbito profesional, de unas formas que adultera el concepto del deporte puro, honesto y contundente, pero no dañino.

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