Los Wallabies contarán en la final con un jugador más en la banda de Ashley-Cooper

La historia más emotiva del Mundial la ha protagonizado Adam Ashley-Cooper ('man of the match' de la pasada semifinal Argentina-Australia) y su amigo Guy Grinham. El protagonista de la segunda semifinal de la Copa del Mundo de rugby ha puesto la nota más humana del Mundial. El récord conseguido por Adam Ashley-Cooper el pasado domingo (único jugador 'aussie' que ha conseguido hacer dos 'hat-trick' en un mismo Mundial) ha quedado en un segundo plano tras conocer la última hora de su amigo Guy Grinham.

Para conocer la historia debemos remontarnos casi dos años atrás, cuando a un joven árbitro australiano le fue diagnosticado un cáncer. Este chico llamado Guy Grinham era muy amigo del ala 'aussie' y los últimos meses había empeorado mucho su estado de salud. Es entonces cuando comenzó el Mundial y llegó la gran oportunidad de cumplir uno de sus grandes sueños: asistir a un partido de los Wallabies en la Copa del Mundo de Rugby.

Tras llegar a Londres, su estado de salud empeoró y tuvo que ser ingresado. En el hospital recibió la visita de su amigo Adam y estuvieron hablando de rugby un buen rato (como luego confesaría el jugador 'wallabie' en una entrevista). Tras agravarse su salud, el sueño de acudir al estadio se desvanecía. Gracias a World Rugby, a la selección australiana y a la administración del estadio de Twickenham, pudo ser trasladado directamente desde el hospital al palco acompañado por una enfermera. Desde allí pudo ver el Australia-Gales en directo presenciando el pase como primero de grupo de su equipo del alma: los Wallabies.

En cuanto el árbitro señaló el final, Ashley-Cooper, la estrella australiana, no se quedó a celebrar el triunfo con sus compañeros. Tenía que cerrar un sueño inolvidable. El ala 'aussie' subió corriendo al palco -vestido tal cual había jugado- a fundirse en un abrazo con su amigo Guy Grinham. Después estuvieron hablando y cada uno se volvió a su rutina diaria con una gran sonrisa en sus caras y en sus almas. En la siguiente semana a dicho encuentro, el árbitro de 31 años falleció en el hospital de Londres donde estaba ingresado.

Según las propias palabras del 'recordman' australiano lo vivido con su amigo no se le va a olvidar jamás: “Le dije que jugaría por él y viendo la forma en que ganamos, sabiendo que estaba presente, fue realmente especial”. También Adam Ashley-Cooper quiso definir ese momento en el que los dos amigos amigos cumplieron un sueño eterno: “Fue un momento muy especial y emotivo. Su rostro y su sonrisa, jamás lo olvidaré”. Australia está en la final y el sábado, contra los All Blacks, contará con un jugador más en la banda del número 14 australiano.