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La Volvo Ocean Race no es la Fórmula 1 del mar. Y presume de ello
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así se construyen sus barcos

La Volvo Ocean Race no es la Fórmula 1 del mar. Y presume de ello

El Confidencial visita el astillero de donde salen todos los barcos de la Volvo. Los ocho equipos participantes compiten con el mismo material, lo que aumenta la igualdad en la carrera

Foto: El Team AkzoNobel fue el primer equipo en confirmar su participación en la Volvo Ocean Race. (Foto: Team AkzoNobel)
El Team AkzoNobel fue el primer equipo en confirmar su participación en la Volvo Ocean Race. (Foto: Team AkzoNobel)

La Volvo Ocean Race no empieza oficialmente hasta el próximo 14 de octubre en Alicante, pero hace tiempo que se puso en marcha. Y no a orillas del Mediterráneo, si no al otro lado de la Península Ibérica, donde el Tajo y el Atlántico se funden.

El origen de los equipos es diverso (Holanda, España, China, Estados Unidos...), pero su participación tiene un mismo punto de partida. Lisboa no es solo la primera escala de la regata, también es el epicentro logístico. Allí está situado el astillero de la Volvo, el lugar de donde salen los barcos que participarán en la carrera. Idénticos salvo por la decoración. El objetivo es que los ochos equipos, entre ellos el español Mapfre, compitan en igualdad de condiciones.

Todos los barcos son iguales

Hace cinco años, la Volvo decidió adoptar un modelo de barco único para todos los participantes y encargó el Volvo Open 65, una versión más barata que el anterior Volvo Open 70, una embarcación que cada equipo tenía libertad para adaptar y mejorar dentro de unos límites. Eso se terminó, y ya en la pasada edición, la de 2014-2015, los equipos compitieron con el mismo material.

No tiene nada que ver con lo que sucede en la Copa del America, donde no solo se fomenta la competición dentro del agua, también fuera. Una de las claves del último ganador, el Emirates Team New Zealand, fue que sustituyó el sistema clásico de poleas manuales por bicicletas para poner en marcha el sistema hidráulico del catamarán. No ganó solo por eso, pero sí fue de gran ayuda. Es probable que esa innovación se extienda al resto de equipos en próximas ediciones, algo imposible de ver en la Volvo. Cualquier innovación la disfrutan todos los equipos a la vez.

Los mismos barcos que hace tres años

Los barcos de hace tres años son los mismos que se utilizarán en la carrera que comienza en octubre, aunque antes han pasado por un proceso de chapa y pintura en Lisboa (no todos: hay uno de nueva construcción). Durante los últimos meses, Doca de Pedrouços, muelle donde ha instalado la Volvo su astillero, se ha convertido en algo muy parecido a una cadena de montaje. El barco entra por un extremo y sale por el otro 15 semanas después.

Es un proceso que cuesta un millón de euros y en el que intervienen más de 40 personas. Son varios pasos, empezando por el vaciado completo del casco, pasando por la renovación de todo el equipamiento y acabando con el revestimiento y la decoración (cada equipo elige la suya, lo que puede afectar al peso, pero la diferencia entre un barco y otro no supera los 30 kg).

De esta parte se encarga AkzoNobel, que invitó a este medio a visitar el astillero en Lisboa. Además de encargarse en exclusiva del revestimiento, la empresa neerlandesa también participa con un equipo propio en la carrera. En una de las naves del astillero de Lisboa, un equipo emplea unas 2.400 horas solo en crear la piel de cada embarcación. Lo hace con productos diseñados para soportar las condiciones extremas de la regata.

placeholder Solo en el revestimiento y decoración se tardan 2.500 horas. (Foto: Team AkzoNobel)
Solo en el revestimiento y decoración se tardan 2.500 horas. (Foto: Team AkzoNobel)

De 50 a 13 millones

La adopción de un modelo de barco único ha elevado la igualdad y ha permitido ahorrar costes: de los 50 millones de hace unos años se ha pasado a los 13 de promedio que se gasta cada equipo en esta edición, explica Nick Bice, director de barcos y mantenimiento de la Volvo. Por comparar: el presupuesto del Oracle, que hace unos días perdió la Copa del America ante el Team New Zealand, rondaba los 100 millones.

La Volvo ha seguido el camino contrario a la Fórmula 1. Es una comparación que utilizan miembros de la organización y del equipo cuando quieren explicar lo que no es esta carrera. "Si pudiéramos hacer todo lo que quisiéramos con el barco, esto sería la Fórmula 1. Pero no queremos correr en la Fórmula 1, donde sabes quién va a ganar la próxima carrera, Mercedes o Ferrari. Queremos una carrera abierta durante ocho meses en la que cualquier equipo pueda ganar. Esa es la gran diferencia", explica el danés Nicolai Sehested, capitán del Team AkzoNobel.

Junto él navegará el español Chuny Bermúdez de Castro, que ganó la pasada edición con el Abu Dhabi. Chuny, que ya ha participado seis veces en la Volvo, es uno de los más veteranos del equipo. Sehested en cambio, es el más joven y solo ha participado una vez. Eso no le intimida. "En todos los deportes, la edad es solo un número. Lo importante es la experiencia, el trabajo que haces", dice. Él será el encargado de velar porque todo el materal instalado en el barco durante más de dos meses en Lisboa funcione durante las once etapas y las más de 45.000 millas náuticas que recorrerán por todo el mundo.

La Volvo Ocean Race no empieza oficialmente hasta el próximo 14 de octubre en Alicante, pero hace tiempo que se puso en marcha. Y no a orillas del Mediterráneo, si no al otro lado de la Península Ibérica, donde el Tajo y el Atlántico se funden.

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