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Adiós a Ueli Steck: cuando la muerte se lleva al más rápido de la montaña
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UNA FILOSOFÍA DIFERENTE A UN ALPINISTA COMÚN

Adiós a Ueli Steck: cuando la muerte se lleva al más rápido de la montaña

El suizo Ueli Steck falleció este domingo mientras ascendía el Monte Nuptse. Con dos piolets de oro estaba considerado como uno de los alpinistas más reconocidos del mundo

Foto: Ueli Steck ascendiendo Les Drus 'North Couloir Direct'.
Ueli Steck ascendiendo Les Drus 'North Couloir Direct'.

“Sí, es cierto que mis movimientos últimamente en montaña son rápidos. La razón, quizá sea que me encanta buscar el rendimiento en montaña. Otros montañeros se sienten más llenos con la sensación de aventura en sí. A mí, simplemente, lo que me atrae es superar retos de la mayor dificultad técnica. En ese sentido quizá sea más similar a un atleta clásico que a un explorador de las montañas”. Ueli Steck, fallecido este fin de semana en el Everest, explicaba hace un par de meses a 'Carrerasdemontaña.com' qué le movía ser el alpinista más rápido de la historia. Con un estilo inconfundible, su figura inspira una filosofía que da una vuelta de tuerca a la mera ascensión de una montaña: cuanto más rápido, mejor.

La 'máquina suiza' se apagó este sábado al caer por un precipicio de 1.000 metros mientras ascendía el Monte Nuptse. El objetivo era coronar el Everest y, en lugar de aclimatarse de la manera tradicional, él prefería realizarlo bajo su propia teoría, como recordó el día 26 en su página de Facebook: “Ascensión rápida desde el campo base hasta los 7.000 metros y regreso. Creo en la aclimatación de manera activa. Es más efectivo que pasar noches en altura”. Ueli en estado puro.

Foto: Ueli Steck se preparaba para ascender el Everest en mayo. (EFE)

El cronómetro era su obsesión en la montaña y lo que le hizo famoso por sus récords de velocidad, el más famoso el de coronar todas las cimas de más de 4.000 metros de los Alpes en 62 días (2015). Con dos piolets de oro -máximo galardón en el alpinismo- en la actualidad se encontraba en pleno 'Proyecto Everest-Lhotse 2017', consistente en escalar el Everest por una vía ascendida en 1963 y nunca repetida desde entonces, -la 'West Ridge-Hornbein Couloir'-. Steck lo iba a realizar junto a Tenzing Sherpa y ascendiendo sin usar oxígeno artificial.

Foto: Txikon, en plena ascensión al Everest

En la mencionada charla con 'Carreras de Montaña', Ueli dio más señas de esa relación que tenía con la velocidad y confesó que comenzó “a correr por el monte hace años para entrenar mejor en la escalada, sin más”, y que “con el tiempo” se había “convertido en un deporte que disfruto por sí mismo. Me gusta muchísimo correr y competir”. Un corredor de las montañas que alguna vez ha tenido como acompañante a Kilian Jornet.

Su experiencia cargada de éxito estaba apoyada en la creencia de que cuanto menos tiempo estuviera ahí arriba, menos probabilidades de que le sucediese algo: “Si puedes superar una vía que surca una cara alpina exigente en unas horas, en vez de necesitar un par de días, reduces mucho la exposición y el peligro asumido”. Su técnica y condiciones físicas acompañaron a ese pensamiento hasta su último paso.

Un triste récord en el Annapurna

En 2008, Ueli batió un 'récord' que nunca hubiera querido: la ascensión desde el campo base hasta un punto a 7.400 metros de altura en el Annapurna. El objetivo del suizo, en este caso, era poner una inyección de dexametasona (evita edemas pulmonares y cerebrales) al montañero navarro Iñaki Ochoa de Olza, quien agonizaba sin poder moverse tras una caída. Llegó a tiempo y se quedó con él 24 horas sin apenas comida ni bebida. Relevó al rumano Horia Colisabanu, que llevaba junto al español tres días. Ueli convenció a Horia para bajar y fue el encargado de comunicar la fatal noticia, dar sepultura a Iñaki y descender hasta el campo base. A todo esto, su ascensión la inició en calzado de trekking, hasta que se cruzó con un alpinista ruso que le dejó sus botas...

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A los 40 años, las cumbres se quedan huérfanas de uno de sus pistoleros más reconocidos, el que se había atrevido a cambiar algunas reglas de la implacable ley de la montaña.

“Sí, es cierto que mis movimientos últimamente en montaña son rápidos. La razón, quizá sea que me encanta buscar el rendimiento en montaña. Otros montañeros se sienten más llenos con la sensación de aventura en sí. A mí, simplemente, lo que me atrae es superar retos de la mayor dificultad técnica. En ese sentido quizá sea más similar a un atleta clásico que a un explorador de las montañas”. Ueli Steck, fallecido este fin de semana en el Everest, explicaba hace un par de meses a 'Carrerasdemontaña.com' qué le movía ser el alpinista más rápido de la historia. Con un estilo inconfundible, su figura inspira una filosofía que da una vuelta de tuerca a la mera ascensión de una montaña: cuanto más rápido, mejor.

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