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Guía para sobrevivir a una semana en el desierto de Namibia casi con lo puesto
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una de las pruebas de los 4 desiertos

Guía para sobrevivir a una semana en el desierto de Namibia casi con lo puesto

Carlos Gutiérrez, atleta aficionado, participa a partir del próximo domingo en la Sahara Race, una de cuatro pruebas de los 4 Desiertos

Foto: Carlos Gutiérrez, único español en la Sahara Race. (Foto: San Miguel 0,0% Isotónica)
Carlos Gutiérrez, único español en la Sahara Race. (Foto: San Miguel 0,0% Isotónica)

Carlos Gutiérrez dice que es una persona normal, pero las personas normales no se van a Namibia para participar en una carrera por el desierto de 250 km casi sin ninguna ayuda. Al menos no es lo habitual. Si les gusta correr, como mucho se echan al monte los fines de semana, se calzan las zapatillas y recorren unos kilómetros. Los hay que participan también en pruebas de trail, cada vez más numerosas en toda España. Pero lo suyo ya es otro nivel: siete días y seis etapas soportando unas condiciones extremas. Y todo por un motivo solidario.

"La carrera consta de 250 km. Llevas una mochila con todo lo necesario para correr: tu comida, tu saco de dormir, tu botiquín y tu ropa. Son seis etapas en siete días. Cada una tiene un horario de salida y unos tiempos de corte, en los que si no entras, te eliminan. Es una competición y se trata de ir mejor que el de al lado. Cada etapa es de 40/45 km excepto la cuarta, que es de 85 y que llaman 'La gran marcha'. Tienes 36 horas para acabarla, por eso son siete días, aunque son seis etapas", explica Gutiérrez, que será el único español en la carrera.

Lo que describe es la Sahara Race, la primera de las cuatro pruebas de los 4 Desiertos, una competición internacional que consiste en la celebración de cuatro carreras de 250 km con autosuficiencia alimentaria por etapas en cuatro de los desiertos más duros del mundo: el Sáhara (ahí se celebraba antes), el Gobi, Atacama y la Antártida. "Pero no tienes por qué correrlas todas", apunta Gutiérrez.

Autosuficiencia alimentaria

"Hay un material que es mínimo y obligatorio, lo especifica el reglamento: el saco de dormir, una brújula, crema solar...", explica Gutiérrez. También comida equivalente a 2000 kcal diarias. La organización solo proporciona agua y una tienda de dormir. "Es una carrera de autosuficiencia alimentaria", continúa Gutiérrez. Eso quiere decir que los corredores comienzan la primera de las siete etapas con todos los alimentos necesarios para llegar hasta el final una semana después. "2000 kcal realmente es muy poco, una persona normal consume 1200 en su día a día. Así que vas en precario, pero ellos (la organización) consideran que con eso puedes subsistir".

La clave está en maximizar la cantidad de alimentos, pero sin disparar el peso de la mochila, que Carlos calcula que es de 10 u 11 kilos. "Yo llevo raciones que pesan en bruto 260 g, pero en neto son 120 g. Cuando llegue a Namibia abriré esos sobres y meteré el contenido en bolsas de plástico, a las que quitaré el aire. Y así reducrié el peso considerablemente", continúa Gutiérrez. "A media que avancen las etapas iré consumiendo unos 600 gramos en cada una. Eso es lo que le quitas cada día a la mochila, pero a la vez también pierdes peso porque te deshidratas, sudas mucho, consumes energía. Puedes perder cuatro o cinco kilos de peso al final de la carrera", dice.

"Para hacer esta tipo de pruebas necesitas tener cierto tipo de experiencia. Yo soy una persona con una marcas deportivas muy normales, pero sí tengo un nivel de compromiso muy alto. Y creo que tiene que ser así: reconocimientos médicos, cuidar tu alimentación y ser estricto en tus entrenamientos, aunque no te dediques profesionalmente a ello", continúa Carlos.

Proyecto solidario en Haití

Su esfuerzo tendrá consecuencias en Haití. Por cada kilómetros que recorra, San Miguel 0,0% Isotónica, su patrocinador, donará 5 euros para un proyecto en el país caribeño. "Es un proyecto solidario en colaboración con Cáritas Internacional en Arreguy, una zona muy afectada por terremotos y huracanes. Pretende prevenir las enfermedades mediante el fortalecimiento de las capacidades locales en el uso del agua", explica el corredor de 55 años.

No es la primera vez que emprende una acción similar. "El año pasado me metí en un proyecto solidario en el que me comprometí a correr 1000 km en pruebas de trail u ultratrail por toda la geografía española. Iba sumando kilómetros y recaudando fondos para dar a conocer el problema de la exlcusión social", cuenta. Motivos como ese son quizá los que le mueven a correr y participar en carreras tan extremas como la Sahara Race, otras en desiero de Gobi o en el Maratón des Sables, que consiguió terminar en 2011, 2012 y 2014. "Yo tengo mi trabajo, mi familia, trabajo en una empresa de tratamiento de aguas", dice Gutiérrez. "Voy consiguiendo arañar kilómetros a base de sacrificar mi descanso y una parte de mi vida personal. La gente que me conoce y mi familia saben que esto me apasiona y me apoyan".

"¿Que qué es lo que me mueve a hacer estas cosas? Pues no lo sé. Reconozco que soy una persona normal, pero no quiero vivir la vida que vive todo el mundo: trabajar, tomar una cerveza y descansar el fin de semana. Eso me gusta, pero tengo inquietudes y quiero cumplir mis sueños. Si una persona tiene sueños y cree en ellos y lucha, te comprometes, hay veces que la vida te brinda oportunidades y puedes interntar cumplirlos".

Carlos Gutiérrez dice que es una persona normal, pero las personas normales no se van a Namibia para participar en una carrera por el desierto de 250 km casi sin ninguna ayuda. Al menos no es lo habitual. Si les gusta correr, como mucho se echan al monte los fines de semana, se calzan las zapatillas y recorren unos kilómetros. Los hay que participan también en pruebas de trail, cada vez más numerosas en toda España. Pero lo suyo ya es otro nivel: siete días y seis etapas soportando unas condiciones extremas. Y todo por un motivo solidario.

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