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Carolina o por qué ser la mejor en la pista basta para atraer patrocinio a las mujeres
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marín ya tiene nueve sponsors, y subiendo

Carolina o por qué ser la mejor en la pista basta para atraer patrocinio a las mujeres

En el Día Internacional de la Mujer, la campeona olímpica de bádminton es el ejemplo de lo mucho que merece la pena respaldar económicamente a las deportistas españolas

Foto: Carolina Marín, durante el reciente Abierto de Alemania en el que una lesión le impidió jugar la final. (EFE)
Carolina Marín, durante el reciente Abierto de Alemania en el que una lesión le impidió jugar la final. (EFE)

Basta con asomarse a Google para comprobar que cuando se busca a las deportistas españolas más brillantes o exitosas, la mayoría de resultados o los mejor posicionados versan sobre las deportistas más guapas o sexys. Cambiar esta tendencia claramente machista, además de frívola, no resultará nada fácil, aunque cosas más complicadas han logrado deportistas como Carolina Marín, la campeona olímpica de bádminton en los recientes Juegos de Río, más dos veces oro mundial (2014 y 2015) y otros tantos de Europa (2014 y 2016), que se ha convertido en un icono también fuera de la cancha. Y qué mejor momento para vindicar su otra conquista que en el Día Internacional de la Mujer, fecha en la que se conmemora la lucha de la mujer por su igualdad con el hombre en la sociedad y, por extensión, en el deporte.

Foto: Ilustración Raúl Arias Opinión

Iberia, Iberdrola, Plátano de Canarias, UCAM, El Corté Inglés, LaLiga, Comunidad de Madrid... ¿Qué tienen en común estas siete empresas o instituciones, que en breve pueden ser ocho, además de ser españolas? Respuesta: todas ellas patrocinan, de una u otra manera, a Carolina, quien, por cierto, esta semana se encuentra en Birmingham para disputar el prestigioso All England, algo así como el Wimbledon del bádminton, que ya conquistó hace dos años. Claro que a estas prestigiosas firmas españolas hay que sumar dos japonesas como Toyota y Yonex, pues sabido es el tirón que la onubense tiene en Asia, donde el bádminton es tanto o más popular que el fútbol en Europa.

Marín se ha convertido en una referencia para la marca España, aunque hoy por hoy su principal sponsor siga siendo la firma deportiva Yonex, toda vez que la jugadora andaluza aún está pendiente de encontrar un patrocinador interesado en ocupar el frontal de su camiseta, el mismo en el que lució Carbonell durante apenas un año. "El contexto económico global", según explicó la propia empresa aceitera, le llevaron a romper el contrato antes de tiempo. Sin embargo, el enorme éxito que supuso el oro de Río le están reportando poco a poco a Caro los apoyos necesarios para volar sola.

El hecho de que viaje con Iberia y una importante cadena de hoteles esté interesada en alojarle en sus numerosos y lejanos desplazamientos, permiten a la campeona olímpica 'independizarse' de la Federación Española de Bádminton (FESBA), quien tanto le respaldó para llegar donde ha llegado, y de este modo ahorrarle a ésta unos gastos que podrán ir destinados a los jugadores y jugadoras que vienen por detrás. Era lógico y de esperar que la figura de Carolina trascendiera por encima del bádminton español, un deporte minoritario en nuestro país al que ella, junto a su inseparable entrenador Fernando Rivas, han hecho grande con sus hazañas.

Así, y aunque este camino ha sido casi tan complicado como el que le ha llevado a ganarlo todo en la pista, Carolina es junto a Garbiñe Muguruza y Mireia Belmonte una de las tres deportistas españolas con más respaldo económico. La nadadora catalana tiene a día de hoy un patrocinador más que Marín (a saber, Nike, Banco Santander, Speedo, Renault, UCAM, Plátano de Canarias, Edox, P&G, San Miguel y OHL), mientras que Muguruza tiene menos (Adidas, Babolat, BBVA, Rolex y Maui Jim), aunque sabido es que el tenis mueve mucho más dinero, de ahí que la hispano-venezolana sea seguramente la mejor pagada también fuera de la pista. Un caso más particular es el de la golfista navarra Carlota Ciganda, otra referencia del deporte femenino español que se ha embolsado suculentos premios.

Mejor respaldo que reconocimiento

“El reconocimiento cuando ganas una medalla o un campeonato siempre lo hay; pero lo que falta en el deporte femenino es la constancia en el seguimiento durante todo el año”, dijo Lucila Pascua, pívot de la selección española de baloncesto femenino, tras conquistar el bronce en el Eurobasket 2015. Y así es. Es antes y durante, y no sólo después, cuando los y las deportistas necesitan el apoyo económico que puede proporcionarles ese extra que les permita obtener los resultados deseados. En el caso de las mujeres, por la menor cobertura de la que disfrutan en los medios de comunicación, este respaldo económico es una necesidad aún más acuciante.

Es innegable que los medios dedicamos la mayor parte del espacio a los deportes masculinos. De este modo, otros deportes emergentes y, por supuesto, el deporte femenino, casi siempre quedan relegados a momentos muy puntuales.Y, claro, a menor atención de los medios, menor interés de los patrocinadores, de ahí el mérito de deportistas como Carolina Marín, Mireia Belomente, Garbiñe Muguruza o la atleta Ruth Beitia, quien también merece ser destacada.

Tal y como recogía un estudio sobre el estado del patrocinio deportivo en España elaborado por la Asociación de Directivos de Comunicación ManagingSport y la Universidad Jaume I, el 14% de las grandes empresas encuestadas y el 10% de las Pymes reconocían que patrocinan preferentemente al deporte masculino porque es el que le garantiza un mayor espacio y una mayor visibilidad en los medios de comunicación. Es lógico que las empresas exijan esa visibilidad que en muchas ocasiones el deporte femenino no puede proporcionar debido al escaso seguimiento mediático. Sin embargo, y como quiera que las deportistas españolas han superado a los hombres en número de medallas tanto en los Juegos de Londres (11 de 17) como en Río (9 de 17), esta tendencia está cambiando.

El programa Universo Mujer

Si las empresas buscan con sus patrocinios valores como el sacrificio, el esfuerzo, el trabajo en equipo, la superación, la disciplina, la humildad o la perseverancia, no cabe duda de que el deporte femenino debe ser tenido en cuenta. Aún más si desde el Consejo Superior de Deportes (CSD) se ofrecen las ventajas fiscales que su anterior presidente, Miguel Cardenal, instauró precisamente para incentivar la aportación privada en un tiempo en el que las subvenciones públicas se vieron claramente reducidas a causa de la crisis.

El mejor ejemplo es el programa Universo Mujer, declarado "de excepcional interés público”, lo que permite a las empresas que colaboren con la difusión del deporte femenino y realicen una aportación a título de donativo obtener beneficios como una deducción en la cuota del impuesto sobre sociedades de hasta el 90 % de la aportación que realice. La propia Carolina Marín fue, junto a Ona Carbonell, Jennifer Pareja y Sara Sorribes, la encargada de difundir los valores del deporte femenino y su promoción en la sociedad. Una sociedad en la que cada vez el peso de la mujer es mayor, y no por una simple cuestión de igualdad, sino de justicia.

Basta con asomarse a Google para comprobar que cuando se busca a las deportistas españolas más brillantes o exitosas, la mayoría de resultados o los mejor posicionados versan sobre las deportistas más guapas o sexys. Cambiar esta tendencia claramente machista, además de frívola, no resultará nada fácil, aunque cosas más complicadas han logrado deportistas como Carolina Marín, la campeona olímpica de bádminton en los recientes Juegos de Río, más dos veces oro mundial (2014 y 2015) y otros tantos de Europa (2014 y 2016), que se ha convertido en un icono también fuera de la cancha. Y qué mejor momento para vindicar su otra conquista que en el Día Internacional de la Mujer, fecha en la que se conmemora la lucha de la mujer por su igualdad con el hombre en la sociedad y, por extensión, en el deporte.

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