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El Dakar que acabó para Sainz, y pudo hacerlo con tragedia
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a punto de atropellar a dos espectadores

El Dakar que acabó para Sainz, y pudo hacerlo con tragedia

El Dakar de 2017 terminó para Sainz y Cruz tras un impresionante accidente que no supuso daños físicos a la pareja española, ni tampoco a dos espectadores situados en la curva

Foto: Carlos Sainz mirando su vehículo tras el accidente.
Carlos Sainz mirando su vehículo tras el accidente.

"Pensé que era más recto, llegué demasiado rápido y me lo tragué". Con la espalda ligeramente tocada y la moral más si cabe, Carlos Sainz emprendía un largo periplo de regreso desde la perdida Tupiza, una bella localidad al sur de Bolivia. El piloto español buscaba la mejor forma de regresar a España en un viaje que le llevará dos días como mínimo. Se había visto obligado a abandonar tras su impresionante accidente en la cuarta etapa del Dakar.

Aunque Sainz quería seguir en la carrera, pero los daños en su 30008 DKR lo impidieron. Desde el punto de vista deportivo fue un abandono doloroso: eran líderes virtuales de la prueba en el momento del accidente. Afortunadamente, Sainz y Cruz tuvieron mucha suerte desde el punto de vista físico. Faltaban solamente cinco kilómetros de una larga y demoledora etapa donde nadie se libraba de problemas de navegación o mecánicos en el equipo Peugeot. Pero el ataque de Sainz para recuperar el tiempo perdido al comienzo de la jornada terminó por un barranco de casi veinte metros. Milagrosamente, no se llevó por delante a dos espectadores colocados de forma suicida en el exterior de la curva. Uno de ellos incluso grabó las espectaculares imágenes del Peugeot que se le venía encima.

Así fue el accidente de Carlos Sainz.

"Una etapa con trampas por todas partes"

El Dakar estaba haciendo honor a las palabras de su director deportivo, Marc Coma, cuando anunciaba que iba a ser la prueba más dura de todas las celebradas en Sudamérica. El día antes, Nasser Al Attiyah, otro de los favoritos, había arrancado una rueda de cuajo de su Toyota. Problemas iniciales de navegación al comienzo obligaron de nuevo a Sainz y Cruz a otra arriesgada remontada en la que corrió numerosos riesgos en un día, como apuntaba su compañero Cyril Despres, que “era una auténtica etapa del Dakar, con trampas por todas partes”. La jornada anterior había terminó bien a pesar de los riesgos asumidos,y se colocó segundo de la general a poco más de cuarenta segundos del líder, Loeb, cuando durante el transcurso de la etapa llegó a perder algo más de diez a mitad del recorrido.

Foto: Laia Sanza ocupa el puesto 24º en la clasificación general (David Fernández/EFE)

Pero en la etapa con final en Tupiza no hubo tanta suerte. La remontada también exigió correr riesgos, porque Sainz había perdido más de siete minutos. Pero en esta ocasión se pagó un alto precio. La pista en bajada se cerraba agresivamente a una curva de derechas. A la izquierda, el barranco. Sainz comprendió rápido que entraba demasiado fuerte y tuvo que frenar violentamente, pero el Peugeot se descolocó. “Íbamos rápidos y en la frenada el coche se me puso de lado, toqué con el interior y salimos despedidos hacia el otro lado, cayendo por un terraplén y dando varias vueltas de campana”. También Peterhansel y Loeb se llevaban su ración de problemas en la jornada. En ese momento, Sainz y Cruz eran ya líderes virtuales de la prueba, con la meta casi a la vista.

Sin tiempo para reparar tanto daño

Las espectaculares imágenes confirman hasta qué punto Sainz y Cruz tuvieron suerte dentro de la mala fortuna de acabar tan pronto la carrera. Y más los dos espectadores situados en el exterior de la curva, en un incidente que pudo haber terminado en tragedia. Ambos se fueron también barranco abajo.

El Peugeot quedó totalmente destrozado. Sainz comprendió sobre el terreno que los daños podrían ser irreparables. Para empezar, no funcionaba el cambio. De hecho, Sainz y Cruz solo pudieron llegar a la meta al ser remolcados por otro piloto, el francés Romain Dumas, también con un Peugeot privado. Después, el equipo llevó a cabo una inspección de los daños, para concluir que el abandono era inevitable al no tener los mecánicos tiempo suficiente para reparar el 3008 DKR antes de la salida de la quinta etapa. Un año más el Dakar se le resiste a Sainz. Como en 2016, volvía a abandonar. También entonces era primero de la clasificación general.

"Pensé que era más recto, llegué demasiado rápido y me lo tragué". Con la espalda ligeramente tocada y la moral más si cabe, Carlos Sainz emprendía un largo periplo de regreso desde la perdida Tupiza, una bella localidad al sur de Bolivia. El piloto español buscaba la mejor forma de regresar a España en un viaje que le llevará dos días como mínimo. Se había visto obligado a abandonar tras su impresionante accidente en la cuarta etapa del Dakar.

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