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Cuando el Dakar aprieta a 5.000 metros... "Yo, en mi caso, me meo encima"
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EL MAL DE ALTURA, UN PASAJERO MÁS

Cuando el Dakar aprieta a 5.000 metros... "Yo, en mi caso, me meo encima"

Este miércoles, el Dakar vive su primera gran jornada de altura, llegando a los 5.000 metros y queriendo subir al vehículo como 'copiloto' al mal de altura

Foto: El Dakar ha comenzado en serio este miércoles.
El Dakar ha comenzado en serio este miércoles.

“El año pasado había pilotos experimentados que lo pasaron mal. Es tener también un poco de suerte… de que tu cuerpo admita estar tantos días a tanta altura… y del esfuerzo físico que hagas. ¿Cómo prepararse? Hay que beber mucho y el único hándicap es que te orinas mucho y cada cinco minutos hay que evacuar… El año pasado ya era complicado, lo intentaba haciendo malabarismos, pero este año voy a poner en práctica lo que dicen todos: hacérselo encima y 'pa'lante'. Entrenando hay veces que calculas cuánto tiempo pierdes —dos o tres minutos, yendo bien—, así que al final de una etapa como esta son 25 o 30 minutos. Tendré que ir un poco más mojadito y ya está”. Con cierto pudor, el piloto español Iván Cervantes explicaba este miércoles en TVE cómo afronta la tercera etapa del Dakar, en la que se alcanzarán los 5.000 metros.

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En el tercer día, el Dakar une San Miguel de Tucumán y San Salvador de Jujuy con 364 kilómetros cronometrados (199 para camiones), siendo la primera etapa donde la orientación será clave (habrá que rodar fuera de pista) y el primer test serio de resistencia. Partirán de unos 1.800 metros y descenderán unos 200 para comenzar una fuerte y empinada subida hasta los 5.000 que bordean el Salar Centenario, altura que bajarán hasta los 4.000 metros de la meta. Este es el Dakar más 'alto' de la historia —la mitad del total del recorrido transcurrirá a más de 3.000 metros de altura— y esta etapa es un buen ejemplo.

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La 'puna' o mal de altura comienza a notarse a partir de los 2.500 metros, donde el cuerpo comienza a sufrir la inadaptación a la falta de oxígeno. La recomendación para no sufrir mareos, náuseas y dolor de cabeza es beber mucho líquido y ascender poco a poco. En el caso del Dakar, lo primero es posible —beber—, pero lo de subir poco a poco… para otro día. Ese es uno de los grandes desafíos para los pilotos, copilotos y mecánicos: ascender mucho en poco tiempo.

El trabajo de Sainz en España

“Si antes se llegaba a esa altura (4.000-5.000 metros) cuando pasabas en un enlace, ahora estás cuatro o cinco días de tramo cronometrado y en 500 km que tienes que ir a fondo”, explicaba Carlos Sainz a El Confidencial antes de marcharse a Asunción, relatando cómo se podía trabajar esta dificultad viviendo en Madrid: “La única es el trabajo en hipoxia. Consiste en que, primero, trabajas con la hipoxia en reposo, te tumbas en una camilla donde empiezas a hacer periodos de equis minutos simulando una altitud, y alternando con periodos de recuperación. Estos periodos son cada vez más largos y de más altura. A partir de aquí, comienzas a trabajar en ejercicio, similar a lo anterior, pero con ejercicio. Es la única manera de, estando en Madrid, llegar lo mejor preparado posible”.

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Resumen de la etapa 2

A partir de ese entrenamiento, acordarse de beber y beber en el proceso de adaptación durante la carrera. Y con ello llegará el orín. “Yo, en mi caso, me meo encima. Al final, en altura te vienen las ganas y no es una vez, son muchas y no puedes permitirte el lujo de parar. Lo hacemos de esta forma y… nada… es un poco guarro pero así es”, comentaba Gerard Farrés —compañero de Cervantes en el Himoinsa— con una sonrisa en la boca y mirando a la cámara de TVE con cierta timidez. Es el Dakar.

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Hay quienes están más acostumbrados a tener problemas para ir al baño, como el andorrano Albert Llovera, quien lleva un preservativo del que sale un tubo que termina en una bolsa amarrada a una pierna. Este sistema, al principio, era mirado con incredulidad por sus rivales y ahora ha 'vendido' la idea y es compartida. Quizá, con el tiempo, su sistema sea un elemento más del Dakar… hasta entonces se usará el pantalón como pañal.

“El año pasado había pilotos experimentados que lo pasaron mal. Es tener también un poco de suerte… de que tu cuerpo admita estar tantos días a tanta altura… y del esfuerzo físico que hagas. ¿Cómo prepararse? Hay que beber mucho y el único hándicap es que te orinas mucho y cada cinco minutos hay que evacuar… El año pasado ya era complicado, lo intentaba haciendo malabarismos, pero este año voy a poner en práctica lo que dicen todos: hacérselo encima y 'pa'lante'. Entrenando hay veces que calculas cuánto tiempo pierdes —dos o tres minutos, yendo bien—, así que al final de una etapa como esta son 25 o 30 minutos. Tendré que ir un poco más mojadito y ya está”. Con cierto pudor, el piloto español Iván Cervantes explicaba este miércoles en TVE cómo afronta la tercera etapa del Dakar, en la que se alcanzarán los 5.000 metros.

RTVE
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