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Mireia Belmonte crea un dilema al COE al decir que le haría "ilusión" ser abanderada
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el claro favorito, aun así, es Rafa nadal

Mireia Belmonte crea un dilema al COE al decir que le haría "ilusión" ser abanderada

La segunda mitad de 2015 ha sido muy dura para Mireia por la lesión que le hizo perderse los Mundiales de Kazán, pero este año apunta de otra manera: Juegos Olímpicos... ¿y abanderada?

Foto: Mireia se siente muy fuerte para los Juegos (Cordon Press).
Mireia se siente muy fuerte para los Juegos (Cordon Press).

Algunos consideran la bandera nacional de cualquier país como un trapo de colores sin significado. Para otros, es la mayor representación de orgullo de la nación que representa. En los Juegos Olímpicos tienen una mayor representación los miembros del segundo grupo. Es indiscutible que portar la bandera de cualquier país en la ceremonia de apertura de unos Juegos es de una trascendencia enorme para el que lo puede hacer. Y sólo lo puede hacer una persona, cada cuatro años, por lo que escoger al deportista adecuado se convierte en un reto muy complicado.

Para Río de Janeiro aún no hay un representante español escogido para liderar a la expedición. Hay un favorito claro: Rafa Nadal. Ya fue elegido para ser el abanderado español en Londres, pero una lesión le impidió competir por revalidar su medalla de oro ganada en Pekín, por lo que el Comité Olímpico Español eligió a Pau Gasol como su sustituto. Nadal, en principio, sí estará en Río y, por tanto, podrá llevar la bandera rojigualda.

Pero están surgiendo otras voces que proponen más nombres como candidatos a abanderado, y el que suena con más fuerza es el de Mireia Belmonte. Varias veces campeona de Europa y subcampeona del mundo y olímpica, la nadadora cumple los requisitos para postularse como abanderada. Laureada, admirada y con proyección para hacer crecer mucho más su palmarés.

A pesar de que el COE desea que el elegido vuelva a ser Nadal, Belmonte asegura que le "haría ilusión" serlo. "Ya es un orgullo representar a mi país en unos Juegos, ya ser abanderada sería el 'summum'". Aunque claro, quiso ser políticamente correcta y reconoció también que "son muchos los deportistas que lo merecen", por lo que dejó la elección del abanderado "en manos del Comité Olímpico Español, que es el que decide".

A su favor está que no ha habido en la historia reciente muchas mujeres que hayan portado la bandera española en una ceremonia inaugural de unos Juegos Olímpicos de verano. La última fue Isabel Fernández en Atenas 2004, y anteriormente hay que remontarse a Seúl 1988 para encontrar a la infanta Cristina, que fue la primera mujer en tener el honor.

"No ir al Mundial me vino bien mentalmente"

Para un deportista de máximo nivel, como puede ser un nadador profesional, estar al máximo físicamente tiene que ser una obligación para poder rendir, para poder competir. Porque un nadador vive de las competiciones, y si ya es de los buenos, tiene que acudir a los campeonatos continentales y mundiales a ganar, no sólo a nadar. Es por eso que la segunda mitad de 2015 fue especialmente dura tanto física como psicológicamente para Mireia Belmonte. Una lesión en un hombro es infinitamente más complicada que algo muscular, que requiere reposo, masajes y cremas. Cualquier articulación requiere unos cuidados mucho más intensos, más delicados y, por tanto, más tiempo sin competir. Eso le hizo perderse los Mundiales de Kazán.

Sin embargo, para Mireia esa dura experiencia tiene un importante matiz positivo. En Rusia, la badalonesa era una de las grandes favoritas a ganar varias medallas de oro. Venía de completar unos Europeos en Berlín con seis medallas (dos oros) y otros cuatro metales dorados en los mundiales de piscina corta de Doha. Es decir, estaba en plena forma y dispuesta a batir a sus rivales, como a Katinka Hosszú. Y aunque ella quería ir, quería arriesgarse a agravar su problema en el hombro, su entrenador Fred Vergnoux y su familia la convencieron de que era un riesto innecesario, que aún le queda carrera por delante y tendrá otras oportunidades para ganar un oro mundial.

Le dijeron que para qué jugársela en Kazán si un año después tenía la opción de llegar en plena forma a los Juegos Olímpicos si descansaba en el verano de 2015. Y así hizo. "Me vino muy bien físicamente. Pude empezar la recuperación mucho antes que si hubiera competido. Y psicológicamente me fue mucho mejor, me motivé mucho más, y pude limpiar la mente de todo por lo que había pasado. Ahora tengo muchas ganas de trabajar, de mostrar mis posibilidades ya que el año pasado no pude", respondió a El Confidencial en un acto de la marca P&G, que promocionó la nadadora catalana.

Ahora siente su molestia prácticamente recuperada, aunque al tratarse del hombro, siempre que da algo de dolor. "Pero es muy poco, no es siempre como pasaba antes, que me dolía en cualquier momento, incluso al dormir. Ahora sólo me molesta haciendo movimientos específicos. En comparación a hace unos meses, está casi perfecto. Además, tengo un gran equipo detrás que trabaja conmigo para que no se repita esa lesión", dijo.

Una vez superado el miedo a recaer, Mireia demuestra esa "motivación" extra queriendo ir "al mayor número de pruebas posible", incluso la prueba de los "10.000 en aguas abiertas", una disciplina que no tiene "nada que ver con piscina", pero en la que también se quiere probar. Para eso competirá en Abu Dabi buscando la mínima para Río. Belmonte, además, se impuso recientemente en los 400 y 800 libre en la reunión de Luxemburgo, donde sí sacó las mínimas necesarias, pero tendrá que repetir (o mejorar incluso) esas cifras en el Campeonato de España, "donde realmente cuenta". Unos resultados que le hacen creer que tendrá en una buena actuación en los próximos Campeonatos de Europa, que se disputarán entre el 16 y 22 de mayo en Londres.

Algunos consideran la bandera nacional de cualquier país como un trapo de colores sin significado. Para otros, es la mayor representación de orgullo de la nación que representa. En los Juegos Olímpicos tienen una mayor representación los miembros del segundo grupo. Es indiscutible que portar la bandera de cualquier país en la ceremonia de apertura de unos Juegos es de una trascendencia enorme para el que lo puede hacer. Y sólo lo puede hacer una persona, cada cuatro años, por lo que escoger al deportista adecuado se convierte en un reto muy complicado.

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