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Cómo triunfar en el primer triatlón sin haberlo preparado de la mejor manera
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LA EXPERIENCIA DE UNA NOVATA EN EL OCEAN LAVA

Cómo triunfar en el primer triatlón sin haberlo preparado de la mejor manera

Kenneth Gasquet, extriatleta y organizador del evento, ha visto a miles de corredores cruzar la línea de meta en un triatlón y el pasado sábado se sorprendió cuando lo hizo, por primera vez, una joven

Foto: La novata Carolina Díez durante la prueba del Ocean Lava.
La novata Carolina Díez durante la prueba del Ocean Lava.

“¿En serio? Es muy interesante… Tiene mucho talento” Kenneth Gasquet ha visto a miles de corredores cruzar la línea de meta en un triatlón, primero como rival de éstos y luego como responsable de las decenas de pruebas que él mismo lleva organizando desde los ochenta. El propulsor del famoso Ironman de Lanzarote se quedó sorprendido el pasado sábado en el Ocean Lava de la isla volcánica cuando conoció la actuación de una mujer que se quedó a 11 minutos de la victoria en su primera participación, habiendo entrenado un día la bicicleta de carretera y compitiendo sin cuernos de cabra ni pedales automáticos. Un método rudimentario que llamó la atención.

Como en cualquier disciplina deportiva, el fomento de una actividad aumenta el nivel de la misma y ayuda a que prosperen “talentos” como el que Kenneth mencionaba en el caso de Carolina. Esta joven de 30 años participó en la categoría Olímpica y cruzó la línea de meta a 11 minutos de la danesa María Rasmussen (37 años), una extenista profesional que ha representado a su país durante una década la Copa Federación, además de haber participado en el Open de Australia, Roland Garros o US Open. El actual nivel de esta deportista de élite no es comparable con el de una profesional en la actualidad pero sí le sirvió para vencer a Marijke Zeekant, una atleta olímpica holandesa de remo que desde hace más de 20 años se dedica a realizar pruebas de triatlón y que antes de la medalla de plata conejera obtuvo otra del mismo sabor en la prueba internacional del Ironman Zell am See, en la edad de 55-59 años. Algo de experiencia acumulada tienen las dos protagonistas que pelearon por la victoria.

“Hubiera peleado por la victoria”

Carolina “hubiera peleado por la victoria simplemente llevando los cuernos de cabra y los automáticos”, comenta el veterano extriatleta. Y, además, si hubiera entrenado o realizado de manera metódica las transiciones… Hay un amplio margen de mejora.

El entrenamiento de la madrileña es el que podría realizar una persona normal con una jornada laboral que le ‘ocupa’ unas ocho o nueve horas diarias: normalmente sale a entrenar cuatro días semanales (cinco si tuviera tiempo) y este último mes ha dejado de ponerse varios días las zapatillas para tirarse a la piscina y practicar la natación.

En el Ocean Lava del pasado sábado, debido a una alerta por temporal, se suprimieron los 1,5 kilómetros a nado y se añadieron 2,5 kilómetros de carrera iniciales antes de montarse en la bici. Este cambio quizás benefició a las características de esta novata pero, por el contrario, le perjudicó que en lugar de 40 kilómetros sobre la bici se rodarán 47.

Carolina no experimentó la sensación de mareo nada más salir del agua y tampoco la compleja transición de deshacerse del neopreno para vestirse de ciclista, pero sí que probó sobre las dos ruedas el famoso viento característico de las exigentes pruebas en Lanzarote, además de una inhabitual lluvia durante un buen puñado de kilómetros que hizo más dura la novedosa travesía para la treintañera.

Una transición de andar por casa

Sin una alimentación tan rigurosa como la de atletas experimentadas y habiendo cumplido por primera vez en su vida una distancia tan larga montada en una bicicleta… ¿cómo responderían sus piernas y el cuerpo para correr 10 kilómetros a un ritmo decente? Carolina había terminado la primera de su categoría los primeros kilómetros a pie aunque no fue la primera que salió montada en la bicicleta debido a que su transición no fue tan rápida como la de las favoritas a la victoria. Sorprendentemente, en bicicleta no se hundió y su ritmo fue tan digno como para mantener ciertas posibilidades de concluir entre las primeras posiciones. Aunque la clave estaría en el cambio de abandonar el pedaleo por el de dar zancadas.

Normalmente, sobre todo en las primeras ocasiones, el paso de la bici a la carrera es dura. El cerebro manda instrucciones a las piernas de continuar empleándose a fondo pero ahora con otros músculos. Los complementos energéticos, las sales minerales y, en definitiva, un correcto avituallamiento resulta clave para dar este paso, sobre todo si nunca antes se había entrenado. Casi como si nada, Carolina no necesitó recargar mucho las baterías a tenor de su ritmo, óptimo desde el principio: un gel y dos trozos de plátano en toda la prueba.

Tan bien le fue que en esos 10 kilómetros corriendo tardó lo mismo que la vencedora, 45 minutos. ¿Dónde está el límite de Carolina? Cuando cruce la línea de meta en su segundo triatlón descubrirá algo más. Y si sigue las recomendaciones de Kenneth -entrenar la bici y participar con cuernos de cabra y pedales automáticos-, mejor.

“¿En serio? Es muy interesante… Tiene mucho talento” Kenneth Gasquet ha visto a miles de corredores cruzar la línea de meta en un triatlón, primero como rival de éstos y luego como responsable de las decenas de pruebas que él mismo lleva organizando desde los ochenta. El propulsor del famoso Ironman de Lanzarote se quedó sorprendido el pasado sábado en el Ocean Lava de la isla volcánica cuando conoció la actuación de una mujer que se quedó a 11 minutos de la victoria en su primera participación, habiendo entrenado un día la bicicleta de carretera y compitiendo sin cuernos de cabra ni pedales automáticos. Un método rudimentario que llamó la atención.

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