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David Cabello, imputado por plagio de un proyecto auspiciado por el CSD
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David Cabello, imputado por plagio de un proyecto auspiciado por el CSD

El presidente de la Federación Española de Bádminton, de quien Carolina Marín pidió públicamente la dimisión, añade un motivo más para que el Consejo Superior de Deportes deje de mirar hacia otro lado

Foto: David Cabello, Miguel Cardenal y Carolina Marín (Efe)
David Cabello, Miguel Cardenal y Carolina Marín (Efe)

"Creo que lo mejor es que el presidente y otras personas dimitan para que el bádminton español no se vea afectado", dijo recientemente la campeona del mundo de este deporte Carolina Marín para sorpresa de quienes no conocen a David Cabello y su gestión al frente de la FESBA. Carolina hizo esta petición durante los cursos de verano que organiza el Consejo Superior de Deportes (CSD) en Santander, por lo que a su izquierda estaba sentada Ana Muñoz, directora general de este organismo, quien no dudó en apoyarla. Sin embargo, dos días después, Miguel Cardenal respaldó en un video a Cabello durante la Asamblea de la FESBA, en la que la Junta directiva desperdició una buena ocasión para desvincularse de su presidente, a quien la comisión de jugadores acusó la semana pasada nada menos que de mentirles y coaccionarles.

A diferencia de lo sucedido en la Federación Española de Tenis (RFET), parece que la carta de los jugadores del bádminton no ha tenido la suficiente importancia para el CSD, donde se sigue protegiendo al presidente de la FESBA, capaz incluso de dejar a España fuera de un Europeo por la negativa de los jugadores a ceder sus derechos de imagen. Pues bien, según ha podido saber El Confidencial, David Cabello está imputado por el plagio de un proyecto que lleva por título 'Análisis y estudio comparado del modelo de financiación y evaluación de la excelencia del deporte federado español en el entorno de la UE: propuesta de mejora e incentivos fiscales para el alto rendimiento'. Un proyecto que, por si fuera poco, fue financiado por el Consejo Superior de Deportes, es decir, con dinero público.

Celia Ordóñez Solana, una de sus autoras, es también una de las dos querellantes. Tal y como se indica en el auto del juzgado de instrucción 8 de Granada, ciudad en la que se presentó la querella criminal al haber ocurrido la mayoría de los hechos en su universidad, según las diligencias practicadas podría haber un delito contra la propiedad intelectual, previsto en el artículo 270 del Código Penal, que dispone que "será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años y multa de 12 a 24 meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica (...) sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de su cesionarios".

Los hechos se remontan a principios de 2008, cuando David Cabello, doctor en Educación Física, perteneciente en aquellas fechas al Departamento de Didáctica de la Expresión Musical Plástica y Corporal de la Universidad de Granada y profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación, contactó con la querellante Celia Ordóñez, doctora en Ciencias Económicas y Empresariales, perteneciente al Departamento de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Granada, para proponerle colaborar en un proyecto de investigación sobre financiación de instituciones deportivas.

Al tratarse de un proyecto multidisciplinar, Cabello solicitó a través de Celia Ordóñez la colaboración en la investigación a otros doctores en diferentes ramas de la docencia. En un primer momento fueron dos más, entre ellos la otra querellante, y más tarde se sumó un cuarto. En febrero de 2008, el presidente de la FESBA comunicó por correo electrónico la publicación de la convocatoria de ayudas a los proyectos financiados por el CSD, propuso un título y les remitió la solicitud para que incluyeran sus nombres y sus currículos. Días después, David Cabello presentó ante el CSD la instancia de solicitud de subvención, en la que él figuraba como investigador principal, y el 27 de junio, remitió un correo electrónico a Celia Ordóñez y a otros dos autores en el que les informó de la concesión de la citada subvención.

Recurre a su habitual modus operandi

La fecha supuesta de finalización del proyecto era el 31 de octubre de 2008, según las bases de la convocatoria publicadas por el CSD. Sin embargo, el 8 de octubre Cabello pidió a Ordóñez y a dos doctores más “una página resumen de los aspectos más importantes o conclusiones sobre tu parte para que yo la plasme en un par o tres de diapositivas de cara a la reunión con el CSD”. Sin embargo, no hay constancia de la existencia de presentación alguna ante este organismo por parte de Cabello antes de la entrega de la memoria, la cual finalmente se produjo el 15 de noviembre.

A partir de entonces, las querellantes y los demás autores de la obra solicitaron de forma reiterada al querellado que les entregara copia de la memoria final, algo que no ocurrió hasta Navidades, cuando en una comida Cabello se la entregó un pendrive. Sin embargo, al comprobar el documento, las querellantes se encuentraron con que en su página 4 se recogían agradecimientos al Master MEMOS y que mientras en la cabecera de las primeras 78 páginas constaba 'Proyecto investigación CSD-2008' y 'Universidad de Granada-Exp. 17/UPB20/08', a partir de la página 80 las cabeceras se refierían a 'Tesina Master MEMOS', en la que figuraban como autores Andrés Camps y el propio David Cabello.

Visto lo visto, la querellada se reunió con el resto de autores y les comunicó la conversación mantenida con el presidente de la FESBA y su preocupación por la utilización fraudulenta de la memoria. Con el objeto de disuadir a Cabello de dichas y futuras utilizaciones fraudulentas de la obra, decidieron de mutuo acuerdo registrar y publicar la memoria final del proyecto, tal cual se confeccionó para su presentación ante el CSD, lo que hicieron bajo el nombre de todos los investigadores principales en la editorial COPICENTRO.

Tal y como sucede en la gestión del bádminton, David Cabello recurrió entonces a su habitual modus operandi. “No me dejáis otra opción que tomar otras medidas para intentar resolver algo que seguro que no deja de ser un mal entendido, pero no habéis querido aclarar. Finalmente todos saldremos perjudicados…”, escribió el 3 de junio de 2009 en un correo. Y dicho y hecho: ese mismo día el querellado presentó un escrito ante el CSD, aunque fechado un día antes, en el que denunció la publicación sin su permiso “de una obra relacionada con el proyecto de investigación concedido por el CSD… Dicha actuación, insisto, realizada sin mi consentimiento ni autorización, es gran parte de la Tesis Doctoral para la cual se concedió, igualmente y en la misma convocatoria una ayuda…”. De la tesis a la que hacía referencia y que tiene como protagonista a su mujer, hay mucho que contar. Tanto, como que ella también está imputada...

El CSD, como su primo 'el de Zumosol'

El 8 de junio se produjo otra reunión que, según puede demostrar la querellante, constituyó una prueba flagrante de la consciencia de Cabello respecto del uso fraudulento que estaba haciendo de la obra en colaboración que constituye la memoria final del proyecto de investigación subvencionado por el CSD. Un día después, el presidente de la FESBA remitió por escrito a la Vicerrectora de Política Científica e Investigación de la Universidad de Granada el escrito del editor solicitando baja en el ISBN y en el Depósito Legal, para añadir que “si no recibo información al contrario procederé igualmente a informar al CSD de que este asunto ha quedado resuelto". Es decir, una vez más amenanzando con acudir al CSD, su particular primo 'el de Zumosol'.

El 24 de marzo de 2010, la querellante Celia Ordoñez solicitó en el Registro de la Propiedad Intelectual que se expidiera certificado respecto de la presentación de dicha obra, de sus autores y de su título. ¿Y qué descubren? Pues que efectivamente constaban dos obras registradas por Cabello ante dicho Registro, una en el año 2009 y otra en el 2010, con igual título (pero la del 2010 con la añadidura de 'versión 2') y en ambas aparecen como únicos autores el propio David y su mujer, de cuya tesis, como ya hemos comentado anteriormente, también hay mucho que contar.

Pero ahí no queda la cosa, tras realizar una búsqueda por Internet respecto de posibles publicaciones de artículos relacionados con el tema de la memoria del proyecto presentado ante el CSD, las querellantes localizaron que en diciembre de 2011 se publicó en una revista de ámbito internacional un artículo titulado 'Análisis del Deporte Federado Español del Siglo XXI' en el que aparecían como autores el presidente de la FESBA y otros dos profesores universitarios desconocidos para ellas.

Aunque se trate de otro asunto, cabe recordar que, tal y como informó El Confidencial, la FESBA tiene firmado con la Fundación Empresa Universidad de Granada un contrato de prestación de servicios, cuyo objeto es la realización del proyecto denominado 'Aplicación del modelo de gestión estratégica integral al programa deportivo de los Juegos Olímpicos de Río 2016' en el que David Cabello figura como investigador y por el que cobró 52.750,41 euros tras encargarse el citado proyecto a sí mismo, según la auditoría de 2013.

Tal y como consta en el auto con fecha 11 de mayo de 2015 y que firma el magistrado Fernando Víctor Ramos Gil, las diligencias ya se han dado traslado al Ministerio Fiscal. De momento, David Cabello está imputado por el plagio de un proyecto que fue subvencionado por el CSD, otro motivo más para que desde el organismo que preside Miguel Cardenal deje de mirar para otro lado, si bien, las denuncias de los propios deportistas ya deberían haber bastado para tomar medidas con un dirigente que después de contribuir a llevar al bádminton español a lo más alto no ha sabido gestionar el éxito y lo ha convertido en un polvorín en el que hasta la mismísima número uno del mundo ha pedido públicamente su dimisión.

"Creo que lo mejor es que el presidente y otras personas dimitan para que el bádminton español no se vea afectado", dijo recientemente la campeona del mundo de este deporte Carolina Marín para sorpresa de quienes no conocen a David Cabello y su gestión al frente de la FESBA. Carolina hizo esta petición durante los cursos de verano que organiza el Consejo Superior de Deportes (CSD) en Santander, por lo que a su izquierda estaba sentada Ana Muñoz, directora general de este organismo, quien no dudó en apoyarla. Sin embargo, dos días después, Miguel Cardenal respaldó en un video a Cabello durante la Asamblea de la FESBA, en la que la Junta directiva desperdició una buena ocasión para desvincularse de su presidente, a quien la comisión de jugadores acusó la semana pasada nada menos que de mentirles y coaccionarles.

Consejo Superior de Deportes (CSD)
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