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Jesús Velasco, un 'animal' de los banquillos con alma de Darwin
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CAMPEÓN DE LA LIGA CON INTER MOVISTAR

Jesús Velasco, un 'animal' de los banquillos con alma de Darwin

El entrenador de Inter Movistar, elegido mejor técnico del mundo en 2014, charla con El Confidencial, donde da alguns pistas de su método de trabajo y, sobre todo, su gran pasión por el mundo animal

Foto: jesús velasco, el entrenador que ha llevado de nuevo al éxito a Inter Movistar (FOTOS: David Ruiz).
jesús velasco, el entrenador que ha llevado de nuevo al éxito a Inter Movistar (FOTOS: David Ruiz).

Jesús Velasco (Madrid, 1967) es un animal de costumbres. Necesita una buena siesta como el comer porque, a imagen y semejanza de la 'onça pintada', uno de sus depredadores predilectos (al que estuvo observando años atrás durante semanas en El Pantanal), el hombre que ha devuelto al Inter Movistar a la cúspide del fútbol sala español gusta de quedarse hasta las tantas de la madrugada diseñando la estrategia con la que 'devorar' a sus enemigos en el parqué. "Es, de hecho, lo que me ha salvado durante los play-offs porque apenas dormía cuatro horas de noche. Y cuando te acuestas, sigues dándole vueltas a la cabeza buscando la mejor solución a éste o aquel problema que nos ha planteado el contrario", confiesa a El Confidencial pocas horas antes de subirse a un avión en busca de la mejor terapia que conoce para sacarse de encima la tensión acumulada durante un año de máxima exigencia: visionando animales en estado salvaje.

Namibia y el mítico Etosha National Park son, esta vez, los destinos elegidos por el mejor entrenador del mundo en 2014 (según los Annual Futsal Awards) para recargar baterías y volver listo para el doble desafío del próximo ejercicio: el triplete liguero y la UEFA Cup. "No puedes hacerlo a menudo por tus obligaciones profesionales, pero es algo que me apasiona desde que era un chaval. Salir al campo, disfrutar de la naturaleza y todo lo que la rodea. Ahora, además, me ayuda a liberar la mente de estar todo el día viendo vídeos, preparando ejercicios, yendo a reuniones... No es que me queje, ni mucho menos. Soy consciente de que vivo de una actividad que me encanta y me considero un afortunado, pero todos tenemos nuestra manera de desconectar. Y ésta es la mía".

La escuadra que preside José María García ha dado a Velasco la oportunidad de sacarse la espina de ser profeta en su tierra después de que en 1998 tomara las de Villadiego para aceptar una propuesta del Torino, club en el que dio inicio a una impresionante trayectoria en el país transalpino (Petrarca Padova, Furpile Prato y Luparense) jalonada por seis Ligas, cuatro Copas y otras cuatro Supercopas de Italia. Curiosamente y a pesar de haberlo ganado todo allí durante una década, el técnico toledano de adopción hubo de remar muy duro para atraer la atención de uno de los grandes del fútbol sala patrio. "Yo sabía que, por mucho que ganara en Italia, eso no me iba a abrir la puerta a un equipo top de aquí, salvo que hubiera logrado títulos europeos, que no fue el caso. Allí estaba muy bien, pero decidí volverme por un tema personal. Tuve contactos con varios equipos, y entonces surgió lo del Caja Segovia. Conocía bien el club, sus logros de años anteriores, la plantilla... Creo que fueron tres años muy buenos, con esa final perdida ante el Barça y dos semis. El equipo volvió a estar peleando con los mejores tras varios años alejado de los puestos de honor. Aún así, me quedé con la espina de no haber ganado nada", lamenta.

Aunque considera que el fútbol sala español es "más táctico y estratégico" que el italiano, esta suerte de Charles Darwin de los banquillos reconoce que su paso por las canchas del país de los Apeninos "me aportó mucho en cosas menos tangibles, pero igual importantes. Los italianos son muy aguerridos e hipercompetitivos. Juegan sin miedo a los ambientes hostiles, tampoco les tiembla el pulso si deben ganar sí o sí, y luego aguantan todo lo que se les venga encima. Son valores que trato de inculcar a mis equipos". Lo mismo que ese ritmo de látigo al que juega su Inter, presionando en toda la cancha hasta asfixiar a sus oponentes. Un estilo que tiene sus orígenes en la persona que más le ha marcado en estos casi 20 años de carrera en los banquillos.

Mano izquierda para llevar a los cracks

"Mi forma de jugar es una mezcla de varias fuentes.Lo de la alta intensidad viene por Antonio José Acevedo, 'Zego', que fue quien cambió el fútbol sala aquí. Lo tuve de entrenador y entendí, después de verle trabajar, que este deporte jugado a gran intensidad es espectacular. Luego, en Italia me di cuenta que la disciplina tactica es también importantisima. El jugador tiene que saber sufrir, poner cosas por delante de lo que es disfrutar, saber competir en definitiva. Tener claro qué es lo que quieres y luchar al máximo por ello". Ahí radica el secreto de su éxito en una plaza tan compleja como Alcalá de Henares. "Lo que hemos conseguido con este equipo es que crean en lo que hacen, en la forma de jugar que tienen. Que se hayan convencido de que esa es la mejor forma de hacerlo. El otro punto clave ha sido sacar lo mejor de cada jugador. También ha ayudado el que hemos llegado físicamente muy bien al final. En ese apartado hay que agradecerle mucho a 'Chicho' Ibáñez, mi ayudante, que sabe cómo tenerles a punto en cada momento".

Tantas horas de vuelo a pie de pista y esa inquebrantable paciencia de que hace gala en las situaciones límite le han ayudado a encauzar los 'egos' de gente como Ricardinho, Cardinal o Rafael, los tres cracks que ha tenido este último ejercicio a sus órdenes. Aunque, reconoce, no ha sido tarea fácil. "Las estrellas siempre son complicadas, pero es normal. Si quieres ganar, necesitas campeones y tíos competitivos, que por lo general tienen un carácter muy fuerte. Así que no te queda otra que lidiar con personalidades muy volcánicas, que no se arruguen, que quieran siempre jugar, marcar goles y ganar. La clave es que ellos entiendan que no quieres quitarles protagonismo, sino ayudarles a mejorar, aunque a veces les tengas que poner en su sitio". Y ejemplifica con el caso del luso Cardinal. "Tiene un carácter muy agreste, de pelearse en la cancha... Un tipo difícil, vaya. Y nuestra relación empezó muy mal. Siempre se quejaba de que le quitara y me decía que no confiaba en él, porque el tío es así de cristalino. Pero con el tiempo se fue dando cuenta de que, si jugaba menos, rendía más, así que ya no prioriza el tener que jugar lo mismo que los demás. Eso quiere decir que empezó a confiar en mí".

De Ricardinho, la gran 'vedette' del Inter y principal culpable del doblete liguero (algo que el club no había logrado en la última década), destaca "su inteligencia. Tiene un gran personalidad, pero puedes razonar con él y hablar de todo: de la vida, del juego, de los entrenamientos. Se le ve feliz porque ha encontrado aquí una forma de jugar que le gusta. Está totalmente adaptado y, para mí, es el mejor del mundo en estos momentos. Es que tiene mucha calidad y con esa intensidad que le pone. En las finales le marcó 9 goles a ElPozo en cuatro partidos... Esperemos que siga muchos años con nosotros".

Europa, el gran desafío de Inter

Por lo pronto, el dueto de artistas portugueses serán los arietes del quinteto de Velasco con vistas a una próximacampaña en la que las miras del club irán un paso más allá de las del curso recién finalizado. "Europa va a ser nuestro gran desafío, sin duda. Ganar la UEFA Cup es el objetivo prioritario del club. En equipos de este nivel tienes siempre esa fijación. No es algo que me quite el sueño porque llevo ya mucho en esto y sé que para lograr los objetivos hay que tener también algo de suerte. Y en Europa yo no la he tenido en los momentos clave. Me pasó en Prato y nos pasó en Lisboa el año pasado: no es normal que tengas a todos los jugadores de experiencia internacional lesionados al mismo tiempo. Espero que nuestra suerte cambie. Sabemos que será un año aún más difícil, pero no pienso mucho en ello porque en el Inter la obligación moral es intentar ganar siempre".

Puestos a sincerarse, no descarta el mejor preparador del momento en el fútbol de salón colgar el silbato si su Inter es capaz de embolsarse la 'triple corona' para dedicarse a la otra gran pasión de su vida. "Ojalá pudiera ser director de un parque nacional, en permanente contacto con la naturaleza, pero eso está en manos de muy pocos. Y no tengo yo la capacidad profesional para serlo. Ahora bien, no me veo toda la vida haciendo lo mismo. Tengo muy claro que hay que dejar el paso a otros. Por eso cuando vea que no estoy a gusto, que no rindo o que hay otro técnico mejor, habrá llegado el momento de irse", finaliza. ¡Buen viaje, míster!

Jesús Velasco (Madrid, 1967) es un animal de costumbres. Necesita una buena siesta como el comer porque, a imagen y semejanza de la 'onça pintada', uno de sus depredadores predilectos (al que estuvo observando años atrás durante semanas en El Pantanal), el hombre que ha devuelto al Inter Movistar a la cúspide del fútbol sala español gusta de quedarse hasta las tantas de la madrugada diseñando la estrategia con la que 'devorar' a sus enemigos en el parqué. "Es, de hecho, lo que me ha salvado durante los play-offs porque apenas dormía cuatro horas de noche. Y cuando te acuestas, sigues dándole vueltas a la cabeza buscando la mejor solución a éste o aquel problema que nos ha planteado el contrario", confiesa a El Confidencial pocas horas antes de subirse a un avión en busca de la mejor terapia que conoce para sacarse de encima la tensión acumulada durante un año de máxima exigencia: visionando animales en estado salvaje.

Jesús Velasco
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