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El gran 'patinazo' del campeón del mundo: saltarse un entrenamiento por ver un Clásico
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JAVIER FERNÁNDEZ ATIENDE A EL CONFIDENCIAL

El gran 'patinazo' del campeón del mundo: saltarse un entrenamiento por ver un Clásico

Javi Fernández está relajado tras terminar la temporada. Ha cumplido todas las expectativas proclamándose campeón del mundo. Ahora mira al futuro y habla de su lado más personal

Apenas ha pasado un mes desde que Javier Fernández hizo historia proclamándose campeón del mundo de patinaje. Ya más tranquilo, pasa unos días en Madrid donde espera a que lleguen las vacaciones mientras prepara una exhibición en la pista de Invernia Valdemoro, su segunda casa, del 15 al 17 de mayo. El patinador madrileño mira al futuro relajado, pero sabiendo que tendrá complicado revalidar los títulos de campeón de Europa y del mundo y con un objetivo claro a tres años vista: los Juegos Olímpicos. “Es a lo que estamos apuntando y espero que pueda llegar en buenas condiciones. Me lo van a poner muy difícil y va a ser complicado, por eso tengo que trabajar muy duro”, reconoce. Siempre con una sonrisa y con la simpatía que le caracteriza, Javi atiende a El Confidencial entre entrenamiento y entrenamiento.

Javi Fernández todavía sigue asimilando ese momento en el que se llevó las manos a la cabeza porque se acababa de proclamar campeón del mundo. “Tengo muchos blancos del momento en el que escuché las notas. Fue un sueño conseguirlo y cuando se trata de un sueño es una cosa que no te esperas, estás trabajando para conseguirlo pero no sabes cuándo va a llegar. Cuando vi que era campeón pensé: ‘Y ahora ¿qué? No me lo puedo creer, ¿tengo que dejar de patinar? Soy campeón del mundo”. Poco a poco, me lo fui creyendo más y pude compartir la experiencia con la gente cercana. Eso es muy especial”. En la cita de Shanghái, no pudieron estar sus padres y tampoco su hermana, fundamentales en su carrera deportiva, por eso a Javi le gustaría repetir cuando ellos estén presentes: “Lo viví por teléfono. Cuando llegué al hotel los llamé y estaban muy contentos. Esperemos que en los próximos años puedan ir y tenga la oportunidad de conseguir éxitos con ellos en la grada”.

El madrileño sigue trabajando día a día para que lleguen esos éxitos y lo hace de la mano de Brian Orser, su entrenador y también amigo: “En Toronto se podría decir que es como mi padre. Hacemos muchas cosas juntos, no sólo estamos en la pista, cenamos, me invita a su casa en el lago… Es una persona muy divertida, que le gusta pasárselo bien y yo soy igual. La verdad que tenemos una conexión especial y nos gusta de la manera que lo llevamos”, reconoce. A la hora de describirse a sí mismo, Javi muestra esa humildad que deja ver también a la hora de patinar: “Soy una persona divertida, a la que le gusta pasárselo bien, muy cercana a las personas que tengo enfrente de mí y que no mantiene ninguna distancia. Me considero natural y muy normal”.

Con esta cercanía y normalidad, Javi salta a la pista a realizar sus ejercicios y también a tratar de ser el mejor a los ojos de los jueces. Para ello, cuida todos los detalles y también se esfuerza en elegir la mejor música. “Cuando tengo que elegir la música, me fijo en los diferentes estilos que tengo. Por supuesto, me tiene que gustar la música y que también le guste a mi coreógrafo y a mi entrenador. Buscamos algo que sea divertido y que sepamos que a la gente y a los jueces les puede gustar. Hay que ser inteligente a la hora de elegir”. En su mente recuerda tres canciones con especial cariño: “Piratas del Caribe fue un programa que le gustó a mucha gente. El programa de Charles Chaplin también y esta temporada pasada, me quedo con el programa corto de Black Petty. Creo que esos tres programas son los que más han gustado y con los que yo también he disfrutado más patinándolos”.

Gracias al patinaje, Javi ha viajado por todo el mundo y descubierto nuevos países y nuevas culturas. Toronto se ha convertido en su casa en los últimos años, aunque tiene claro con qué país se quedaría si tuviera que elegir uno: “Elegiría Japón. Además de la cultura, que siempre me ha gustado y apasionado, la gente es súper amable y educada, el país es limpio y ordenado y cada ciudad es muy diferente, eso me gusta. Eso es una cosa que me llama mucho la atención y que creo que también pasa aquí en España. Creo que es algo que tenemos en común”. Precisamente de Japón es de donde es la novia de Javi, por eso asegura entre risas que no sabe “donde terminaré”. Su idea de futuro pasa por formar una escuela y enseñar a los niños lo que mejor sabe hacer, patinar, pero antes todavía le queda una prometedora carrera por delante en la que seguro, no faltarán títulos.

Apenas ha pasado un mes desde que Javier Fernández hizo historia proclamándose campeón del mundo de patinaje. Ya más tranquilo, pasa unos días en Madrid donde espera a que lleguen las vacaciones mientras prepara una exhibición en la pista de Invernia Valdemoro, su segunda casa, del 15 al 17 de mayo. El patinador madrileño mira al futuro relajado, pero sabiendo que tendrá complicado revalidar los títulos de campeón de Europa y del mundo y con un objetivo claro a tres años vista: los Juegos Olímpicos. “Es a lo que estamos apuntando y espero que pueda llegar en buenas condiciones. Me lo van a poner muy difícil y va a ser complicado, por eso tengo que trabajar muy duro”, reconoce. Siempre con una sonrisa y con la simpatía que le caracteriza, Javi atiende a El Confidencial entre entrenamiento y entrenamiento.

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