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El héroe que ganó tres maratones en ocho días por el sueño de ver correr a su hijo
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BRYAN MORSEMAN LUCHA POR SU PEQUEÑO LEEIM

El héroe que ganó tres maratones en ocho días por el sueño de ver correr a su hijo

Bryan Morseman disfruta ganando maratones. Más allá de su pasión por el running, existe una razón fundamental que lleva a este neoyorkino a exprimirse al máximo: la espina bífida de su hijo Leeim

Foto: Bryan Morseman, junto a su pequeño Leeim (Foto: BM).
Bryan Morseman, junto a su pequeño Leeim (Foto: BM).

Bryan Morseman disfruta corriendo y ganando maratones. Este corredor amateur del oeste de Nueva York es un apasionado del deporte y su última hazaña ha sido ganar tres pruebas de 42.195 metros en ocho días el pasado mes. Más allá de la pasión por el deporte y por el running, existe una razón fundamental que lleva a Morseman a exprimirse al máximo: la enfermedad de su hijo Leeim. El pequeño sufre el peor de los tres casos de espina bífida y todo el dinero que Bryan recauda en los maratones va destinado a pagar los medicamentos para su pequeño. “Es duro, agotador, pero pienso en él y mi dolor no es nada comparado a lo que tiene él”, reconoce a El Confidencial. Su sueño: poder correr algún día junto a su pequeño.

El pasado 14 de marzo, Bryan Morseman viajó a Alabama para disputar el Maratón de Montgomery y ganarlo. Al día siguiente y cuando volvía a Nueva York, se detuvo en Caty, en Carolina del Norte y ganó el Maratón de Tobacco Road. El día 22, este neoyorkino se marchó a Virginia Beach y ganó el Maratón de Shamrock Yuenling. Ocho días y tres maratones ganados. Una proeza al alcance de muy pocos. En total, Morseman se llevó a casa $5.750 en premios. “Fue muy duro y agotador, pero a la vez fue una sensación increíble ganar a todos. Cada vez que estoy en una carrera pienso en Leemiy en que mi dolor no es nada comparado a lo que pasa él. Él me da la inyección de energía para seguir y llevarme hasta el final”, asegura.

Este apasionado del running empezó a correr a los 11 años y desde entonces, no ha parado de dar zancadas. Su mejor registro en unmaratón es de 2 horas 19 minutos y 57 segundos, pero su mayor logro es ganar para mejorar la vida de su hijo. “Poco a poco, Leeim se va haciendo mayor. En general, él es un bebe sano, pero tiene el peor de los tres casos de la espina bífida, que está en la parte inferior llamada L1, L2 y L3”, explica. Además de otros problemas de salud que puede generar, si este problema no se trata puede dejar a un niño sin caminar.

Todo lo que gana Bryan, también a través de su página en 'gofundme',lo destina a cubrir los gastos que genera la enfermedad de su hijo en un país como Estados Unidos, donde la sanidad es privada en prácticamente todo: “Nunca hay suficiente dinero. Ahora mismo estamos trabajando en los viajes, en la futuras visitas al médico que Leeim puede necesitar… nos estamos preparando para todo ello”, afirma. Pero no sólo en las carreras Morseman obtiene el dinero, también lo hace trabajando… ¡y a tiempo completo!: “Trabajo a tiempo completo para el World Kitchen LLC. en Corning, Nueva York. Ellos son uno de los grandes apoyos de mi carrera deportiva y de mis sueños. No podría trabajar con una empresa mejor. Lo cierto es que estoy bendecido”.

Morseman combina el trabajo diario con los entrenamientos y corre los maratones el fin de semana: “Normalmente entreno cerca de 15-18 millas por día, aunque voy variando”, reconoce. O lo que es lo mismo en kilómetros,entre 24 y 28 diarios. Bryan no trabaja con ningún entrenador, aunque mantiene la esperanza de conseguir hacer la marca para unos Juegos Olímpicos. Si hay que hablar de próximos objetivos, este neoyorkino lo tiene claro: “Seguir persiguiendo mis sueños, disparando a las estrellas y seguir haciendo lo que Dios tiene reservado para mi familia y para mí”, concluye.

Bryan Morseman disfruta corriendo y ganando maratones. Este corredor amateur del oeste de Nueva York es un apasionado del deporte y su última hazaña ha sido ganar tres pruebas de 42.195 metros en ocho días el pasado mes. Más allá de la pasión por el deporte y por el running, existe una razón fundamental que lleva a Morseman a exprimirse al máximo: la enfermedad de su hijo Leeim. El pequeño sufre el peor de los tres casos de espina bífida y todo el dinero que Bryan recauda en los maratones va destinado a pagar los medicamentos para su pequeño. “Es duro, agotador, pero pienso en él y mi dolor no es nada comparado a lo que tiene él”, reconoce a El Confidencial. Su sueño: poder correr algún día junto a su pequeño.

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