Es noticia
Noya, el cliente oro de Iberia que se siente "decepcionado" con los políticos españoles
  1. Deportes
  2. Otros deportes
EL TETRACAMPEÓN DEL MUNDo, EN EL CONFIDENCIAL

Noya, el cliente oro de Iberia que se siente "decepcionado" con los políticos españoles

Gómez Noya es tetracampeón del mundo de triatlón y una leyenda de este deporte. El gallego visita El Confidencial para compartir su lado más personal

Javier Gómez Noya (Basilea, 1983) se acaba de proclamar campeón del mundo de triatlón por cuarta vez en su carrera deportiva. A sus 31 años, el triatleta gallego ya es una leyenda reconocida de este deporte, aunque sigue manteniendo los pies en el suelo. Con una agenda debajo del brazo siempre muy apretada, Noya saca un hueco para visitar la redacción de El Confidencial y compartir su lado más personal. Cuando está a punto de cerrar la temporada, disputará el Garmin Triathlon de Barcelona el próximo fin de semana, el ferrolano habla de pasado, presente y futuro y se define a sí mismo como una persona “normal, trabajadora, constante, ambiciosa y que “lucha al máximo” por sus metas.

Pregunta: Faltan dos años para los Juegos Olímpicos de Río 2016, ¿cómo te planteas este tiempo a nivel temporada, entrenamientos…?

Respuesta: Ya el año que viene pensando en los Juegos de Río. Quedan dos años y quizás descarguemos un poco de competiciones el año 2015 para hacer mejor gestión de los entrenamientos. Prepararemos alguna carrera muy bien, casi como prueba-ensayo de los Juegos, para probar algunas cosas y tratar de luego en 2016 ajustar la preparación lo mejor posible. Estamos en la mitad del camino del ciclo olímpico y con ganas la verdad. Las cosas están saliendo muy bien y eso pues siempre te ayuda y te motiva.

P: Conociéndote a ti mismo, ¿te ves capaz de estar centrado en los Juegos y no querer abarcar más?

R: Sí, pero para estar centrado en los Juegos, tienes que competir menos pero tienes que seguir metido en la corriente del triatlón. Tienes que seguir compitiendo al máximo nivel, viendo a tus rivales, ver quién evoluciona, cómo, porque siempre hay cambios de un año a otro. Es un deporte que está evolucionando muy rápido, cambiando muy deprisa y si pierdes comba en las carreras y dices "este año, voy a pasar de competir y me voy a centrar en los Juegos", creo que no es una buena manera de prepararlos. Competir algo menos sí, pero tienes que seguir metido en el mundillo, seguir viendo a tus rivales y seguir teniendo ese ritmo de competición. Lo mejor que puedo hacer para preparar los Juegos es hacer algunas carreras, escogerlas bien y tratar de seguir a un nivel alto porque, como bajes, luego es muy difícil volver a subir.

P: ¿Tienes claro que después de los Juegos te vas al Ironman o quieres ver a dónde puedes llegar en distancia olímpica?

R: No lo tengo claro, es una opción y es algo que me llama la atención porque después de tantos años corriendo distancia olímpica, ya diez o doce al máximo nivel, te apetece probar cosas diferentes y quizás la larga distancia se pueda adaptar un poco más a mis características dentro de unos años. No lo sé, igual si me sigo viendo competitivo en distancia olímpica trate de seguir o de combinar un poco. Veremos, en 2016 decidiré, pero sí que en algún momento de mi carrera me gustaría intentar el Ironman de Hawai en serio y prepararlo para intentar ganar.

P: ¿Cambiarás entonces cuando ya no seas competitivo en distancia olímpica?

R: Desde luego, eso puede ayudar. Cuando me vea que no gane en distancia olímpica, después de tantos años arriba, imagino que no será fácil sacrificarte igual y obtener peores resultados. Quizás será el momento idóneo para cambiarme y para pasar de una distancia a otra. También creo que por mis características, incluso ahora, es una distancia que se puede adaptar mucho mejor que la distancia olímpica. La olímpica te exige mucha intensidad en el entrenamiento y yo quizás soy más diésel en ese sentido y puede que la distancia larga se adapte mejor.

P: A estas alturas de tu carrera, ¿te consideras el mejor triatleta de la historia?

R: No, ni siquiera lo valoro, la verdad, porque siempre va a ser algo subjetivo ya que depende lo que valores. Comparar épocas es muy difícil, Mark Allen ganó algún Mundial; Itu, seis Ironman en Hawai, campeonatos del mundo en otras carreras… pero claro el triatlón no tenía nada que ver a finales de los 80 principios de los 90 con lo que es ahora. Ha habido otros grandes campeones: Simon Lessing también ganó cuatro campeonatos del mundo como yo y también ha hecho grandes gestas. Imagino que cuando me retire y vea las cosas con un poco más de perspectiva y pueda valorar lo que he hecho, de lo que ahora mismo estoy muy orgulloso... pero tampoco sé si soy o no el mejor. Cuando salgo a competir sé que tengo detrás a los Bronwlee y a otra gente que también es muy buena y que te pueden ganar en cualquier momento; entonces mi mente ya está pensando en el futuro, en el año 2015, en los Juegos de Río 2016, y no en mirar tanto el palmarés que tengo ni las carreras que he ganado.

P: ¿Qué es lo más surrealista que te ha pasado siendo triatleta?

R: Las épocas en las que no podía competir se vivieron muchas situaciones surrealistas. El simple hecho de ganar en España y arrasar en todas las categorías y luego ver que el que quedaba segundo o tercero y cuarto iban al Mundial y yo me quedaba en casa, pues eso era un poco surrealista. Y haber quedado octavo del mundo en 2004, siendo el más joven de ese campeonato, y que no me llevaran a los Juegos de Atenas fue algo que no entendió nadie.

P: ¿Es tu espina clavada?

R: Sí, aunque evidentemente ya no se puede cambiar y de esa experiencia también aprendí. Aparte de que creo que lo podía haber hecho bien ese año, seguro que esa experiencia la iba a aprovechar cuatro años más tarde en Pekín. Pero bueno, a veces a las cosas tampoco se le pueden dar más vueltas.

P: Siempre dices que el triatlón es tu trabajo, como el que va a la oficina. ¿Cuál es la parte que menos te gusta del triatlón?

R: Exige mucho sacrificio. Claro que lo haces con gusto pero hay días que estás reventado, no te apetece levantarte por la mañana e ir a entrenar y luego hay días que parece que no vas a llegar a la noche. Son momentos duros, pasas mucho tiempo fuera de casa… y me gusta viajar, pero cuando pasas dos tercios del año fuera de casa te apetece volver. Tienes que renunciar a muchas cosas, a mucha vida social y a estar con amigos y, quizás, eso es la parte más negativa, aunque afortunadamente tiene otras cosas muy buenas.

P: Hablando de viajes… ¿Qué haces cuando viajas?

R: Muchas veces veo películas en el avión. Casi siempre tengo cosas atrasadas que hacer, correos que responder y aprovecho para escribirlos y luego los envío nada más aterrizar. Y si no música, en especial rock&rolly Metallica,o películas.

P: ¿Calculas los kilómetros que recorres al año en viajes?

R: No, pero en vueltas al mundo van a ser bastantes. Todavía me queda una y ya está acabando el año, así que serán como unas cuatro.

P: ¿Y los puntos de Iberia, los sabes?

R: (Risas) “Soy cliente oro, pero aun así sigo pagando la bicicleta en cada vuelo y me la pierden muy a menudo. Un año, creo que fue en 2011, fue un mal año y casi en la mitad de los vuelos me la perdieron. Al final pagas una tasa especial por viajar con la bici, y quizás es también una parte negativa de nuestro deporte, pues tienes que ir montando y desmontando.

P: ¿Sueles viajar en business?

R: A veces sí. Me pago los viajes vaya en lo que vaya, así que entiendo que para algunas carreras es mejor y luego también depende cómo sea el viaje. Si es por la noche y sé que tengo que intentar dormir es una inversión. Además de que he entrenado muy bien, también tengo que poner todos los medios para estar lo más cómodo posible y, si eso implica gastarse más dinero en un billete en business, pues lo hago.

P: Como persona, ¿tú cómo te ves?

R: Diría que normal, trabajador, constante, ambicioso y que lucho por mis metas al máximo dentro de lo que puedo.

P: Hablabas de muchos sacrificios: ¿qué has dejado en el camino por querer ser triatleta?

R: Al final pierdes amigos porque acabas perdiendo el contacto. Pasas tanto tiempo fuera que acabas perdiendo ese contacto y la verdad que es una pena.

P: ¿Cómo te ves en el futuro, de aquí a 15-20 años?

R: En 15 o 20 años no creo que haga Ironman, espero. Y si los hago, que alguien me diga que pare, por favor (risas). Supongo que seré padre, ojalá, y me gustaría seguir ligado al deporte en un ámbito u otro. Es lo que más me gusta, llevo muchos años en él, lo he podido ver desde el más alto nivel, desde muchas perspectivas y creo que podría aportar cosas a generaciones más jóvenes, gente que viene por detrás y que con mi experiencia podría ayudar y es algo que me motiva”.

P: Entre esas opciones, ¿está acabar INEF?

R: (Risas) Sí, la verdad es que lo tengo ahí aparcado y cuanto más aparcado está, más me cuesta ponerme, pero sí me gustaría acabarlo.

P: Vives en Pontevedra, entrenas allí en el Centro Gallego de Tecnificación Deportiva (CGTD), pero ¿cómo es tu casa?

R: (Risas) Tengo una casa de campo allí, un poco a las fueras. Tengo muchos trofeos, muchas cosas relacionadas con el triatlón, bicicletas por todas partes, zapatillas de correr… A veces un poco desastre, pero bien. Estoy contento allí.

P: Una persona que viaja tanto… ¿a dónde se va de vacaciones?

R: Tengo que ir a varios sitios un poco por compromisos de sponsors y aprovechando que son sitios atractivos para tener vacaciones. Estaré en Hawai viendo el Ironman y también por algunos temas comerciales. Estaré en Brasil, también y luego en Nueva Zelanda. Por eso digo que me queda una vuelta al mundo todavía antes de empezar el año que viene, pero ya mucho más relajado. Cuando viajas sin la presión de competir y casi ni de entrenar, vas mucho más tranquilo.

P: ¿Cómo ves que el triatlón haya crecido tanto, sobre todo en tiempos de crisis?

R: Es curioso, sobre todo, desde que empecé yo hasta ahora ha sido un cambio brutal. Ha crecido mucho en todos los niveles, en cuanto a número de licencias, número de pruebas, número de triatletas... Quizás en cuanto a cobertura mediática estos últimos años haya ido para atrás, sobre todo, en cuanto a televisión que antes se podían ver pruebas del Mundial y ahora no. Y es un crecimiento que creo que se debe a la propia espectacularidad del deporte que atrae a la gente y le supone un reto hacer un triatlón. Cada vez hay más personas que lo disfrutan y que lo hacen. Entiendo que debe ser un buen negocio también para los organizadores, porque las pruebas son multitudinarias, se llenan en un momento, con inscripciones bastantes caras. Sorprende que se puedan llenar así de fácil. Quizá la media del triatleta popular es una persona de un nivel adquisitivo medianamente alto; si no, no se entiende de otra forma que en tiempos de crisis siga creciendo tanto el deporte y la gente siga invirtiendo tanto en competiciones y en el material, que al final es caro.

P: Con este boom del triatlón aquí en España y también a nivel internacional, ¿qué recomiendas a los que empiezan: que se gasten el dinero en un bañador, en una bici, en unas buenas zapatillas...?

R: Realmente hay mucho marketing y la gente tiende a comprarse el material último, lo más novedoso. Sin embargo, para empezar a hacer triatlón, te puede valer prácticamente cualquier bici, cualquier tipo de zapatillas, no hay que volverse loco tampoco. Se pueden conseguir cosas muy buenas y de muy buena calidad a precios razonables. La gente tiende a querer estar a la última en todo y se gastan unas cantidades de dinero increíbles. Lo más importante al final es el cuerpo de uno mismo. Es mejor invertir en un entrenador, en alguien que te asesore a la hora de preparar un triatlón y no de entrada comprarte la bicicleta de 7.000 euros, cuando a lo mejor tienes un nivel de bicicleta que con una de 1.500 vas a sacar el mismo rendimiento.

P: En estos últimos años has visto crecer mucho el triatlón; ¿te has encontrado con alguien que se quisiera aprovechar de esta situación y quisiera sacar dinero de este deporte sin creer en él?

R: Sí, me he encontrado muchos. He tenido experiencias personales con sponsors que al final han sido aire y te han ofrecido contratos que no se han cumplido. Sin ir más lejos, el año pasado hubo un circuito de pruebas en España que dejó a un montón de triatletas tirados. Parecía que iba a ser algo novedoso y un nivel de pruebas espectacular en España, con buenos premios en metálico. Hicieron tres o cuatro pruebas y a la gente no les han pagado, les deben dinero y es una lástima, porque la gente hace sus calendarios, prepara unas carreras y, siendo un deporte en el que no ganas demasiado dinero, si vas a una carrera pensando que vas a ganar un premio y luego no te lo dan, pues a la gente le ha generado problemas. Ahí está mucha gente en líos esperando a ver si se les paga o si no. Aprovechados siempre hay a todos los niveles, pero, afortunadamente también hay gente que le apasiona este deporte y que trabaja de forma casi gratis por tratar de ayudar.

P: ¿Cómo ves el panorama político de España?

R: Lo veo desde la distancia un poco. Evidentemente, sigo las noticias a todos los niveles, incluso de política, pero tampoco le doy muchas vueltas porque me ha decepcionado un poco desde hace tiempo e intento no darle demasiadas vueltas.

P: Conoces muchos países y muchas culturas: ¿aplicarías cosas de otros países aquí?

R: Lo bueno de viajar tanto es que aprendes a apreciar cosas que hay fuera y no hay aquí y al revés, aprendes a apreciar cosas que tienes en tu casa. Y aprendes a ser crítico con cosas que se pueden hacer mejor y te da unas miras mayores. Por supuesto que hay cosas que te gustan más de otro sitio y cosas que te gustan más de tu país. Cada uno es como es, España tiene sus cosas buenas, sus cosas no tan buenas y ojalá todo el mundo tuviera la oportunidad de ampliar sus miras y quizás así, todos seríamos mejores.

P: Estuvo Ballesteros en el golf, Nadal está en el tenis, Alonso en la Fórmula 1 y tú en el triatlón, de eso no hay duda. ¿Qué trucos utilizar para mantener los pies en el suelo?

R: Quizás porque llevo muchos años y en mi historia personal me ha costado mucho llegar a donde estoy. He tenido muchas trabas en mi camino y eso me ha hecho tener los pies en el suelo, ver que el éxito es efímero y en un momento pasas de estar arriba a estar abajo. Al final, tienes que hacerlo porque te gusta y porque lo disfrutas, no por el reconocimiento público, no por ser más o menos popular o porque la gente te admire o no. Lo bueno de ser campeón del mundo es que, afortunadamente, tengosponsors y me puedo dedicar de forma profesional a mi trabajo, pero los reconocimientos y que haya más o menos gente que te admire es algo que me alegra pero tampoco le doy demasiadas vueltas. Es un orgullo representar al triatlón y ayudar a que se hable más de él en los medios, como ocurre con algunos premios que me han dado. Si eso contribuye a que se hable más de triatlón en los medios de comunicación, pues yo encantado.

Javier Gómez Noya (Basilea, 1983) se acaba de proclamar campeón del mundo de triatlón por cuarta vez en su carrera deportiva. A sus 31 años, el triatleta gallego ya es una leyenda reconocida de este deporte, aunque sigue manteniendo los pies en el suelo. Con una agenda debajo del brazo siempre muy apretada, Noya saca un hueco para visitar la redacción de El Confidencial y compartir su lado más personal. Cuando está a punto de cerrar la temporada, disputará el Garmin Triathlon de Barcelona el próximo fin de semana, el ferrolano habla de pasado, presente y futuro y se define a sí mismo como una persona “normal, trabajadora, constante, ambiciosa y que “lucha al máximo” por sus metas.

Federación Internacional de Triatlón (ITU)
El redactor recomienda