Viñales y Yamaha devuelven a Honda y a Márquez a su cruda realidad

Esta temporada, MotoGP se ha subido a la montaña rusa de las emociones. De un Gran Premio al siguiente, la historia cambia de forma radical. Hace dos semanas decíamos que el campeonato volvía a abrirse y renacía. Ahora, el golpe de teatro de Le Mans, donde Valentino Rossi y Marc Márquez se fueron al suelo, ha devuelto a Maverick Viñales a un holgado liderato de 17 puntos sobre Dani Pedrosa. Y quién sabe si dentro de dos semanas, en Mugello, su rumbo vuelve a alterarse.

En Le Mans, MotoGP ha vuelto a la realidad: al equilibrio de las Yamaha, a los problemas de las Honda, y a las dificultades de Lorenzo y la Ducati. Es evidente que el trabajo realizado por Yamaha semanas atrás en Le Mans les ha permitido tener una buena base de partida. Aunque apenas tuvieron media jornada de trabajo, fue un tiempo muy bien aprovechado. Entonces, a la vista de la mala climatología, los pilotos de Honda decidieron no salir a pista. Rossi y Viñales sí lo hicieron, y en un fin de semana como el vivido en Francia, donde solo a partir de la cuarta sesión libre de entrenamientos —una tanda de media hora— se disfrutó de asfalto seco, contar con algo avanzado en materia de puesta a punto fue una gran ayuda, a pesar de que en aquellas pruebas trabajaron con neumáticos diferentes a los empleados en el Gran Premio.

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De esta forma, la primera línea de Yamaha —Viñales, Rossi, Zarco— no resultó extraña para nadie, y si el desenlace de carrera no hubiera sido el que tuvo, lo normal es que los tres pilotos se hubieran reencontrado en el 'pit lane', celebrando la victoria número 500 de Yamaha en el Mundial con un pleno en el podio. Les faltó bien poco.

Márquez y la consecuencia de ir al límite

Honda sigue sin solucionar sus problemas. “Las caídas no vienen por sí solas. Cuando vas al límite, es lo que tiene. Para estar al nivel de las Yamaha hay que ir al límite”, dijo Marc Márquez en Le Mans. “Las ocho caídas que llevo vienen de rodar al límite”, aseguró. “Lo que se vivió en Jerez fue una carrera de otro mundo, no sé por qué”, aclaró. Márquez sigue reclamando más aceleración, y en una pista como Le Mans esta carencia de la Honda resultó crítica. Intentando recuperar lo perdido, frenando llegó el error.

Sus quejas no son fingidas. Los pilotos de Honda reducen el problema a una cuestión de aceleración, siempre se quejan de eso, pero no es un tema de falta de potencia, lo que se necesita es mejorar la entrega de potencia, especialmente a bajo régimen. La velocidad máxima es una cuestión que depende enteramente de la aceleración, pero si nos fijamos en los registros de la Honda de Pedrosa, son muy similares a los de las motos punteras, ya sean Ducati o Yamaha, e incluso mejores que los de la Yamaha de Viñales. A partir de cuarta velocidad, la Honda acelera tan bien como las demás, pero es en marchas cortas y a bajo régimen cuando no rinde al nivel que les gustaría a sus pilotos. En HRC llevan dos temporadas intentando solucionarlo, primero con el cigüeñal contrarrotante que se introdujo el año pasado, y ahora con el motor 'big bang'. Los pilotos de Honda siguen peleando con la moto más reactiva del campeonato, y una entrega de potencia inadecuada hace que su máquina sea aún más reactiva.

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Hay mucho trabajo por hacer, por eso esta semana HRC ha convocado a sus pilotos para una jornada de pruebas en el Circuit de Catalunya, buscando mejorar y preparar el Gran Premio de Cataluña del próximo 11 de junio.

Todo puede cambiar en Mugello

Pero que nadie piense que Viñales ya tiene el título en el bolsillo. El campeonato puede dar, una vez más, un vuelco. En Mugello llega la nueva carcasa rígida para el neumático delantero, aprobada de forma casi unánime por los pilotos de MotoGP. Solo se mostraron en contra de su uso Viñales, Lorenzo y Baz. ¿Por qué se opone Viñales a ella? Muy mal no debe ir en la M1 si tenemos en cuenta que ese mismo neumático fue el que utilizó Lorenzo en su última victoria con Yamaha, en el Gran Premio de la Comunidad Valenciana de 2016. Lo que sucede es que Viñales se ha acostumbrado a trabajar con una carcasa menos rígida y se siente a gusto, y teme cualquier cambio que altere el equilibro que ha alcanzado en su moto.

Una modificación como la rigidez de la carcasa del neumático delantero es lo suficientemente importante como para alterar el comportamiento de la moto, y más en plena temporada, cuando las posibilidades de hacer ajustes y cambios son muy limitadas. Por eso, en Mugello puede alterar el curso del campeonato.

La respuesta de Valentino

Sinceramente, fue una verdadera lástima que Valentino Rossi se cayera. Solo cometió dos errores en la última vuelta: se fue largo en la curva 8, protegiéndose de Viñales, y después a dos curvas del final se pasó con el gas, y eso le llevó al suelo. Es admirable ver cómo se entrega Rossi a este deporte. Él sabe mejor que nadie que solo puede ir así, carrera a carrera, sin hacer planes de futuro más allá del siguiente Gran Premio. Fue tapando sus agujeros con maestría en las tres primeras carreras, y en Jerez se rindió a la realidad. En Le Mans volvió a tener una oportunidad y la aprovechó al máximo. Lo dio todo, como si estuviera peleando por su primer podio. Con 38 años. ¡Bravo!

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Resulta curioso el análisis de la situación que hizo Viñales de cara a esa última vuelta y su duelo con Rossi: “Me estaba preparando para lo peor, esperando el toque, y que soltara los frenos, pero no llegó”, dijo sin el menor rubor. Viñales parece preparado para luchar a cara de perro con su compañero, y lo asume con una naturalidad desconcertante. Es decir, que cuando llegue el momento, si llega, no nos rasguemos las vestiduras. Él no lo hará, se siente preparado. “Si Valentino hubiera llegado delante, habría improvisado”. Así lo hizo seis años atrás, en este mismo escenario, ante Nico Terol. Y aquello le valió su primer triunfo. Este domingo ha sido muy parecido: “Me he sentido como en mi primera victoria”. No en vano, es algo así: en su primer combate con Rossi dentro de Yamaha, Maverick ha sido el ganador.