MotoGP se prepara para la carrera de motos jamás contada: nocturna y con lluvia

La cuenta atrás ha concluido y el Gran Premio de Qatar, la primera carrera del Campeonato del Mundo de MotoGP 2017, ya está aquí. Y llega con una inesperada sorpresa: la lluvia. Las previsiones hablan de posibles precipitaciones desde el jueves hasta el domingo. No es algo del todo inusual: en 2009 la carrera de MotoGP tuvo que ser pospuesta al lunes debido a la lluvia, y en 2005, antes de que se realizaran las carreras nocturnas, el Mundial de SBK se disputó en mojado. Incluso la semana pasada los pilotos de Moto2 y Moto3 vieron perturbados los entrenamientos por la lluvia.

Aunque en un principio siempre se ha asumido que por la noche no se puede correr en mojado por diversas circunstancias –el reflejo de los focos sobre el asfalto húmedo, la presencia de arena en la pista y el viento–, los responsables de seguridad de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) y Dorna, Franco Uncini y Loris Capirossi, respectivamente, consideran que hay posibilidades de rodar en esas condiciones. De hecho, hicieron una prueba nocturna con la pista mojada y consideraron que hay opciones. Por eso si llueve, se probará.

Pero de ahí a aceptar una carrera nocturna en mojado aún queda camino. Mike Webb, el director de carrera de MotoGP, ha confirmado que el hecho de salir a probar sólo obedece a la idea de comprobar si hay una posibilidad real de correr en esas condiciones, pero para dar el paso definitivo todos los pilotos tienen que haber rodado en esas condiciones, y todos tienen que estar de acuerdo en hacerlo.

En la rueda de prensa previa los pilotos de MotoGP hablaron sobre el tema, y no lo tenían tan claro. “Si llueve, aquí no es una situación normal como en otro circuito. Si llueve, el viento trae arena. Nadie sabe lo que puede ocurrir, cómo afectaría a la visibilidad la lluvia”, decía Valentino Rossi, el decano del campeonato, que siempre es una voz escuchada por todos. Jorge Lorenzo también era muy claro sobre las condiciones excepcionales a las que se pueden enfrentar con la lluvia en Losail. “No tenemos experiencia en estas condiciones. Esperemos que las previsiones se equivoquen”, decía.

Michelin se preparó para la lluvia en el desierto

En MotoGP el planteamiento es claro: probar y ver qué sucede. De hecho, Michelin fletó una partida de neumáticos para agua porque Dorna se lo propuso. Los pilotos tendrán dos opciones de gomas de mojado, los compuestos medio y blando, con más neumáticos de compuesto medio disponibles que blando, porque el abrasivo asfalto de Losail quizás no permita que los compuestos más blandos aguanten toda la carrera.

En cambio, en Moto2 y Moto3 las cosas no parecen tan claras. A pesar de que las dos categorías tuvieron un aviso hace una semana, en los entrenamientos previos, cuando las tormentas obligaron a suspender la primera jornada e interrumpieron la tercera, el plan inicial de Dunlop, el suministrador de las dos categorías, no contemplaba enviar neumáticos para mojado a Qatar. Sin embargo, las circunstancias le han forzado a buscar alternativas. En la mañana del miércoles daba por descartada la posibilidad de tener estos neumáticos a tiempo por limitaciones logísticas, y eso suponía que en caso de lluvia las categorías de Moto2 y Moto3 no saldrían a pista.

La decisión de fabricar una partida extraordinaria se tomó demasiado tarde, y las gomas de agua existentes habían sido ya enviadas a Argentina y Estados Unidos para las próximas carreras. Esto ha obligado a trabajar a marchas forzadas para producir los neumáticos que hacen falta en Losail. El reglamento indica que es necesario contar con un total de hasta cuatro juegos de neumáticos si todas las sesiones de entrenamiento se desarrollan en mojado.

Es decir, que las exigencias del reglamento implican que es necesario que lleguen a Losail nada menos que 496 neumáticos, 248 de cada categoría. Finalmente, el martes por la tarde Dunlop aseguraba que las gomas estarían en Doha en la mañana del jueves, a tiempo para la primera sesión de entrenamientos, que arrancará a las cuatro de la tarde, hora peninsular española.

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Estos fletes especiales no son excepcionales. A grandes males, grandes remedios. En el pasado, Michelin fabricaba en su factoría de Clermont-Ferrand (Francia) neumáticos especiales en la madrugada del sábado de un gran premio tomando los datos recogidos en los entrenamientos del viernes y los enviaba por carretera, en un transporte veloz por la noche, cruzando Europa de punta a punta para que llegaran a tiempo para la carrera del domingo. Michelin recurrió a esa solución a la carta en varias ocasiones. Pero estábamos en Europa. Más difícil fue lo que tuvo que hacer Bridgestone en una ocasión, antes de que se implantara el sistema de suministrador único de neumáticos. Los problemas que sufrían sus pilotos obligaron al fabricante a tomar una drástica decisión: mandar material urgente desde Japón. Y no fue fácil. La solución fue de lo más práctica: envió a una veintena de empleados en avión con destino a Europa, llevando como equipaje de mano un neumático cada uno… Y consiguió su objetivo: nadie se quedó sin correr.

Este fin de semana, en Qatar, la solución puede ser más sencilla. Y en el futuro… ¿Y si se vuelve a correr de día? Está claro que nadie piensa en ello: Qatar defiende la nocturnidad como un hecho diferenciador de su gran premio, y eso no va a cambiar.