Lorenzo y Rossi: primero rivales y luego, compañeros… con las mismas cartas

Igualdad máxima. Un sustantivo y un adjetivo que definen a la perfección cómo están las cosas en el Mundial de Motociclismo. Olviden el segundo que Jorge Lorenzo metió a Valentino Rossi en los primeros entrenamientos libres del GP de Gran Bretaña, por todos es sabido que al italiano no le van las previas porque donde rinde es en carrera. Repasen, por un momento, la clasificación de la categoría reina: 211 puntos para Jorge, los mismos para Valentino. El mallorquín es líder, sí, pero la batalla con su rival y compañero -por este orden- no puede estar más equilibrada. No sólo comparten el mismo número de puntos, también las mismas prestaciones en su M1 e, incluso, características similares a la hora de empuñar la Yamaha. Y ante esta extraordinaria situación, Márquez se empeña en seguir recordando que él todavía revolotea a su alrededor.

Aquellos que por el mes de marzo dieron por hecho que la monotonía se volvería a adueñar del Mundial se han llevado una grata sorpresa. Pocos apostaron por este guion y menos aún por una lucha tan igualada. Yamaha vive en primera persona una batalla cuyas características no se habían dado hasta el momento. Comentaba Jorge Lorenzo que tanto él como Valentino Rossi empezaban de cero en esta segunda parte del campeonato y dos carreras después, el tiempo le ha dado la razón. No sólo eso, ambos se encuentran en un punto en el que la paridad roza su cota más alta de la temporada. La equidad entre el mallorquín y el italiano comienza en la falsificación (211 puntos), pero va más allá: cada uno tiene su box -sin muros de por medio-, pero no hay diferencia de roles y, hasta el momento, ambos cuentan con el respeto de las lesiones.

Centrados puramente en la M1, tanto Lorenzo como Rossi tienen la suerte de manejar la mejor máquina de la categoría reina con el mismo calzado de Bridgestone. Es decir, se repiten las mismas condiciones de las que gozaron en la primera etapa en la que ambos coincidieron en el box de Yamaha. Eso sí, entonces hubo un primer piloto, un recién llegado y un muro que separó a ambos pilotos y no desapareció hasta que Rossi cambió el azul por el rojo de Ducati. Así las cosas, Jorge y Valentino tienen las mismas cartas por lo que deben buscar el detalle que marque las diferencias. El problema es que, salvando las distancias entre uno y otro, comparten características hasta cuando se suben sobre la M1. Una moto a la que Silverstone le queda como un guante… por si todo esta igualdad fuera poca.

Bien es cierto que si nada juega en su contra, Lorenzo tiene la capacidad innata de ser el más rápido, vuelta a vuelta, desde la salida, uno de sus puntos fuertes. En carrera, pocos pilotos pueden presumir de mantener el ritmo como él y, además, goza de mayor resistencia. Salvando estas diferencias y dejando a un lado las frenadas, tanto Rossi como él saben sacar el máximo jugo a la velocidad en su paso por curva, su concentración es tal que no suelen cometer fallos y su estilo es sutil. A esto hay que añadir aspectos complementarios como la regularidad de Valentino en el podio (no ha faltado en ninguna carrera) o la presencia de Lorenzo en la primera fila de la parrilla: sólo ha faltado en tres de las once citas.

Con los mismos ases en la manga, la diversión está asegurada. Más aun si tenemos en cuenta a Marc Márquez. Este viernes fue el primero en golpear siendo el más rápido en los primeros libres celebrados en Silverstone, antes de que Lorenzo le respondiese por la tarde. Tanto el de Repsol como el de Yamaha metieron un segundo a Rossi por lo que no se le puede descartar en esta vibrante batalla. El actual campeón no tiene nada que perder, algo que juega a su favor, y yaadvirtió que pelearía hasta que se quedase sin opciones matemáticas e, incluso, seguirá haciéndolo cuando éstas se agoten porque no sabe conformarse. Quizás Márquez se convierta en el detalle que marque las diferencias entre un Lorenzo que se mueve como pez en el agua en Inglaterra y un Rossi que busca llegar con ventaja a su gran premio, el de Misano dentro de dos semanas. Hasta entonces, toca disfrutar de la batalla de Silverstone.