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¿También el Dakar? Marc Márquez tiene gasolina en las venas 365 días al año
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SU PRÓXIMA CITA, EL SUPERPRESTIGIO DIRT TRACK

¿También el Dakar? Marc Márquez tiene gasolina en las venas 365 días al año

Marc Márquez tiene cuatro títulos mundiales en su palmarés porque tiene un talento y una calidad innatos que refuerza con pasión y trabajo 365 días al año

Foto: Marc Márquez, en una de las carreras del Superprestigio Dirt Track (Efe).
Marc Márquez, en una de las carreras del Superprestigio Dirt Track (Efe).

Si huele a gasolina, Marc Márquez no estará muy lejos. El bicampeón de MotoGP más joven de la historia se ha hartado dejar claro a propios y ajenos que talento para manejar una moto de más de 1.000cc. Eso es innato, va en sus genes, pero él se encarga de reforzarlo con una pasión desmesurada por todo lo que tenga dos ruedas. Analiza cada carrera, visiona todos los trazados y sus anteriores actuaciones, entrena fuera de los circuitos en el famoso Rufea… Y parece que nunca desconecta porque, como él ha recordado una y otra vez, se divierte con la que es su profesión. Tanto que una vez acabado el Mundial ya ha fijado su siguiente objetivo: el Superprestigio Dirt Track. No es el único. En el ambiente flota la posibilidad de experimentar con el Dakar. ¿Arriesgado? Sí, pero también lo era competir en Moto2 y MotoGP a la vez y es algo que meditó durante siete días.

Japón, y en concreto Motegi, fue el escenario en el que Marc levantó y revalidó el título de campeón de la máxima categoría. Un trofeo en el que influyeron varios factores: el conjunto de personas que Márquez tiene detrás, la moto que Honda pone a su disposición, que ha resultado ser la mejor de la parrilla, y, por encima de todo, el deportista. Como Livio Suppo apuntó en una entrevista con este medio: “Honestamente, en nuestro deporte el equipo es importante, la máquina también, pero el piloto es lo más importante”. Marc se encarga de apuntar su calidad y talento imprimiendo la pasión que siente por la gasolina. Nunca tiene suficiente. Haciendo una comparación con el mundo del fútbol, se podría tratar de un Guardiola del motociclismo. Un enfermo entendiendo este adjetivo de forma positiva.

El actual campeón lo es porque no sabe vivir sin aquello que tanto le llena. Con el telón del Mundial de Motociclismo bajado y teniendo en cuenta que desconectar no es una opción, hay que buscar la manera de saciar el hambre. Apunten esta fecha y este lugar: 13 de diciembre y Palau Sant Jordi, donde se celebrará el Superprestigio Dirt Track. Esta será la siguiente parada para Marc Márquez, una carrera de velocidad y derrapes sobre tierra. O lo que es lo mismo: la disciplina que práctica en el famoso circuito de Rufea junto a su hermano Àlex y su amigo Tito Rabat. La modalidad con la que se rompió el peroné antes de empezar la temporada en la que fue campeón de MotoGP por segunda vez. La clave de la característica más especial de su pilotaje: las derrapadas. Márquez repetirá con ganas de revancha ya que el año pasado sufrió una caída a dos vueltas del final, incidente que le impidió derrotar a Brad Baker.

¿Y si esto no fuera suficiente? En la mente de Marc Márquez siempre hay algún reto nuevo que probar y, en muchos casos, superar. Sobre su mesa se acumulan los proyectos y hay uno latente desde 2013. ¿Se imaginan al campeón de MotoGP entre dunas? El piloto de Repsol Honda recibió en su día la propuesta de Joan Barreda, tal y como se recogió en las páginas del Diario AS: “Le he visto derrapar y ya le he invitado a venirse a las dunas conmigo. A mí me encantaría poder subirme a una MotoGP, pero seguro que él va más rápido con mi moto que yo con la suya. Yo no tengo apenas experiencia en asfalto y parecería un pato encima de la moto”. Y Marc, que de motivación siempre va sobrado, no dudó en recoger el testigo: “Estaría encantado de poder aceptar su invitación y hacer unas dunas juntos. A ver si cuadran las fechas para los dos al acabar la temporada”.

El problema fue, precisamente, encontrar un hueco en el que ambos coincidiesen. Aun así la propuesta no ha caído en el olvido. El pasado mes de septiembre le propio Barreda confesaba que tanto él como Marc estaban “planeando algo divertido a final de año. He rodado con él y en motocross también es muy rápido”. El propio Márquez confesaba que le parecía “peligroso” aunque no se resistía a subirse a la moto de Barreda: “Probarla, sí, me apetece”.

Queda por saber si la idea del Dakar se materializa o pasa como con la idea de competir a la vez en Moto2 y MotoGP. Un rumor que cogió fuerza a lo largo de la temporada que terminó el fin de semana pasada, pero que, de momento, no se convertirá en algo real. Así lo confeso Marc tras añadir el segundo título de MotoGP a su palmarés personal: “Sí que lo pensé. Ahora se puede decir, pero al final hay unos límites y estos no se pueden sobrepasar. Lo vi inapropiado y excesivo. Además, tampoco me veía preparado porque si haces eso tienes que ganar y no puedes hacer un mal resultado. Aunque lo pensamos la duda duró una semana, no más”.

Si huele a gasolina, Marc Márquez no estará muy lejos. El bicampeón de MotoGP más joven de la historia se ha hartado dejar claro a propios y ajenos que talento para manejar una moto de más de 1.000cc. Eso es innato, va en sus genes, pero él se encarga de reforzarlo con una pasión desmesurada por todo lo que tenga dos ruedas. Analiza cada carrera, visiona todos los trazados y sus anteriores actuaciones, entrena fuera de los circuitos en el famoso Rufea… Y parece que nunca desconecta porque, como él ha recordado una y otra vez, se divierte con la que es su profesión. Tanto que una vez acabado el Mundial ya ha fijado su siguiente objetivo: el Superprestigio Dirt Track. No es el único. En el ambiente flota la posibilidad de experimentar con el Dakar. ¿Arriesgado? Sí, pero también lo era competir en Moto2 y MotoGP a la vez y es algo que meditó durante siete días.

Marc Márquez
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