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El triplete español no es una cuestión de cantidad, sino de calidad
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LA ESTRUCTURA Y LA GESTIÓN DE LA CANTERA, CLAVE

El triplete español no es una cuestión de cantidad, sino de calidad

En un Mundial de Motociclismo formado por 90 pilotos, 22 hablan español. Aún así, el tercer triplete se basa en la calidad y no en la cantidad. La clave está en la cantera

Foto: Tito Rabat, Marc y Àlex Márquez se hacen un selfie en el GP de Valencia (AP).
Tito Rabat, Marc y Àlex Márquez se hacen un selfie en el GP de Valencia (AP).

En un año en el que el deporte nacionalha tenido que sobreponerse a decepciones como las vividas en el Mundial de fútbol o de baloncesto, hay una disciplina que sigue dando alegrías a los aficionados. La Marca España vuela a más de 300 km/h sobre dos ruedas de la mano de los hermanos Márquez y Tito Rabat, un trío de amigos que se han proclamado campeones del mundo en las tres categorías del Mundial de Motociclismo. Es el tercer triplete que España festeja, un país que acumula 44 títulos en sus vitrinas y que pone el acento a un deporte en el que casi uno de cada tres pilotos posee pasaporte nacional. ¿Fruto de la casualidad? Para nada. La clave se encuentra en la excelente cantera y la gestión que hace de la misma tanto la Real Federación Motociclista de España como las regionales. Las motos son cosa de los españoles.

Desde el pasado mes de marzo hasta este fin de semana, los circuitos de todo el planeta han escuchado el himno de España en 34 ocasiones: 16 en MotoGP, 11 en la categoría intermedia y 7 veces en Moto3. El dominio nacional va más allá cuando, con los números sobre la mesa, se observa que a lo largo de la presente temporada siempre ha habido un piloto nacional en el podio de la máxima categoría. La constante que más veces se ha repetido ha sido la de dos nombres españoles en el ‘Top 3’ (15) y sólo en Australia Jorge Lorenzo no tuvo la compañía de ninguno de sus compatriotas. En el lado opuesto nos encontramos con las carreras celebradas en Argentina y Alemania, donde el podio fue completamente español.

Las cosas no cambian en el resto de categorías aunque tanto en Moto2 como en Moto3 ha habido algunas ausencias. En la categoría intermedia, en Jerez y Alemania ningún español se coló entre los tres mejores; algo que se repitió en la menor tanto en Brno como en el propio Sachsenring. A pesar de ello, el acento español es el que más se ha escuchado pues Tito Rabat, Maverick Viñales, Rins, Efrentxu y Àlex Márquez se han encargado de firmar 25 podios en Moto2 y 26 en Moto3. Números que, sumados a las de la máxima categoría (un total de 37 podios), arrojan una cifra final de 90 podios y 34 victorias españolas, dos menos que en 2010. La contundencia de los resultados no es la mayor que ha registrado España ya que en 2013 se rompieron todas las barreras. De la mano del segundo triplete de la historia llegaron 47 victorias y 113 podios que situaron a nuestro país por encima de Gran Bretaña, poseedora desde 1967 del récord de triunfos y podios (37 y 93, respectivamente).

Las migajas que han dejado los pilotos nacionales han sido para Valentino Rossi, el único piloto no español que se ha subido a lo más alto del podio de MotoGP esta temporada (2). El pastel ha estado más repartido en Moto2: 7 triunfos suman Kallio, West, Aegerter y Luthi. Mientras que en Moto3, el mayor número de victorias ha sido para Miller (6) a las que hay que añadir las 4 de Fenati y el único triunfo de Masbou. Este contraste es consecuencia directa del imperio español que se ha forjado en el deporte de las dos ruedas. Repasando las parrillas de las tres categorías y sin tener en cuenta los movimientos e incorporaciones que tendrán lugar de cara a 2015, de los 90 pilotos que forman parte del Mundial de Motociclismo, 22 son españoles, es decir, 1 de cada 3 aproximadamente: 7 en MotoGP, 9 en Moto2 y 6 en Moto3, la única categoría en la que los pilotos nacionales no son mayoría ya que hay siete italianos.

Los éxitos españoles se han convertido en una constante en las últimas temporadas. Hace seis años, se tomó la última imagen a final de temporada sin un piloto nacional en ella. En 2009, Julián Simón alzó el título de la extinta 125cc y un año después, España celebró un triplete con Marc Márquez (125cc), Toni Elías (Moto2) y Jorge Lorenzo (MotoGP). Nico Terol cogió el relevo un año después en la menor de las categorías y en 2012 tanto Lorenzo como Márquez repitieron: el primero en GP y el segundo en Moto2. La temporada pasada, Marc, Pol Espargaró y Maverick Viñales dieron forma al segundo triplete español de la historia. Hazaña que este año se ha repetido de la mano del ‘Rufea Team’.

Semejante palmarés tiene una raíz y ésta pasa por el brillo de la cantera española. En una entrevista con este periódico, Marc Márquez valoraba y explicaba el dominio del que él es, en parte, responsable: “El trabajo de la Federación Española y de las regionales, como la catalana, es muy bueno. Se ha trabajado mucho con la base desde hace muchos años y los resultados están ahí”. No se puede pasar por alto la formación que reciben los pilotos, la calidad y seguridad de los circuitos nacionales (España es el país con más grandes premios del calendario, cuatro, sin olvidar los trazados de Albacete o Navarra) y, sobre todo, las competiciones. El Campeonato Español de Velocidad (CEV) se ha convertido en la antesala perfecta del Mundial, un modelo a exportar más allá de sus fronteras.

El CEV se antoja como el trampolín perfecto para los pilotos, una competición que cuenta con el apoyo de patrocinadores de peso como Repsol sin olvidar las inversiones públicas. Con las puertas abiertas de par en par para los pilotos extranjeros (no pagan inscripción), en los circuitos de este torneo se mezclan más de una veintena de nacionalidades distintas. Es más, desde la presente temporada está bajo el amparo de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) y ha comenzado su expansión celebrando un par de carreras fuera del territorio español: Le Mans (Francia) y Algarve (Portugal). La cita se ha convertido en el ejemplo perfecto de una estructura a nivel continental que alimenta al Mundial con talentos, algo que no ha pasado desapercibido fuera de nuestras fronteras y que ha dado lugar a citas como la Asia Talent Cup.

La proliferación del talento español ha sido criticada y alabada por igual. Muchos alzaron la voz para censurar la alta presencia de pilotos españoles en el Mundial aludiendo que se estaba convirtiendo en una extensión del CEV. Sin embargo, para los encargados de dirigir la máxima competición sobre dos ruedas no existen razones para estar inquietos con esa corriente de opinión aunque trabajan para que el Mundial no se convierta en un campeonato de España. Desde su punto de vista, el problema no es el creciente número de pilotos españoles sino la falta de otras nacionalidades, de ahí que se esté exportando el modelo del CEV. Y es que en la cantera está la clave para el dulce momento que España vive sobre las dos ruedas.

En un año en el que el deporte nacionalha tenido que sobreponerse a decepciones como las vividas en el Mundial de fútbol o de baloncesto, hay una disciplina que sigue dando alegrías a los aficionados. La Marca España vuela a más de 300 km/h sobre dos ruedas de la mano de los hermanos Márquez y Tito Rabat, un trío de amigos que se han proclamado campeones del mundo en las tres categorías del Mundial de Motociclismo. Es el tercer triplete que España festeja, un país que acumula 44 títulos en sus vitrinas y que pone el acento a un deporte en el que casi uno de cada tres pilotos posee pasaporte nacional. ¿Fruto de la casualidad? Para nada. La clave se encuentra en la excelente cantera y la gestión que hace de la misma tanto la Real Federación Motociclista de España como las regionales. Las motos son cosa de los españoles.

Marc Márquez
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