Rossi vs Lorenzo, una batalla por el subcampeonato y la supremacía de Yamaha

Última parada en boxes. El Mundial de Motociclismo entona su canción de despedida este fin de semana en Valencia con dos títulos decididos y el nombre del campeón de Moto3 aún por desvelar. No es el único interrogante. Los subcampeonatos están en juego y hay alguno, como el de MotoGP, que entrañan algo más que ser el primer piloto humano después de Marc Márquez. Valentino Rossi y Jorge Lorenzo aterrizan en Cheste preparados para la última batalla, la misma que dirimirá quién es el mejor después del piloto de Repsol Honda y cuál de los dos será el dueño de la batuta en Yamaha. En esta ocasión no existen muros, la lucha es limpia aunque no por eso menos emocionante.

La tranquilidad de Marc Márquez en Valencia contrastará con el aire que se respira en el box de la marca del diapasón. El campeón de MotoGP carece de presión externa pues ya ha hecho todo lo que se esperaba de él, sobre su manillar sólo existe la que él se impone. En Cheste el objetivo es disfrutar, celebrar con los aficionados el título… y si es posible lograr una victoria que le convertiría en el piloto con más triunfos en una sola temporada. El piloto del Repsol Honda es consciente que la última batalla no es cosa suya; en juego está saber quién será el primer piloto humano tras Marc Márquez. Una pelea a dos bandas ya que Dani Pedrosa está descartado. El catalán llega sin opciones después de no haber puntuado en las dos últimas carreras. A pesar de ello, no se puede olvidar que se trata del piloto más exitoso en Valencia con seis victorias (tres en MotoGP, dos en 250cc y una 125cc).

Así las cosas, la batalle se reduce en un combate en el que en una esquina del ring se sitúa Valentino Rossi y en frente, Jorge Lorenzo. El italiano llega con la vitola de favorito gracias los doce de puntos de ventaja que tiene sobre su compañero de box: 275 por los 263 del mallorquín. A lo largo de la presente temporada, ‘Il Dottore’ está viviendo una segunda juventud que le ha llevado a subirse al podio en dos carreras; resultados a los que ha añadido cinco segundos puestos, las mismas veces que se ha subido al cajón más bajo del podio. Rossi es consciente de que el Ricardo Tormo es un trazado propicio para las Honda, pero ha tomado como ejemplo a Casey Stoner para cambiar esta dinámica. El australiano fue el último extranjero que ganó en territorio español, desde aquel 2012 las últimas diez victorias en MotoGP han sido de pilotos nacionales.

Conocido a uno de los contrincantes, es necesario repasar cómo llega el segundo. Jorge Lorenzo. Después de protagonizar un alarmante inicio de temporada con una serie de actuaciones que le descartaron para la lucha de un título cuando los motores aún se estaban calentando, el piloto de Yamaha ha sabido reponerse en el segundo acto del Mundial. Lorenzo supo aguantar el equilibrio a duras penas y recuperó el tiempo del que no dispuso en la pretemporada. ¿El resultado? Una segunda vuelta cuajada de valiosos puntos que le han ayudado a saltar del segundo al primer plano. Jorge ha podido hacer realidad un par de veces su deseo de volver a sentir la altura del peldaño más alto del podio; sus victorias han estado complementadas por seis segundos puestos y tres terceros. Números que le han brindado la oportunidad de meterse de lleno en la pelea por el subcampeonato… el único ‘título’ al que pueden optar todos aquellos que no son Marc Márquez.

Lo cierto es que detrás de la definitiva batalla por el título, se esconde algo más. Ser subcampeón es el objetivo para Valentino Rossi y Jorge Lorenzo, algo que si logran conlleva un extra: llevar la batuta de Yamaha. En juego no sólo está un puesto en la clasificación de MotoGP, también la supremacía en la marca del diapasón. A diferencia de lo sucedido en la etapa previa a la marcha de Rossi a Ducatti, en esta ocasión la pelea entre el italiano y Lorenzo es mucho más limpia, las tensiones de antaño han desaparecido y ambos comparten objetivo: una victoria que les convierta en el mejor piloto de MotoGP… con el permiso de Marc Márquez. Sólo puede quedar uno.