Àlex Márquez y Rabat, las dos caras de una misma moneda: el título de campeón

Dos carreras y dos títulos por decidirse. Los escenarios, Malasia y Valencia. Las categorías, Moto2 y Moto3. Y los protagonistas, Tito Rabat y Àlex Márquez. Este fin de semana el periplo asiático de tres carreras consecutivas escribe su punto final en Sepang, trazado en el que el piloto del Marc VDS Racing Team tiene la segunda oportunidad de levantar el título. En esta ocasión las posibilidades son mucho más claras que las que existían en Australia, incluso se podría decir que Rabat se puede permitir el lujo de no depender de sí mismo para ganar el Mundial. Algo que no sucede en el caso de Àlex Márquez. Siguiendo la constante de toda la temporada, en la menor de las categorías las cosas están más que apretadas aunque el piloto del Team Estrella Galicia 0,0 cuenta con posibilidades matemáticas de ser campeón. Saquen calculadora, lápiz y papel.

A diferencia de su amigo Marc Márquez, Tito Rabat no pudo aprovechar el primer ‘match-ball’ que se le presentó para cerrar el título de la categoría intermedia. Aunque dicen que segundas partes nunca fueron buenas, el piloto barcelonés está dispuesto a demostrar lo contrario en Sepang, un circuito que le trae buenos recuerdos ya que el año pasado se subió a lo más alto del podio. Lo lógico es pensar que el objetivo para la presente temporada es el mismo, pero las cuentas le dan cierto margen. Tito Rabat cuenta con más opciones y más claras de ser campeón este domingo en Malasia: su ventaja respecto a Mika Kallio es de 41 puntos y tendría que ceder 17, como mínimo, para no ser campeón. Es decir, se puede permitir una victoria del finlandés siempre que él acabe entre los siete primeros.

Ésta es una posibilidad con alta probabilidad de ser real: de las 16 carreras disputadas hasta el momento, en 11 ocasiones Tito Rabat ha acabado entre las siete primeras posiciones. Sólo ha cruzado la línea de meta por debajo una vez y sucedió en el GP de Holanda. En Assen, la lluvia que caía provocó que el piloto del Marc VDS Racing Team se fuera al suelo en la vuelta de calentamiento. La salida se retrasó y su equipo pudo reparar la Kalex a tiempo aunque sólo pudo ser octavo. Y es que en Malasia, el objetivo no es sólo centrarse en la victoria sino conseguir la mejor puesta a punto para no fallar en el momento más decisivo de la temporada. Al fin y al cabo, la presión está sobre el manillar de Mika Kallio que debe ir a por todas sí o sí ya que Tito Rabat tiene un margen de siete posiciones para levantar el título.

La otra cara de la moneda la representa Àlex Márquez. Si ha habido algo que ha caracterizado a Moto3 esta temporada es que las diferencias han sido mínimas. Hace dos años el espectáculo corría a cargo de la categoría intermedia, pero ahora es la menor la que eleva la tensión del Mundial. La razón es simple: hay muchos pilotos con motos muy parecidas que están peleando por ser los más rápidos. Los números refuerzan esta visión. En el último gran premio celebrado en Australia, se batió un nuevo récord: los cuatro primeros corredores se agruparon en un pañuelo de 44 milésimas de segundo. Abrir brecha se antoja complicado y para destacar siendo el piloto diferenciador sólo hay una opción: ganar.

Esta es la apuesta que hará el pequeño de los Màrquez, fiar todo a un triunfo. A partir de ahí sólo podrá esperar al resultado de la actuación de Jack Miller, su principal rival. Y es que para que el piloto del Team Estrella Galicia 0,0 sea campeón del mundo su resultado debe ser seis puntos mayor que el del australiano. Las combinaciones se multiplican, pero la más clara y segura es el camino de la victoria: si Àlex se sube a lo más alto del podio de Sepang y Miller es tercero, los Márquez celebrarán el segundo título de la temporada. En el caso del que el catalán fuera segundo, su rival tendría que ser cuarto y si cruza la línea de meta en tercer lugar deberá esperar un sexto puesto de Miller. En el peor de los casos, si Àlex Márquez acaba décimo el desenlace de Moto3 se decidirá en la última función de la temporada: Valencia.