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Una versión mejorada y más inteligente del campeón de MotoGP
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LAS DIFERENCIAS CON EL MÁRQUEZ DE 2013

Una versión mejorada y más inteligente del campeón de MotoGP

Un año después de aquel domingo en el que conquistó su primer título, una versión mejorada Marc Márquez se pasea por los circuitos marcando el inicio de una época

Foto: Marc Márquez en su box junto a su equipo (Efe).
Marc Márquez en su box junto a su equipo (Efe).

“Me ha sorprendido ver a Rossi tirando tan fuerte primero pues no esperaba este nivel y una vez he llegado a él, me he olvidado de Jorge. Sólo he pensado en cómo ganar a Valentino para intentar pasarlo a falta de siete u ocho vueltas y luego abrir hueco”. Marc Márquez comprendió que en Japón el objetivo no era la victoria sino el título y para ello, como bien decía en la rueda de prensa posterior a la carrera, debía adelantar al piloto italiano de Yamaha. Su habitual astucia e inteligencia brillaron en Motegi. Su olfato de depredador no le falló esta vez y cumplió lo marcado en la hoja de ruta al pie de la letra: ser campeón del mundo por segunda temporada consecutiva. Y es que un año después de aquel domingo en el que conquistó Cheste y su primer título, una versión mejorada Marc Márquez se pasea por los circuitos del mundial marcando el inicio de una época.

Poco después de conquistar su primer Mundial de MotoGP, Marc Márquez reconocía que en su primera temporada en la máxima categoría había aprendido a ser más inteligente. Lo cierto es que, menos de un año después, el piloto de Repsol Honda es una versión mejorada del campeón más joven de la historia. En los primeros compases del campeonato, el de Cervera confesaba en una entrevista con El Confidencial que se enfrentaba a algo nuevo como defender el título y esperaba que fuera una experiencia bonita. A este adjetivo, se pueden añadir otros como histórica, aplastante o inteligente. Y es que si algo han destacado tanto sus compañeros como el resto de componentes de la caravana mundialista es que este Márquez es una versión mejorada, un piloto más astuto e instruido si cabe.

En medio de la vorágine victoriosa en la que se desenvolvía Marc, llegó el día que tanto anunciaba el de Cervera. La carrera en la que no se subió a lo más alto del podio, ni siquiera apareció en él. En Brno, República Checa, no firmó la undécima y, por lo tanto, no se convirtió en el piloto que más triunfos consecutivos conseguía desde el inicio de una temporada. En otro momento, un cuarto puesto habría sido un golpe difícil de encajar, pero Márquez estaba preparado para ello. No en vano, aseguró que estaba contento porque había mostrado su versión más inteligente al admitir que no era un día para ganar y sí para pensar en el título “porque al final lo que cuenta es quién gana el título, no quién gana más carreras”.

Sólo dos caídas hasta el momento

A pesar de haber pronunciado esa premisa, lo cierto es que Marc ha cumplido ambas cosas: ha sido el piloto con más victorias y el que ha levantado el título. Éste no ha llegado en el último gran premio sino a tres carreras del final. No ha sido la única diferencia con el que levantó en su primer año en MotoGP. Márquez subió desde Moto2 y se llevó todo el ímpetu del salto de categoría a los circuitos, allí salía a correr sin límites y sin pararse a pensar. Nada que ver con los visto hasta el momento. El de Cervera ha mostrado mucha más inteligencia a la hora de plantear y preparar las carreras, la estrategia ha adquirido un papel aún más relevante y ha aprendido a gestionar el tiempo sobre su Honda para saber cuándo había que atacar, esperar o tirar para marcar las diferencias.

Esta inteligencia es fruto de la madurez y experiencia adquirida después de casi dos temporadas en MotoGP. A lo largo de los quince grandes premios que se han celebrado, Márquez ha dado muestras de ello siendo el mejor piloto de la parrilla a la hora de manejar las situaciones que surgían en cada cita. El paso del tiempo le ayudado a conocer mejor la calidad y el potencial que atesora y no sólo eso, le ha enseñado a no precipitarse y mantener la calma para esperar al momento adecuado sea cual sea el contexto que le rodea.

En pocas ocasiones, el Marc sin límites ha aflorado. Lo normal ha sido disfrutar con un piloto que transmite seguridad, la misma que se desprendía de la ventaja que ha mantenido respecto a sus rivales aunque en la pista pareciese que dibujaba las curvas como si fuera el último gran premio del calendario. Esta confianza ha traído consigo que a lo largo de la temporada, Márquez sólo se haya ido al suelo en dos carreras por arriesgar demasiado (San Marino y Aragón), una imagen que en 2013 se repitió en varias ocasiones. Nadie es perfecto.

“Me ha sorprendido ver a Rossi tirando tan fuerte primero pues no esperaba este nivel y una vez he llegado a él, me he olvidado de Jorge. Sólo he pensado en cómo ganar a Valentino para intentar pasarlo a falta de siete u ocho vueltas y luego abrir hueco”. Marc Márquez comprendió que en Japón el objetivo no era la victoria sino el título y para ello, como bien decía en la rueda de prensa posterior a la carrera, debía adelantar al piloto italiano de Yamaha. Su habitual astucia e inteligencia brillaron en Motegi. Su olfato de depredador no le falló esta vez y cumplió lo marcado en la hoja de ruta al pie de la letra: ser campeón del mundo por segunda temporada consecutiva. Y es que un año después de aquel domingo en el que conquistó Cheste y su primer título, una versión mejorada Marc Márquez se pasea por los circuitos del mundial marcando el inicio de una época.

Marc Márquez
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