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María Herrera no se siente "rara entre los mejores pilotos del Mundial"
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LA PILOTO CHARLA CON 'EL CONFIDENCIAL'

María Herrera no se siente "rara entre los mejores pilotos del Mundial"

Se mueve como una más por el paddock del CEV y del Mundial y es que como confesó a 'El Confidencial' en Montmeló, no se siente distinta al resto de pilotos

Foto: María Herrera en el Gran Premio de Jerez (Team Estrella Galicia).
María Herrera en el Gran Premio de Jerez (Team Estrella Galicia).

Si hay una palabra que la define es trabajo. Sus ganas de crecer y de seguir mejorando no tienen límites. Y es que para María Herrera no existen obstáculos: ni en el CEV Repsol ni en el Mundial de Motociclismo. La toledana compite en la antesala de la máxima competición, pero también se deja caer por ésta ya que ha sido invitada a los cuatro grandes premios que tienen lugar en España. Con Jerez y Montmeló en el recuerdo, María se centra en el CEV sin perder de vista Motorland y Valencia. Se mueve como una más por el paddock y es que como confesó a El Confidencial en Barcelona, no se siente distinta al resto de pilotos que forman parte del Mundial.

Contesta con una gran sonrisa. A sus 17 años, María es feliz sobre una moto. “Es lo que me gusta”, nos cuenta. Por esta razón no le cuesta hilar la cita en MotorLand del CEV con la de Montmeló del Mundial: “Se lleva con gusto. Estamos preparados para ello, hay que ser fuerte físicamente y luego, sólo hay que concentrarse. Es un cambio pasar del CEV al Mundial así que hay que familiarizarse en las primeras vueltas y seguir trabajando”. María fue una de las invitadas al GP de Cataluña; compitió en Moto3 y compartió box con los dos pilotos del Team Estrella Galicia 0,0: Rins y Àlex Márquez. “Me ayuda tenerles cerca”, confiesa para luego reconocer que “el Mundial es otra cosa. Hay que adaptarse a los pilotos porque van a otro nivel y hay que ir acercándose. No me siento rara entre ellos por así decirlo”.

Contenta con una experiencia que supone “un gran paso para aprender e ir creciendo en el futuro”, es consciente de que su batalla es el CEV Repsol. Su nombre está grabado con letras de oro en la historia de la antesala del Mundial pues el año pasado se convirtió en la primera mujer que ganaba una carrera de Moto3: “Aquel fin de semana confié en mí, en que podía estar delante y después se vio una María que estaba más crecida”. Herrera confiesa que no asimiló “lo que acababa de hacer. Yo fui trabajando, haciendo mi camino, pero no pensé que había hecho historia. A partir de ese momento, confié más en mí y fui trabajando para estar siempre en el grupo de cabeza”.

Sexta en la clasificación, nos explica que están “luchando por estar delante, pero hay que mejorar los tiempos y seguir en la misma línea. Si lo hacemos bien, seguro que el título llegará”. En su empeño por mejorar su progresión como piloto cambió su casa por el CAR de Sant Cugat, un paso que no fue fácil: “Noté mucho cuando cambié mi casa por el CAR. Echaba mucho de menos a mi familia y a mis amigos, pero si quieres algo hay que dejar muchas cosas y seguir tu camino que en mi caso son las motos”. Después de dar el paso más complicado, llegaron los resultados: “En el CAR entreno más horas y me noto muy bien en la moto y físicamente. Además, estudio a la vez que entreno y eso es un plus”. Y es que María Herrera no se ha olvidado de su formación académica, algo que consigue compaginar con los entrenamientos y la competición: “Cuando viajamos es más complicado compaginar todo, pero se puede llevar si uno quiere seguir estudiando”.

A pesar de que ver a una mujer sobre una moto ya no sorprende, aún existen barreras que hay que derribar. Precisamente, esto es lo más difícil del mundo en el que se mueve María: “La mujer todavía no está metida totalmente en el mundo de las motos y algunas veces cuesta, pero estamos metiendo la cabeza y poco a poco saldremos”. Mientras, ella sigue a lo suyo: compitiendo y aprendiendo en cada oportunidad que le brinda de compartir circuito con los grandes nombres del Mundial. Los mismos que “salen a pista y ya están cerca de los tiempos para luego apretar en el último empujón. Es eso, espabilarse para pillar rueda e ir creciendo como piloto”. Lo dicho, María Herrera es pura pasión por las dos ruedas.

Si hay una palabra que la define es trabajo. Sus ganas de crecer y de seguir mejorando no tienen límites. Y es que para María Herrera no existen obstáculos: ni en el CEV Repsol ni en el Mundial de Motociclismo. La toledana compite en la antesala de la máxima competición, pero también se deja caer por ésta ya que ha sido invitada a los cuatro grandes premios que tienen lugar en España. Con Jerez y Montmeló en el recuerdo, María se centra en el CEV sin perder de vista Motorland y Valencia. Se mueve como una más por el paddock y es que como confesó a El Confidencial en Barcelona, no se siente distinta al resto de pilotos que forman parte del Mundial.

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