La madurez le sienta bien a Maverick Viñales: su debut, a la altura de los grandes

Los elogios no esperaron a ver la bandera de cuadros, llegaron mientras Maverick Viñales (19) gestaba su primera victoria en Moto2. El piloto español más joven en ganar un gran premio (16 años y 123 días) derrochó talento y calidad sobre su Kalex para terminar de rematar un debut que ya está entre los mejores: sólo le supera Dani Pedrosa que cuando llegó a la extinta 250cc se llevó el triunfo en la primera carrera mientras que Marc Márquez no se subió a lo más alto del podio hasta la cuarta cita de la categoría intermedia. La transición que está siguiendo Maverick de Moto3 a Moto2 está dejando una estela de buenos adjetivos entre los que destacan los que hacen referencia a la madurez de un piloto que se ha hecho hombre dentro y fuera de los circuitos.

Con récord y acompañada de comparaciones mayúsculas. Así ha llegado la primera victoria de Maverick Viñales en Moto2. En una carrera con muchas complicaciones y varios pilotos yéndose al suelo, el catalán se situó detrás de los que llevaban la voz cantante, esperó, atacó y cuando se puso primero marcó un cambio en el crono de cuatro décimas. Radical. La victoria le supo mejor a Viñales después de una cita marcada por las trayectorias raras a causa de una serie de problemas con el cambio. Agotado por la exigencia de Austin, Maverick confesaba en el ‘parc fermé’ que no esperaba subir a lo más alto del podio texano al mismo tiempo que analizaba las claves de su victoria: “He hecho un ritmo muy, muy rápido. A lo largo del fin de semana, hemos trabajado mucho con la moto, los neumáticos y el cambio”.

El triunfo en el Circuito de las Américas evidencia, aún más, la gran adaptación de Viñales cuyo crecimiento en Moto2 ha cogido velocidad de crucero. Su talento es tan desmesurado que está convirtiendo su salto en algo espectacular. El campeón de Moto3 de la pasada temporada se empeña en quitarse la vitola de candidato en un Mundial tan igualado, pero sus actuaciones comienzan a ser rotundas y amenazantes. Con un pilotaje agresivo y un estilo propio ha ido quemando etapas con más rapidez de lo habitual manteniendo una progresión constante. La madurez le ha sentado bien fuera y dentro de los circuitos. La imagen de Maverick Viñales quedó devaluada hace un par de años cuando en la segunda parte del campeonato la relación con su equipo empeoraba por momentos debido a una serie de errores en la moto y Viñales los dejó plantados en Malasia para regresar después. Cambió de equipo y se encontró con un ambiente propicio para dejar de lado el caos y lograr la estabilidad necesaria para templar sus nervios y volver a sacar su mejor pilotaje.

Tan buenas sensaciones dejó en el ‘Team Calvo’ que los que fueran sus mecánicos el año pasado se acercaron, junto a su primo Isaac, para ser de los primeros en felicitarle. Los abrazos se sucedían en el ‘parc fermé’: su equipo, Sito Pons, sus compañeros de podio… No dudó en dar las gracias a todos un día después de haber declarado que el objetivo era luchar por la tercera plaza. En 24 horas la situación experimentó un giro de 180 grados y era Viñales el que se encargaba de recordar que está trabajando “con un equipo campeón del mundo”. Antes, Sito Pons aseguraba que el objetivo “evidentemente es el título. Estamos hablando de un piloto súper clase con mucho talento”. Maverick Viñales tiene la lección bien aprendida y ha debutado en Moto2 demostrándolo con el segundo mejor debut de un piloto español.