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Joan Lino, de nacionalizarse español y ganar medalla olímpica... a echar currículums
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"ME DICEN QUE NO PONGA EN EL CV QUE FUI DEPORTISTA DE ÉLITE"

Joan Lino, de nacionalizarse español y ganar medalla olímpica... a echar currículums

Esta semana, Orlando Ortega acabó con doce años de sequía del atletismo español en unos Juegos Olímpicos. La última medalla la había ganado otro cubano nacionalizado, Joan Lino. Su camino laboral tras la retirada no está siendo sencillo

Foto: Joan Lino Martinez en JJOO de Atenas 2004. (Reuters)
Joan Lino Martinez en JJOO de Atenas 2004. (Reuters)

La historia es, a veces, caprichosa. España ha tardado doce años en volver a ganar una medalla en atletismo en unos Juegos Olímpicos. Orlando Ortega, un atleta de origen cubano y nacionalizado en España un año antes de la cita en Río, rompía el maleficio con una plata. Una medalla con la que tomaba el relevo de un 'compatriota', otro cubano que fue nacionalizado en España solo dos meses antes de la competición: Joan Lino, que obtuvo el bronce en salto de longitud en Atenas 2004. Después de él, el desierto, la nada. Literalmente para España y para él. Seis años después de aquellos juegos se retiró y ha ido dando tumbos hasta hoy.

Joan Lino es menos recordado que Niurka Montalvo, la saltadora que consiguió un oro en los Campeonatos del Mundo celebrados en Sevilla pero que nunca se subió a un podio en unos Juegos Olímpicos. Cubana de nacionalidad española, fue vetada por su país de origen y no pudo acudir a Sidney 2004 por una norma de la Carta Olímpica. Lino sabe que hay muy pocos españoles que le reconozcan y cuando alguien le ha parado para pedirle una foto es porque era muy aficionado al atletismo.

Foto: Orlando Ortega, en la llegada (Reuters)

En 2005 fue campeón de Europa en pista cubierta pero no pudo repetir la participación olímpica en Pekín 2008, y dos años después se retiró. Y, como otros deportistas de élite, se encontró en el abismo. ¿Y ahora qué? “Yo era autónomo porque me gestionaba el dinero y cuando dependes de terceros para trabajar o tener un sueldo estable, es bastante complicado”, explica a El Confidencial. Dos días después de esta entrevista, el actor Willy Toledo ha desatado la polémica al criticar al vallista Orlando Ortega por desertar del régimen castrista asegurando que España “le hará miserable cuando deje de ganar medallas”.

Ayudante de cocina con "horarios infernales"

Joan Lino recuerda que tras abandonar lo que había sido su vida durante años, el deporte, decidió coger la maleta y marcharse a Asturias, “a cambiar de aires”. Allí trabajó de ayudante de cocina con unos “horarios infernales” pero aquello no salió bien y, en Madrid, se apuntó al paro. “Siempre cuento la misma anécdota. Con toda su buena voluntad, la chica de la oficina del INEM me preguntó por mi experiencia laboral. ¿Qué experiencia laboral? ¿Cómo le explico yo a esta chica que he sido 20 años deportista de élite? Para nadie es un trabajo”.

Joan Lino en Atenas 2004.

El Comité Olímpico le ofreció dar charlas en los colegios, “un programa que se acabó por falta de dinero”. Ayudó en la candidatura de Madrid 2020 y ha sido reconocido con la medalla de plata del Mérito Deportivo Nacional. Pero eso no es carta de recomendación para conseguir trabajo. “En cualquier país del mundo ser deportista de élite es un plus porque la persona tiene valores, dedicación, constancia. Aquí en España no lo consideran. A mí me han llegado a decir que quitara lo de 'deportista de élite' del CV porque la gente se asusta, por si iba a pedir mucho sueldo. Pero me he negado”, reconoce el atleta con un marcado acento cubano. Y así se puede leer en su perfil de Linkedin. En el apartado de 'Reconocimientos y premios', bajo su proyecto de entrenador personal, se puede leer: Medallista Olímpico. Salto de Longitud.

Cuando entrenaba no entendía la política deportiva, pensaba que política y deporte tenían que estar separados. A día de hoy lo entiendo

Lino trabaja actualmente en una editorial, en el departamento de organización de eventos gracias a un convenio entre el Comité Olímpico y varias empresas. En septiembre se acaba su contrato y aún no sabe si le van a renovar. “Cuando entrenaba no entendía la política deportiva, siempre pensaba que política y deporte tenían que estar separados. A día de hoy lo entiendo y creo que hay que abrir un debate”, asegura. Hoy no quiere ser entrenador de atletismo por su precariedad- “tendría que ser millonario, ser entrenador da pérdidas”-, y se plantea estar en una oficina. “Aquí si quieres ser secretario de Estado de Deportes tienes que estar en política pero a día de hoy, tal y como está la política… no he encontrado la vía adecuada. Si algún día me surgiera la oportunidad no descartaría entrar en política pero en política deportiva”.

placeholder Joan Lino durante su intervención en la presentación de la candidatura olímpica de Madrid ante el COI. (EFE)
Joan Lino durante su intervención en la presentación de la candidatura olímpica de Madrid ante el COI. (EFE)

Para Lino no es capricho de la historia que un cubano nacionalizado en España haya acabado con la sequía del atletismo olímpico español. “La Federación ha apostado por hacer un trabajo que tiene sus consecuencias. Preparar atletas no es cuestión de un día, hay que centrarse en buscarlo, tener entrenadores con un sueldo para que se dediquen solo a ello. En Cuba hay atletas porque se trabaja para que haya una cantera de deportistas constantemente. Aquí no está creada esa estructura”.

Orlando dijo que cuando ganó su carrera le intentaron dar la bandera cubana pero buscó la española “como un loco”. Lino también vio subir la española mientras estaba en el tercer cajón del podio. ¿Corazón dividido entre dos naciones? “Por todo lo que representa y por representar esas personas vas con la bandera de España aunque sepas que de nacimiento no lo eres. Nadie te puede decir que seas más o menos español por haber nacido en España. Eso no se puede medir de ninguna manera”, sentencia.

La historia es, a veces, caprichosa. España ha tardado doce años en volver a ganar una medalla en atletismo en unos Juegos Olímpicos. Orlando Ortega, un atleta de origen cubano y nacionalizado en España un año antes de la cita en Río, rompía el maleficio con una plata. Una medalla con la que tomaba el relevo de un 'compatriota', otro cubano que fue nacionalizado en España solo dos meses antes de la competición: Joan Lino, que obtuvo el bronce en salto de longitud en Atenas 2004. Después de él, el desierto, la nada. Literalmente para España y para él. Seis años después de aquellos juegos se retiró y ha ido dando tumbos hasta hoy.

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