La derrota más feliz: España gana la plata olímpica en baloncesto femenino
Estados Unidos se llevó el oro tras ganar con claridad la final, pero España consiguió la primera medalla olímpica de su historia para cerrar un ciclo de cuatro años fantástico
España es subcampeona olímpica de baloncesto tras perder la final contra Estados Unidos. Como en Pekín 2008 y Londres 2012, pero con una diferencia: son las mujeres y no los hombres los que ganaron la plata. El baloncesto femenino alcanzó su mayor éxito en Río de Janeiro, donde completó un torneo excepcional coronado con una derrota por 101-72 que duele menos a las jugadoras que cualquier otra que hayan sufrido en su carrera. El oro era inalcanzable.
Después de quedarse fuera de los anteriores Juegos, la selección reaccionó como solo los grandes equipos lo hacen: ganó el oro europeo en 2013, la plata mundial en 2014, el bronce europeo en 2015 y ahora también la plata olímpica. Imposible pedir más. La generación actual del baloncesto femenino español ha ganado todo lo que puede ganar un equipo que comparte planeta con Estados Unidos. "Es una plata que sabe oro", afirmaron todas las jugadoras.
Una distancia sideral
La distancia entre el equipo estadounidense y el resto del mundo es bastante más grande que en el baloncesto masculino. Es sideral. Sobre todo porque, a diferencia de sus compañeros, las jugadoras estadounidenses no fallan a la cita con la selección. Hay estrellas que no caben. Así es torneo tras torneo. Estados Unidos ha ganado todos los oros desde Atlanta 1996: no pierde un partido en los Juegos Olímpicos desde Barcelona 1992. Y la última vez que perdió un encuentro oficial fue en la semifinal del Mundial de 2006.
Con semejante historial, el partido era casi un trámite, pero el deporte obliga a creer que todo es posible. "Si no nos lo creyéramos, no nos mereceríamos jugar la final", dijo el seleccionador, Lucas Mondelo, tras la victoria del jueves contra Serbia. Y España, sin nada que perder, se lo creyó. Aguantó casi todo el primer cuarto a Estados Unidos, incluso llegó a ir por delante en el marcador, comandada por Alba Torrens, la mejor jugadora que no compite en la WNBA (ofertas no le faltan).
La selección comenzó defendiendo de manera excelente a Estados Unidos, que se quedó en 7/17 en tiros de campo en el primer cuarto. Forzó pérdidas, minimizó su inferioridad en el rebote y castigó sus errores. Pero defender así contra las estadounidenses tiene un precio: las faltas. A España le pitaron nueve en los primeros diez minutos, incluidas dos a Astou Ndour, la única pívot capaz de medirse contra las jugadoras rivales bajo los aros, mucho más fuertes físicamente.
Nueve minutos y medio
Al minuto 9:28 se llegó con empate a 17, pero Estados Unidos cerró el primer cuarto con un parcial de 4-0 que amplió en el segundo período a 20-7. A cinco minutos del descanso, el marcador mostraba un 37-24 después de la aparición en el partido de Diana Taurasi y Maya Moore, dos máquinas de anotar que el equipo estadounidense activa a su gusto. A veces ni le hace falta viendo el arsenal que tiene. Las dos exteriores y el martilleo de Tina Charles, que es como si DeAndre Jordan supiera lanzar a canasta, tumbaron a España, a la que le costaba un mundo anotar: la zona era territorio prohibido por la superioridad física norteamericana y la presión sobre el balón y las líneas de pase ahogaba la circulación exterior. El segundo cuarto lo ganó Estados Unidos por 28-15 y se fue al descanso con el partido sentenciado (49-32).
El resto del partido fue un homenaje para ambos equipos. Para Estados Unidos porque siguió anotando y anotando hasta llegar los 100 puntos por quinta vez en el torneo (solo China lo consiguió hacer una vez) y para España porque disfrutó, ya sin ninguna presión, de la final olímpica. Lo de menos era el resultado, aunque España no bajó los brazos en ningún momento y ganó el último cuarto por 20-23. "Si podemos estar siempre en las finales contra ellas, creo que nos vamos muy contentas", reconoció Palau.
"Esto es visibilidad"
Por una vez no hubo dudas: España no perdió el oro, ganó la plata. "En el podio vamos a ser la plata más feliz de la historia", avisó Laura Nicholls tras la semifinal. En Río de Janeiro, la seleción cerró un ciclo magnífico que comenzó con la decepción de no estar en Londres 2012 y terminó con el mayor éxito de su historia. "Esto era lo que nos faltaba a todas. Este equipo se loe merece todo, hemos trabajado muchísimo para llegar hasta aqui", declaró Anna Cruz, la autora de la canasta que metió al equipo en semifinales.
"Esta medalla refleja muchísimo trabajo, no solo en este torneo, no solo de este equipo, sino de muchísimas personas durante muchos años", afirmó Torrens. "Espero que esto sea importante para el baloncesto femenino", dijo Palau, capitana y jugadora más veterana del equipo. "Esto es visibilidad. Así como cuando yo era pequeña miraba y decía 'Me encantaría estar allí', me gustaría que haya muchas niñas y mujeres que quieran seguir en la brecha. Esto es de todos".
España es subcampeona olímpica de baloncesto tras perder la final contra Estados Unidos. Como en Pekín 2008 y Londres 2012, pero con una diferencia: son las mujeres y no los hombres los que ganaron la plata. El baloncesto femenino alcanzó su mayor éxito en Río de Janeiro, donde completó un torneo excepcional coronado con una derrota por 101-72 que duele menos a las jugadoras que cualquier otra que hayan sufrido en su carrera. El oro era inalcanzable.
- "¡Quién nos iba a decir que íbamos a conseguir una medalla olímpica!" Darío Ojeda. Río de Janeiro
- Así la lio 'Crunchelito': la histórica canasta de Anna Cruz narrada por las jugadoras Darío Ojeda. Río de Janeiro
- El equipo soñado que gana "aunque lo haga tremendamente mal" no llena los pabellones Darío Ojeda. Río de Janeiro