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Neymar se cuelga el oro, Brasil se libra de la vergüenza de otro 'Maracanazo'
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lanzó el último penalti de una tanda agónica

Neymar se cuelga el oro, Brasil se libra de la vergüenza de otro 'Maracanazo'

El jugador del Barcelona ejerció de líder. Marcó en el tiempo reglamentario y lanzó el último penalti de una tanda eterna y agónica. Brasil suma su primer oro olímpico en fútbol

Foto: Neymar por fin logró una corona con Brasil (Marcos Brindicci/Reuters).
Neymar por fin logró una corona con Brasil (Marcos Brindicci/Reuters).

Con un sufrimiento infinito, tras una eterna tanda de penaltis y con Maracaná sufriendo como no se recodaba. Pero esta vez ganó la 'canarinha'. Ganó Brasil. Y ganó Neymar. El mítico estadio se llenó de lágrimas, esta vez de gozo. El jugador del Barcelona quedó roto cuando transformó el quinto y definitivo penalti que le dio a su país el primer oro olímpico de su historia en el deporte que mejor domina y que más pasiones levanta. Lloró como nunca, como sus compañeros. No era sólo una medalla de oro lo que acababan de ganar, habían evitado la vergüenza de otro 'Maracanazo' 66 años después, otro bochorno como el del 'Mineirazo' de su Mundial (1-7) hace dos años, padecido, precisamente ante Alemania. Pero esta vez la historia no quiso ser cruel con el país anfitrión de los Juegos Olímpicos. El atacante del Barça no lo habría aguantado. Han pasado muchas cosas a su alrededor y tras respirar tranquilo con la presea dorada en el cuello, anunció que dejaba la capitanía de la selección.

Brasil fue mejor, no mereció que la tanda de penaltis repartiera los dos metales más preciados. Hizo más y mejor que Alemania, que sólo en el primer tiempo se mostró realmente amenazante. El equipo local buscó con más persistencia el oro y dispuso de más oportunidades. Lo hizo todo para que los miles de aficionados que abarrotaban Maracaná no sufrieran tanto. Esa tanda de penaltis será recordada durante años, con eternos silencios cuando les tocaba lanzar a los brasileños, con escenas de pánico, casi de terror, en las gradas. Otro fracaso como los citados hubiera sido insoportable de aguantar para un país que vive al ritmo de la samba y el balón. Habría sido una tragedia en toda regla.

El líder

Neymar fue líder de principio a fin. Castigado por la dura crítica brasileña en determinados momentos de estos Juegos Olímpicos, cuando llegó la hora de la verdad no falló. Abrió el marcador con un lanzamiento de falta perfecto, magistral. El balón entró en la portería alemana como un misil, en un lugar inalcanzable para el guardameta de Alemania. Mejor no se le pudo poner el partido a Brasil, aunque es cierto que en el primer acto tuvo la suerte como gran aliada. Pero el partido, que se le abría de par en par a Brasil, se le fue cerrando poco a poco. Hasta llegar a la suerte fatídica de los penaltis. Y ahí tampoco falló el líder de Brasil. No vaciló Neymar, que liberó de tensión a un país entero con un lanzamiento certero.

Alemania, es cierto, tuvo el mal fario de fiel compañero durante el primer acto. Hasta en tres oportunidades se topó con el larguero de la portería de Brasil; una vez antes de que Neymar abriera el marcador y dos posteriormente. Los germanos, que dejaban hacer a su rival, siempre que tenían oportunidad se iban hacia el marco rival. Y con peligro. La 'canarinha' no se ajustaba correctamente en defensa cuando el ataque alemán se activaba, lo que alteraba los nervios de la pasional 'torcida' brasileña.

Intenso acoso

Fue marcar Alemania en el primer cuarto del segundo tiempo y comenzar Brasil un progresivo hostigamiento a la portería germana. Dieron un paso al frente los locales, al mismo tiempo que su rival cedía terreno. El acoso subía de intensidad, con Neymar casi siempre apareciendo para alumbrar los ataques de su equipo. El tramo final fue un suplicio para los alemanes, que se libraron de ser batidos por pura casualidad. Renato Augusto, Felipe Anderson, Luan… Las ocasiones se sucedían, pero nadie era capaz de liquidar de cuajo el creciente nerviosismo que se apoderaba de Maracaná. La prórroga era una realidad. Río de Janeiro sufría... Brasil era pura angustia.

Con las fuerzas de unos y otros cayéndose a jirones sobre el césped, Brasil ya no tuvo tanto empuje en el tiempo de prolongación. Menos, Alemania, que aún así heló el ambiente en el minuto 96. Brandt dio un susto descomunal tras una jugada que hacía tiempo que no conseguía hilvanar su equipo. El balón se fue por encima del larguero y Maracaná respiró. Nada más comenzar la segunda parte de la prórroga, Neymar filtró un perfecto pase pero en el último momento apareció el portero germano para evitar el gol de Anderson. Ocasión óptima para liberar de nervios a todo un país. Pero no pasó. La 'verde-amarela' sacó fuerzas de la nada para dar un último empujón, pero el gol se le resistió como sucedió antes. La agónica tanda de penaltis fue inevitable. En esta ocasión el drama no apareció en la vida de los brasileños. Un tercer descalabro histórico hubiera sido insufrible. Sobre todo para Neymar...

Ficha técnica:

1 - Brasil: Weverton; Zeca, Rodrigo Caio, Marquinhos, Douglas Santos; Walace, Renato Augusto, Luan, Neymar; Gabriel Jesus (Rafinha, m.95) y Gabriel Barbosa (Felipe Anderson, m.70).

Entrenador: Rogerio Micale.

1 - Alemania: Timo Horn; Jeremy Toljan, Matthias Ginter, Niklas Suele, Lukas Klostermann; Sven Bender, Julian Brandt, Lars Bender (Proemiel, m.67), Max Meyer, Serge Gnabry; y Davie Selke (Petersen, m.76).

Entrenador: Horst Hrubesch.

Goles: 1-0, M.27: Neymar. 1-1, M.59: Meyer.

Tanda de penaltis:

Ginter, gol - Renato Augusto, gol (1-1)

Gnabry, gol - Marquinhos, gol (2-2)

Brandt, gol - Rafinha, gol (3-3)

Suele, gol - Luan, gol (4-4)

Petersen, para Weverton - Neymar, gol (5-4)

Árbitro: Alireza Faghani (IRN). Amonestó a los brasileños Zeca (m.30) y Gabriel Barbosa (m.44), y a los alemanes Selke (m.49), Sven Bender (m.80) y Suele (m.89).

Incidencias: Final del torneo olímpico de fútbol de Río 2016 disputado en el estadio Maracaná ante unos 78.000 espectadores, prácticamente lleno. 

Con un sufrimiento infinito, tras una eterna tanda de penaltis y con Maracaná sufriendo como no se recodaba. Pero esta vez ganó la 'canarinha'. Ganó Brasil. Y ganó Neymar. El mítico estadio se llenó de lágrimas, esta vez de gozo. El jugador del Barcelona quedó roto cuando transformó el quinto y definitivo penalti que le dio a su país el primer oro olímpico de su historia en el deporte que mejor domina y que más pasiones levanta. Lloró como nunca, como sus compañeros. No era sólo una medalla de oro lo que acababan de ganar, habían evitado la vergüenza de otro 'Maracanazo' 66 años después, otro bochorno como el del 'Mineirazo' de su Mundial (1-7) hace dos años, padecido, precisamente ante Alemania. Pero esta vez la historia no quiso ser cruel con el país anfitrión de los Juegos Olímpicos. El atacante del Barça no lo habría aguantado. Han pasado muchas cosas a su alrededor y tras respirar tranquilo con la presea dorada en el cuello, anunció que dejaba la capitanía de la selección.

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