"Vamos a los Juegos con tres o cuatro opciones de medalla fortísimas en atletismo"

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Los Europeos de atletismo fueron el empujón moral que necesitaba el atletismo español. Aún escuece que en los últimos Juegos, en Londres, ningún español consiguiese metal en el que es el deporte más representativo de la cita. Hubo opciones, pero no se logró. Cuatro años más tarde la creencia general es que eso no puede volver a pasar, que las armas están más finas que nunca y que, a pesar de la dificultad que comporta un deporte tan globalizado, es posible.

"Vamos a ir a los Juegos de Río de Janeiro con tres o cuatro posibilidades fortísimas de medalla", dice convencido a este periódico Alejandro Blanco. Al presidente del Comité Olímpico Español no le gusta poner nombres a sus previsiones, pero en este caso, y con tan rotundo vaticinio, accede a identificar esas opciones. "Miguel Ángel [López] es el mejor marchador del mundo", dice enfatizando la calidad del marchador. Es el campeón del mundo de los 20 kilómetros y, en esta ocasión, también competirá en los 50. En Amsterdam, por la cercanía con la gran cita de Río, no se compitió en marcha, lo cual abre el espacio a pensar que los éxitos logrados en Holanda podrían haber sido incluso superiores.

"Ruth Beitia se merece la medalla", prosigue Blanco cuando tiene que hablar de nombres concretos. La cántabra ha ganado tres oros seguidos en los campeonatos de Europa y fue cuarta en los últimos Juegos. Su nivel, que siempre fue alto, se ha visto potenciado en los últimos años con una capacidad de competir que antes, quizá, no estaba. Será la capitana del equipo y su competencia, con la prohibición a los atletas rusos de participar en Río, se ve algo diezmada. Son dos.

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La tercera apunta a un caso extraño: Orlando Ortega. "Si puede competir en 110 metros vallas ahora mismo es el mejor del mundo", explica Blanco. El problema está en ese condicional, aunque la delegación española es optimista en que el cubano nacionalizado esté en Brasil, no se resolverá por el momento la cuestión y quedará en duda hasta unos días antes de los juegos. En su prueba las variables son inmensas, pues la técnica a veces hace malas pasadas, pero sin duda en Río sería uno de los favoritos.

"Y con eso ya van tres", dice Blanco. Pero no se quiere quedar ahí. Sobre Beitia, Ortega y López estarán las miradas, pero la delegación será numerosa y competitiva. "Luego te puede salir otra en cualquiera de otros deportistas que están ahí, lo que ha hecho Bruno Hortelano, por ejemplo, le pone como un deportista de futuro, y otros pueden dar la sorpresa", cuenta el presidente del COE.

Blanco le da a estos buenos resultados, y a las notables opciones de mejora de lo anterior, una dimensión más: es fruto de un trabajo constante de mucho tiempo. "Creo que el atletismo ha hecho un gran trabajo, otra cosa es que salgan o no las medallas. En los últimos juegos tenemos a Ruth Beitia que queda cuarta, en el último salto la americana se le cuela, bueno, Ruth está al lado de la medalla. Va a ir con unas opciones extraordinarias", repite confiado.

La federación, entre la alegría y la cautela

Cuando habla del buen trabajo se refiere, aunque no solo, al rumbo tomado por la Federación de Atletismo, que ahora tiene un director técnico, Ramón Cid, que valoró también con optimismo, aunque sin lanzar las campanas al vuelo, el papel de los españoles en el último Europeo. "Antes de venir ya me gustaba el perfil del equipo, con mucha gente que aparece como nuevos referentes del atletismo español, casi la mitad sub-25. Un equipo muy europeo, que cubre prácticamente todos los sectores y ha habido pocas eliminaciones a la primera. En un grupo tan numeroso ha habido cosas excepcionales y otras regulares, pero el tono medio competitivo ha sido bastante alto", contaba Cid en declaraciones a EFE. "Estoy satisfecho sin caer en la exaltación", remataba el siempre moderado técnico.

La cautela en las palabras de Cid tiene una explicación, los resultados conseguidos en Amsterdam son difícilmente extrapolables a Río y un exceso de euforia sería perjudicial tanto para los deportistas como para hacer un análisis posterior de lo que se consiga. "Estamos en Europa, que es nuestro sitio natural. Los Juegos serán otra cosa", comenta Cid.

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Y es importante porque con el tiempo el atletismo ha cambiado mucho. Donde antes las opciones florecían ahora han emergidos atletas de países que antes no competían y que han puesto las cosas mucho más difíciles. Hubo un tiempo en el que los finlandeses, por ejemplo, o los españoles, dominaban el fondo y el mediofondo. Desde hace unos cuantos años todas esas pruebas se van a a África. Cuanto más grande es la población deportiva más difícil es lograr abrirse un hueco en las codiciadas medallas.

Los resultados de los europeos, y las buenas perspectivas de los atletas que llegan por detrás, tienen un mérito añadido: se han conseguido con escasez de recursos. La de atletismo es la federación que más fondos públicos consume, y estos se han visto reducidos drásticamente en este ciclo olímpico. "Han sido cuatro años durísimos", subrayó, "en los que todos nos hemos tenido que apretar el cinturón y ha tenido un mérito extraordinario. No me atribuyo ningún mérito en ello.Todo el atletismo ha empujado una barbaridad estos años, hemos tenido que ajustarnos a poco dinero: federaciones, clubes, atletas, y hemos pasado este desierto y podemos estar razonablemente satisfechos aunque sin pasarnos", dice Cid. Y con esos mimbres han sido siete medallas. Y unas cuantas esperanzas para Río de Janeiro.