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El empujón de Seve Ballesteros para acabar con el eterno gafe de Sergio García
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emotivo mensaje del hijo del mito

El empujón de Seve Ballesteros para acabar con el eterno gafe de Sergio García

El día en que Seve habría cumplido 60 años, su hijo escribió un bonito mensaje en las redes que catapultó a Sergio García para ganar su primer 'major'. Por fin se acabó una maldición eterna

Foto: Sergio García luce la mítica chaqueta verde tras ganar en Augusta. (Reuters)
Sergio García luce la mítica chaqueta verde tras ganar en Augusta. (Reuters)

Se hizo hombre a su lado, también golfista de élite. El día en que habría cumplido 60 años, Seve Ballesteros le dio un empujón a su alumno para lanzarlo hacia el triunfo. Han pasado 20 años desde que Sergio García debutara en un grande. Fue en 1996 cuando se manejó por primera vez en un 'major', en el British Open. Entonces se daba por hecho que en cualquier momento ganaría uno, pero pasaban los años y los presagios no se cumplían. Fue en Augusta, este pasado domingo, cuando el eterno gafe quedó enterrado. Tal vez porque el inolvidable Seve le dio ese empellón que tanto necesitaba. Un mensaje del hijo, publicado en las redes, fue premonitorio.

"Feliz 60 cumpleaños, papá. Te echo mucho de menos cada día. Seguro que hoy estarás empujando a Sergio. Vamos, Sergio". Javier Ballesteros ejerció de puente y el impulso fue preciso y exitoso. "Estoy convencido de que me ha echado un par de manos durante esta vuelta", señaló Sergio. Tampoco le faltó al de Borriol otra ayuda externa, la de otro de sus referentes. José María Olazábal, según reconoció García, le envió el pasado miércoles, día previo al inicio del torneo, un emotivo mensaje. "No comparto mi taquilla [en el vestuario de Augusta] de momento y no me importaría hacerlo contigo", fue el mensaje del doble ganador de la chaqueta verde.

Sergio rompió por fin una eterna maldición que en determinados momentos de su carrera deportiva le ha dejado profundas marcas de dolor en el cuerpo. Pero ya tiene un grande en su currículo, de lo que solo en España pueden alardear sus dos grandes referencias. Seve ganó en tres oportunidades el British Open (1979, 1984 y 1988) y dos el Masters de Augusta (1980 y 1983), mientras que José María Olazábal se llevó este último torneo en 1994 y 1999. Este domingo, el golfista castelllonense puso la gran guinda, espera que haya más, a una hoja de servicios a la que faltaba un título de categoría superior.

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Rozó la gloria en muchos momentos. Desde que en 1997 debutara en una cita grande, Sergio estuvo cerca del éxito más de una vez. Pero siempre fallaba cuando llegaba la hora de la verdad, u otros colegas eran más brillantes. Su arranque como profesional hacía pensar que estaba llamado a ganar más de un 'major'. En el lejano 1999, quedó en segunda posición del PGA Championship, cediendo finalmente ante Tiger Woods. En aquella cita, mostró una clase superior con un golpe de maestro, al colocar en el 'green' una bola que estaba detrás de un árbol.

Poco a poco iba alimentando su expediente con diferentes torneos de enjundia, pero siempre fallaba ante la oportunidad de sumar un 'major'. Posiblemente, el peor momento de su carrera tuvo lugar en el British de 2007. Afrontaba la última jornada como líder y con tres golpes de ventaja sobre el segundo. Pero falló el 'putt' que pudo ser definitivo y acabó cediendo en el desempate ante Pádraig Harrington.

Ha estado en el 'top 10' en muchos grandes, pero nunca conseguía que su clase y categoría impusieran su ley a la hora de la verdad. Pero ahora, con esa ayuda externa de sus ídolos, todo ha sido diferente. Tuvo el Masters perdido, pero esta vez no falló. "Sentí la calma que jamás experimenté a la hora de afrontar el último día en un grande", reveló Sergio tras enfundarse la chaqueta verde. Reconoció que "ahora he aprendido a aceptar las cosas que pasan, mientras que en otros torneos habría empezado a quejame tras algún error". "Fui un estúpido en el pasado al pelearme contra algo que no se puede. Sin embargo, ahora miro al campo de una manera diferente", enfatizó. En Augusta lo hizo con la mirada del campeón...

Se hizo hombre a su lado, también golfista de élite. El día en que habría cumplido 60 años, Seve Ballesteros le dio un empujón a su alumno para lanzarlo hacia el triunfo. Han pasado 20 años desde que Sergio García debutara en un grande. Fue en 1996 cuando se manejó por primera vez en un 'major', en el British Open. Entonces se daba por hecho que en cualquier momento ganaría uno, pero pasaban los años y los presagios no se cumplían. Fue en Augusta, este pasado domingo, cuando el eterno gafe quedó enterrado. Tal vez porque el inolvidable Seve le dio ese empellón que tanto necesitaba. Un mensaje del hijo, publicado en las redes, fue premonitorio.

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