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El golfista científico que creó sus palos y su swing en su propio laboratorio
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Bryson DeChambeau es el líder de abu dabi

El golfista científico que creó sus palos y su swing en su propio laboratorio

“Por qué no puedo pegar igual a todos los hierros; por qué no puedo repetir el mismo swing con todos los palos. Sería todo más fácil, ¿no?", esa es la idea de DeChambeau que revoluciona el golf

Foto: Bryson DeChambeau, un golfista de otra época.
Bryson DeChambeau, un golfista de otra época.

Tiene pinta de golfista antiguo, hace un swing extraño, sus palos parecen sacados de un almacén viejo y hasta su nombre suena a otra época. Sin embargo, Bryson DeChambeau, primer líder del Abu Dabi HSBC Golf Championship, es probablemente el jugador más moderno del mundo. Sólo el tiempo dirá si no estamos realmente ante un adelantado.

En cualquier caso, DeChambeau, nacido en Modesto, California, el 16 de septiembre de 1993 y estudiante de Física en la Southern Methodist University, es un revolucionario, un desafío a una buena parte de las leyes de la física aplicadas hasta la fecha al golf. Su presencia no pasa desapercibida en el campo de prácticas. Cuando no es su gorra, a imagen y semejanza de la que llevaba Ben Hogan en los años 40 y 50, es el ruido que desprenden los cañonazos de su drive. Más de un jugador se da la vuelta en el campo de prácticas cuando él pega a la bola pensando que algo se ha roto...

Su swing y sus palos se salen de lo común. Es la comidilla del campo de prácticas. Ambos han salido de su propio laboratorio, el que decidió montar hace cinco años junto a su profesor para encontrar una nueva manera de jugar al golf.

Hasta en el origen de su método hay una historia extraordinaria. Surgió de una idea, de una pregunta. “Por qué no puedo pegar igual a todos los hierros de la bolsa, por qué tengo que cambiar la postura para pegar un hierro 3 o un 'wedge' de 56 grados, por qué no puedo repetir el mismo swing con todos los palos. Sería todo más fácil, ¿no?”. Su entrenador, atónito, le respondió: “Tan fácil es la pregunta como difícil la respuesta”.

A partir de este planteamiento, se pusieron a trabajar en la manera de llevarlo a cabo con éxito. Había que cambiar los palos. Empezó con sus hierros. Todos, del 3 al wedge, tienen la misma longitud. Lo habitual es que cuanto más cerrado sea el palo, hierros 3 o 4, más larga es la varilla. Sin embargo, DeChambeau decidió poner a todos sus hierros (menos al 2 que sí es un poco más largo) la misma longitud, la del hierro 6. Raro. Hay más...

El joven californiano también decidió modificar el ángulo de la varilla respecto a la cara del palo. Concretamente, según ha confesado en Abu Dabi, es cuatro grados 'upright', lo que traducido al cristiano significa que su varilla sale muy vertical de la cabeza y, por tanto, se sitúa siempre muy cerca de la bola. Es lo primero que salta a la vista en el campo de prácticas. Pero hay más...

El 'grip' de sus hierros tampoco deja a nadie indiferente. Son muy anchos, 'superstroke', algo más parecido al mango de una raqueta de tenis que al de un palo de golf. Brutal. Además, no son redondos, la parte delantera del grip es plana. “Sólo he visto a una persona en mi vida con un grip tan ancho en los hierros y era Michael Jordan, pero en su caso eran redondos”, nos confiesa Gorka Guillén, uno de los responsables de IMG en Europa y exjugador profesional que disputó más de una ronda de golf con el genio de Chicago. Por supuesto, sus palos no tienen marca y están rematados con tornillos y placas de hierro de lo más caseras. De laboratorio en el garaje de su casa. Su gorra no está patrocinada y su bolsa, tampoco, es del equipo norteamericano de la Walker Cup.

DeChambeau se sale de lo normal y lo sabe. “¿Si soy raro? Diría que solo un poquito”, aseguraba tras colocarse líder en Abu Dabi por delante del número uno, Jordan Spieth, del Número Tres, Rory McIlroy, del número 5, Henrik Stenson y del número 6, Rickie Fowler. También sus respuestas se salen de lo normal. “No me pongo expectativas, no me planteo ganar este u otro torneo, ni un número de grandes y ni siquiera tengo claro todavía cuándo me voy a pasar a profesional. Cuando tenga que ocurrir, ocurrirá. No me preocupa. Es mi filosofía. Voy golpe a golpe, día a día. Nunca me planteo objetivos. Soy un golfista científico y lo que me gusta es analizar y entender cada aspecto del golf y mi manera de jugar para intentar hacerlo un poco mejor mañana. Disfruto del momento y del camino. Lo que tenga que venir ya llegará”.

Hace tiempo que se viene hablando de DeChambeau en los corrillos de golf. No en vano, en 2015 se convirtió en el quinto jugador de la historia en ganar el mismo año el US Amateur y la Final Universitaria de Estados Unidos. Ya ha jugado un US Open, donde no pasó el corte, y ha terminado segundo en el Open de Australia. Sin embargo, tras su primera vuelta en Abu Dabi, su nombre ya está en boca de todos. Y su revolución, también.

Tiene pinta de golfista antiguo, hace un swing extraño, sus palos parecen sacados de un almacén viejo y hasta su nombre suena a otra época. Sin embargo, Bryson DeChambeau, primer líder del Abu Dabi HSBC Golf Championship, es probablemente el jugador más moderno del mundo. Sólo el tiempo dirá si no estamos realmente ante un adelantado.

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