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El truco de la toalla y el ritmo del swing
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RAFA CABRERA BELLO EJERCE DE PROFESOR

El truco de la toalla y el ritmo del swing

El doble ganador del European Tour, Rafa Cabrera Bello, nos explica el ejercicio que él realiza para trabajar el ritmo

Cuántas veces hemos jugado bien al golf, disfrutando, pegando a la bola de forma más o menos decente y, de repente, sin mediar nada extraordinario, sin previo aviso, al día siguiente todo se tuerce, entramos en un túnel y se hace de noche. La pelota que ayer iba recta como una vela, ahora se va a su antojo a la derecha, a la izquierda o lo que es mucho peor: a ambos lados. Esas veces que nos miramos con cara de no entender nada y pronunciamos una de las frases más escuchadas en un campo de golf: “¿Pero qué estoy haciendo mal?”. Es la frustración en su más pura esencia.

Evidentemente, estos malditos cortocircuitos pueden estar relacionados con muchos factores. Sin embargo, en buena parte de los casos, lo más seguro es que el problema esté directamente ligado al ritmo del swing. Por una u otra cuestión, hemos perdido el oremus de nuestro golf; lo que antes era suavidad, fluidez, ahora se ha convertido en brusquedad y rechinar de dientes.

Y ahora la pregunta del millón: ¿Cómo puedo recuperar el ritmo? Como bien sabrán, aquí no hay fórmulas mágicas y a cada uno le sirve lo que le sirve, pero el ritmo, como todo, se entrena y se puede mejorar. Hemos preguntado a uno de los jugadores más alabados del European Tour por su ritmo de swing: Rafa Cabrera Bello. El canario, doble ganador del Circuito Europeo y con ocho grandes disputados, tiene su particular ejercicio para trabajar el ritmo. Es algo muy sencillo que puede hacer en el mismo salón de su casa y que lo vamos a bautizar como el truco de la toalla. Aquí les dejamos el vídeo donde lo explica perfectamente. Pruébenlo y cuéntenos qué tal.

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Cuántas veces hemos jugado bien al golf, disfrutando, pegando a la bola de forma más o menos decente y, de repente, sin mediar nada extraordinario, sin previo aviso, al día siguiente todo se tuerce, entramos en un túnel y se hace de noche. La pelota que ayer iba recta como una vela, ahora se va a su antojo a la derecha, a la izquierda o lo que es mucho peor: a ambos lados. Esas veces que nos miramos con cara de no entender nada y pronunciamos una de las frases más escuchadas en un campo de golf: “¿Pero qué estoy haciendo mal?”. Es la frustración en su más pura esencia.

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