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Ricky Barnes lidera con récord un Abierto irreconocible
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GOLF: ABIERTO DE EE.UU.

Ricky Barnes lidera con récord un Abierto irreconocible

En sólo dos jornadas, en el ecuador del Abierto estadounidense de golf, parece incomprensible lo acontecido en Bethpage (Nueva York), con el liderazgo de Ricky Barnes

Foto: Ricky Barnes lidera con récord un Abierto irreconocible
Ricky Barnes lidera con récord un Abierto irreconocible

En sólo dos jornadas, en el ecuador del Abierto estadounidense de golf, parece incomprensible lo acontecido en Bethpage (Nueva York), con el liderazgo de Ricky Barnes con 8 bajo par (132 golpes), nuevo récord para los primeros 36 hoyos en este torneo. Que el estadounidense Barnes, de 28 años y campeón del Open USA 'amateur' en 2002, haya firmado 67 y 65 golpes en este campo monstruoso y ocupe, empero, el puesto número 519 del ránking mundial es, cuanto menos, sorprendente. Para los libros queda su récord, que ha mejorado en un golpe la anterior mejor marca (133) en poder del estadounidense Jim Furyk y el fiyiano Vijay Singh, en el Olympia Fields en 2003.

Sin embargo, en una lectura más amplia, el trabajo excepcional de Barnes se aproxima a la anécdota comparado con el currículum del resto de golfistas que figuran también en vanguardia. Excepto el caso puntual del canadiense Mike Weir, vigésimo primero del mundo, primer líder y ahora tercero a dos golpes de la cabeza, no es muy corriente en un 'Grande' como el Open estadounidense lo hecho tanto por Barnes como por sus perseguidores inmediatos: los estadounidenses Lucas Glover y David Duval, el japonés Azuma Yano, el sueco Peter Hanson y el aún aficionado canadiense Nick Taylor. Es difícil de entender, asimismo, las angustias de los principales candidatos. Excepto Phil Mickelson y el español Sergio García, que siguen bien colocados, el resto de estrellas sufre, maldice y se frustra.

Si se equipara con la comodidad con que están jugando hombres como Barnes, Glover, Duval, Yano o el citado "amateur" canadiense, parece un argumento insuficiente que éstos salieran a jugar en el mejor turno, el matinal, ante las leves pero mejores condiciones meteorológicas. Las figuras están sufriendo más de la cuenta en Bethpage. Sólo el segundo del mundo, Mickelson (-1 y puesto undécimo) y el cuarto del escalafón, García (al par y decimocuarto) están bien situados para el 'día del movimiento' que define a la tercera ronda. Glover, número 71 del mundo y que como Barnes es hijo de un ex jugador de la NFL (Liga de Fútbol americano), ocupa la segunda plaza. Weir es tercero, a dos golpes, mientras que Duval (882 del mundo), Yano (117) y Hanson (74) comparten la cuarta plaza, a cinco golpes, y el "amateur" Taylor es séptimo, a seis.

De este 'grupo sorpresa' correrán apuestas para determinar cuántos soportarán la presión de las dos últimas vueltas. Tampoco es común que ni ningún ganador en la historia reciente de este Abierto figure en los lugares altos de la tabla. Para identificar a alguno hay que descender hasta el puesto vigésimo cuarto, con el surafricano Retief Goosen y el australiano Geoff Ogilvy, empatados con uno arriba. ¿Y Tiger Woods? Pues la 'mega-estrella' y favorito indiscutible que busca su decimoquinto título de 'Grand Slam' sí jugó bajo par (69 golpes), aunque le está costando emerger en Bethpage. Tiger está más allá del puesto cuadragésimo y a una distancia de 8 golpes sobre el líder.

Sin remedio quedó el destino de tres de los cinco españoles en liza. La falta de experiencia pasó factura a Álvaro Quirós, José Manuel Lara y Gonzalo Fernández-Castaño. Los tres regresan a casa al no superar la barrera del corte. Miguel Ángel Jiménez, con +5, probablemente siga también el camino hacia el aeropuerto de Nueva York. La tercera jornada dará comienzo a continuación, con el objetivo de recuperar el retraso acumulado tras el aplazamiento el pasado jueves de la primera jornada por las fuertes lluvias.

En sólo dos jornadas, en el ecuador del Abierto estadounidense de golf, parece incomprensible lo acontecido en Bethpage (Nueva York), con el liderazgo de Ricky Barnes con 8 bajo par (132 golpes), nuevo récord para los primeros 36 hoyos en este torneo. Que el estadounidense Barnes, de 28 años y campeón del Open USA 'amateur' en 2002, haya firmado 67 y 65 golpes en este campo monstruoso y ocupe, empero, el puesto número 519 del ránking mundial es, cuanto menos, sorprendente. Para los libros queda su récord, que ha mejorado en un golpe la anterior mejor marca (133) en poder del estadounidense Jim Furyk y el fiyiano Vijay Singh, en el Olympia Fields en 2003.

Sin embargo, en una lectura más amplia, el trabajo excepcional de Barnes se aproxima a la anécdota comparado con el currículum del resto de golfistas que figuran también en vanguardia. Excepto el caso puntual del canadiense Mike Weir, vigésimo primero del mundo, primer líder y ahora tercero a dos golpes de la cabeza, no es muy corriente en un 'Grande' como el Open estadounidense lo hecho tanto por Barnes como por sus perseguidores inmediatos: los estadounidenses Lucas Glover y David Duval, el japonés Azuma Yano, el sueco Peter Hanson y el aún aficionado canadiense Nick Taylor. Es difícil de entender, asimismo, las angustias de los principales candidatos. Excepto Phil Mickelson y el español Sergio García, que siguen bien colocados, el resto de estrellas sufre, maldice y se frustra.

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