Zozulya: "Fascismo es ir a matar por dinero, como han hecho algunos del Rayo"

“Intenté hablar con ellos, mirarle a los ojos y decirles la verdad. Pero me llamaban fascista por defender a mí país”. Cuando Roman Zozulya se vistió con la franja roja del Rayo Vallecano, en el entrenamiento del 1 de febrero, comenzó a escuchar insultos y mensajes que dejaban claro que no era bienvenido en el club madrileño. El futbolista ucraniano no pudo defenderse públicamente y esta semana, en la revista 'Football Club', lo ha hecho atacando a un sector de la grada rayista: “Fascismo es ir a matar a otro país por dinero, como han hecho algunos ultras del Rayo en el Donbass”.

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“Ocho o diez de ellos decían que habían luchado del otro lado en el Donbass. (En Ucrania) no compramos armas, sino una ambulancia. Hemos ayudado al ejército de mi país, a los soldados, a los niños con medicinas y comida... Dicen que tiene pruebas de que yo soy fascista. ¿Qué pruebas? Fascismo es ir a matar a otro país por dinero, como han hecho algunos ultras del Rayo en el Donbass. Lo que pienso es que me quieren como cebo, para abrir unas causas criminales contra aquellos que lo han hecho mal y encarcelarlos”.

¿El Rayo pagará la mitad de su sueldo?

Su situación sigue enquistada y hasta podría terminar ante un juez. “Fue Shevchenko (seleccionador ucraniano) el que me recomendó fichar por otro equipo para poder jugar e ir a la selección. El Rayo era oficialmente mi tercer club esta temporada y no puedo cambiarlo. El Rayo pagaría la mitad de mi salario y el Betis, la otra mitad. Pero tal y como están las cosas, por lo que yo sé, el caso puede llegar a los tribunales porque el Rayo rechazará pagar”.

La solución sería dar media vuelta… “si hubiera la más mínima posibilidad de regresar al Dnipro iría allí andando”, pero el club de su país tiene prohibido realizar fichajes como consecuencia de una sanción de la UEFA por su actual deuda (Fair Play financiero).

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Por último, con unas pocas palabras explica por qué no se le pasa por la cabeza regresar a Vallecas: “Si tengo que ponerle seguridad a mis hijos en la guardería y a mi esposa cuando va a la compra, eso quiere decir que existe una amenaza a la vida de ellos, ¿no?”.