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Scolari, único culpable de una catástrofe que cuestiona incluso su valía como técnico
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PRENSA Y EXJUGADORES, MUY CRÍTICOS

Scolari, único culpable de una catástrofe que cuestiona incluso su valía como técnico

Scolari se ha convertido en el único culpable del terremoto deportivo vivido en Brasil. Tanto que se cuestiona su capacidad y aptitud para ser entrenador

Foto: Scolari durante el partido entre Brasil y Alemania de semifinales (Efe).
Scolari durante el partido entre Brasil y Alemania de semifinales (Efe).

Luis Filipe Scolari está comprobando que la memoria en el fútbol es muy corta. De nada sirve que la quinta y última estrella que porta Brasil encima de su escudo se consiguiera gracias a un combinado dirigido por él. Doce años después de ese triunfo y sólo uno tras conquistar la Copa Confederaciones, ‘Felipao’ se ha convertido en el único culpable del mayor terremoto deportivo del país que dominó el fútbol durante décadas.

No tiene la excusa de un técnico de club, pudiéndose escudar siempre en los jugadores. Tampoco lo ha hecho, reconoció inmediatamente su error en el planteamiento como explicación a la “catástrofe”, en sus propias palabras, que sucedió ante Alemania. Y es que ser seleccionador de Brasil es tener a tu disposición una cantidad exagerada de futbolistas de talento. De ahí, que la pobre imagen del grupo que él escogió (excluyendo a muchos que podrían haber elevado el nivel, visto lo visto) es consecuencia directa de su labor.

Y en su país así lo ve unánimemente crítica y público, mientras las lágrimas por la decepción y el enfado popular aún no han desaparecido. La prensa local, tras las descripciones de la “masacre” o “humillación” sucedida en Belo Horizonte, comenzó a analizar lo ocurrido. Si antes de la semifinal, las dudas sobre el estilo de Scolari rodeaban la actualidad diaria de la ‘Seleçao’, tras el 1-7 se cuestiona directamente su capacidad y aptitud para ser entrenador de fútbol.

Dolerá bastante en el orgullo del todavía seleccionador brasileño esta consideración que comparten varios periodistas cuya opinión tiene ‘cobertura’ nacional. Ya no tiene la posición de fuerza de hace unos días, cuando se podía permitir el lujo de enfrentarse a los críticos. Enfurecidos, estos hablan ahora de un entrenador desconocedor del fútbol internacional, con unos métodos de bajo nivel profesional (se quejan que mientras los alemanes se entrenan a diario con esfuerzo, ‘Felipao’ ha ido dando descanso continuo a los titulares) e incapaz de saber sacar partido a nivel táctico a sus futbolistas. El colmo para estos es que con su visión defensiva, Brasil diera la imagen de equipo partido en dos.

Los exfutbolistas de la ‘Canarinha’ son más benévolos por el simple decoro al que les obliga su posición, pero también se expresaron con dureza. Ronaldo Nazario reconoció que “el partido lo empezamos a perder en la alineación titular. Pienso que Scolari no protegió suficientemente el medio campo al elegir a Hulk y a Bernardpara jugar en las bandas “. Y el capitán de la gloriosa ‘Canarinha’ campeona en 1970, Carlos Alberto, catalogó de “suicidio” el planteamiento: “Brasil no ha estudiado al rival, fue una locura no fortalecer el mediocentro. Faltó humildad para asumir que no tenemos equipo hoy para pensar en ganar un Mundial. Alemania ha jugado como a mí me gustaría ver a Brasil”.

La larga trayectoria de Scolari, más de trotamundos pasando por países árabes mezcladocon una cada vez más atractiva carrera en clubes brasileños, acabó llevándole a la selección de cara al Mundial de 2002.Dirigir a Portugal y al Chelsea completan su techo profesional.Amante del orden, en el campeonato de Corea y Japón se alzó con la victoria sin demasiados lujos, pero contando con una cantidad de talento exagerado (Ronaldo, Rivaldo, Kaká, Roberto Carlos, Cafú, Denilson, Ronaldinho…). Se pareció a la anterior Brasil campeona, la de 1994, donde Dunga, Mauro Silva oMazinho ponían orden por detrás de Bebeto, Rai o un tal Romario.

Ese alejamiento del ‘jogo bonito’ fue parcial, y se entendió como una adaptación a los nuevos tiempos que vivía el fútbol. Pero la obra de Scolari ha traspasado todos los límites soportables en Brasil,pasando a ser la mayor pesadilla de la historia del país sudamericano. Un equipo sin alma, incapaz de soportar la gloria de esa camiseta con un puñado de jugadores que ni siquiera serían titulares en equipos europeos. Muchos se acuerdan de Ronaldinho y hasta de Kaká, que aunque venidos a menos, por lo menos habrían intimidado a los alemanes haciendo mucho más difícil la poca piedad que demostraron con la 'verdeamarela'. Lo dijo Schwensteiger antes de la semifinal: “Los brasileños ya no son los magos de antes”. Y todas las miradas se dirigen a Scolari para explicar por qué esto se ha convertido en cruda realidad.

Luis Filipe Scolari está comprobando que la memoria en el fútbol es muy corta. De nada sirve que la quinta y última estrella que porta Brasil encima de su escudo se consiguiera gracias a un combinado dirigido por él. Doce años después de ese triunfo y sólo uno tras conquistar la Copa Confederaciones, ‘Felipao’ se ha convertido en el único culpable del mayor terremoto deportivo del país que dominó el fútbol durante décadas.

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